Aunque se presumía que Moscú iba a responder con medidas similares a las sanciones de Washington por la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció que no expulsará a ningún diplomático estadounidense.
“No le vamos a crear problemas a los diplomáticos estadounidenses. No expulsaremos a nadie. No prohibiremos ni a sus familias, ni a sus hijos disfrutar de sus lugares habituales de descanso en las fiestas navideñas”, dijo Putin en una declaración difundida por el Kremlin.
Y es que el mandatario, que ha negado estar detrás de los ataques cibernéticos durante la campaña electoral de Estados Unidos, parece no tener interés en levantar el polvo con las decisiones de Barack Obama.
Según dijo él mismo en el comunicado “no nos rebajaremos al nivel de diplomacia irresponsable y de ‘andar por casa’, y los próximos pasos para el restablecimiento de relaciones ruso-estadounidenses los tomaremos partiendo de las políticas que proponga la Administración del presidente Donald Trump”.
Justamente, Miguel Martínez, coordinador de la línea Europa de la Universidad Externado, dice que con estos últimos hechos sí que se confirma que será imposible, en 20 días de gobierno que le restan a Obama, restablecer los vínculos entre los dos países.
“Con Obama saliendo no creo que se vuelva a formalizar un diálogo entre los dos, y más sabiendo que Putin tiene más posibilidades de hablar con Trump”, apunta el experto, y añade que con Estados Unidos por fuera de la negociación de paz en Siria (en cabeza de Rusia y Turquía), será aún más complicado.
Sobre este acuerdo de paz, Mauricio Jaramillo, internacionalista de la Universidad del Rosario, dice que cada vez es más factible un reaocmodamiento de las fuerzas en el mundo. “Las últimas decisiones de Rusia pueden abrir las puertas a un nuevo capítulo en la hegemonía de Medio Oriente, pues entrará, junto con Irán, a ejercer influencia de manera directa, en detrimento del tradicional papel de Washington, Londres y París”, concluye.
