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Escala cada vez más el saldo de muertos en pueblos del centro de Italia por el terremoto que sacudió en la madrugada de ayer al país europeo: más de 159 muertos y 368 heridos. El evento de magnitud 6,2 demostró que los italianos siguen expuestos a esta amenaza y que en el mediano plazo no podrán abordarla ante la dificultad que supone hacer sismorresistentes sus antiguas casas y monumentos.
“Italia es una familia golpeada, pero que no se detiene. Esto tendrá que ser gestionado en largo tiempo, por lo que espero que todos estén a la altura de este reto”, dijo ayer el presidente Matteo Renzi a su llegada a Rieti, desde donde supervisó labores de rescate.
Al cierre de esta edición, y por información del propio mandatario, se supo que 86 de los decesos se registraron en las localidades de la región de Lazio, entre ellas Amatrice, la más afectada, mientras que 34 se contabilizaron en municipios de Las Marcas.
El sismo de magnitud 6,2 se dio a las 3:36 a.m, duró 30 segundos y tuvo una profundidad de 4 km. Su epicentro fue la localidad de Norcia.
Ante las reiteradas catástrofes de esta índole, tal como el terremoto de L’Aquila de 2009 (308 muertos), ¿por qué Italia sigue sin estar preparada? Para el ingeniero civil Luis Gonzalo Mejía, especialista en Dinámica de Estructuras de la Universidad de Karlsruhe (Alemania), “la antigüedad de las edificaciones italianas y su falta de refuerzo las hace poco resistentes a los sismos. Yo estuve en Pavia hace años en una conferencia mundial y pude constatar las dificultades que tienen las autoridades para hacer que estas ciudades viejas no sean tan vulnerables. ¿Por qué? El costo es muy elevado. Sería lo ideal, pero no alcanzan los presupuestos para reforzar todo. Italia seguirá expuesta a estas amenazas”.