El territorio encerrado por montañas, la poca velocidad de los vientos, el aumento de las fuentes móviles como los carros y las motos, convirtieron al Valle de Aburrá en una trampa de elementos contaminantes, algunos de ellos, nocivos para la salud.
Así lo advierten estudios del Área Metropolitana e investigadores de las universidades Nacional y Pontificia Bolivariana.
Gloria Ramírez, profesional de la Subdirección Ambiental del Área Metropolitana dijo que el ranquin de la contaminación de Medellín y municipios vecinos, lo encabeza el material particulado inferior a 2,5 micrómetros (PM 2,5) , producido por fuentes móviles (vehículos que funcionan con diésel y gasolina) en un 79 por ciento y las fijas (industrias) 21 por ciento. Pero, el PM 2,5 también se puede formar en el aire a partir de gases como óxidos de azufre y nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. Estas partículas, por pequeñas son nocivas para la salud.
En segundo lugar está el material particulado inferior a 10 micrómetros, el cual se queda en los bronquios y no es tan perjudicial para la salud, pero también es producido por la combustión de los derivados del petróleo y el carbón.
Emisiones de ruido
El ruido, tanto atmosférico, como el generado por equipos de sonido, puede estar en el tercer puesto de esta cuenta.
Según la profesional, el ruido es un contaminante físico del aire y es el que más molestias le produce a la comunidad y es causado, principalmente, por la movilidad y establecimientos abiertos al público.
El cuarto lugar es para el CO2, (dióxido de carbono) que no es nocivo para la salud, pero sí para la atmósfera, por la capacidad que tiene para generar energía y formar efecto invernadero. Se produce por la actividad industrial, las plantas de tratamiento de residuos orgánicos, los rellenos sanitarios, el transporte, incendios forestales, fotosíntesis de las plantas y los seres vivos cuando respiran.
El peligro de este gas es que la cantidad de producción es tan alta que el planeta está perdiendo la capacidad para su transformación.
El quinto lugar, puede ser para el monóxido de carbono, gas peligroso, tóxico y en recintos cerrados produce la muerte. Surge de quemar un combustible y es la mínima partícula que se genera cuando arde el carbono y el hidrógeno, que al oxidarse con el aire forman el CO.
La sexta casilla es la producción de ozono, que no se genera directamente, sino que es una reacción con otras sustancias presentes en el ambiente como los óxidos de nitrógeno (NOx) y los compuestos orgánicos volátiles. Es un contaminante secundario que se forma en el aire cuando hay condiciones adecuadas. Los camiones aportan más o menos un 50 por ciento de óxidos de nitrógeno y 30 por ciento de compuestos orgánicos volátiles y los autos y motos un 20 Por ciento de óxidos de nitrógeno y de compuestos orgánicos volátiles, pero tienen mucha incidencia en esta contaminación, porque su número es mucho superior a los de vehículos de carga.
La séptima casilla es para los óxidos de azufre, aportados por industrias, en su mayoría de los sectores de ladrilleras, cerámicas y vidrieras y de ellas en nuestro medio las ladrilleras son más del 50 por ciento.
El puesto ocho, para el gas metano. Es otro gas de efecto invernadero y está asociado al gas natural de los vehículos y residencias, así como fuentes hídricas (quebradas y ríos) que reciben descargas con desechos humanos.
En noveno lugar está la presencia en el aire de benceno. Las principales fuentes son los procesos industriales de pinturas y detergentes. Los niveles de benceno en el aire pueden aumentar por emisiones generadas por la combustión de carbón y petróleo, operaciones que involucran los aditivos para autos, los tubos de escape y evaporación de gasolina en estaciones de servicio. El humo del tabaco es otra fuente de benceno en el aire, especialmente en el interior de las viviendas. Una larga exposición el benceno puede producir la muerte. La leve exposición causa mareo, aceleración de los latidos del corazón y dolor de cabeza. Sus efectos desaparecen al respirar aire fresco.
Décimo, los olores ofensivos. Son otras sustancias contaminantes, pero no hacen parte de los contaminantes primarios. Son generados por sustancias como el amoníaco, el sulfuro de hidrógeno y el azufre. En el Valle de Aburrá aún no han sido valorados, porque la norma, Resolución 1541 de 2013, es muy reciente y solo se han regulado los más característicos, que son los que producen las plantas de tratamiento de aguas residuales y curtimbres.
Lluvia ácida
En Medellín también había preocupación por la lluvia ácida que es compuesta por gases de azufre que se convierten en ácido sulfúrico y de óxidos de nitrógeno, que al reaccionar con el agua, forman ácido nítrico.
Según el Área Metropolitana, los episodios de este fenómeno son escasos desde que Ecopetrol mejoró la calidad del diésel (Acpm). Se mide en la Facultad de Minas, en Robledo, y ahora se presenta un episodio por cada mes. Antes, hace 5 años, allí hubo 50 episodios por año y esto era peligroso, porque la lluvia ácida, que muy corrosiva, se recoge en una semana. Esto quiere decir que teníamos 50 semanas del año con lluvia ácida en ese sitio. Ahora solo una o dos veces, entonces la calidad del aire mejoró allí. Pero cuando hay un disparado uso de sustancias como la pólvora en la llamada “alborada” se puede presentar en forma seca.
Carmen Elena Zapata, directora del Laboratorio de Calidad del Aire, Calaire, de la Universidad Nacional, dijo que el material particulado es el principal contaminante del Valle de Aburrá y el 79 proviene de camiones, buses, autos, motos; un 15 por ciento de industria, y el resto otras fuentes, como la construcción y el gas natural.
La experta dice que vivimos en un estrecho valle en medio de altas montañas y esto hace que las condiciones topográficas y climáticas, muy particulares, atrapen la contaminación dos o tres días y esta queda reflejada en el color negro que toman las edificaciones, en las cortinas, la ropa y el amoblamiento urbano. Este material particulado PM 2,5, que es el que pasa la pared alveolar y va a parar al torrente sanguíneo. Produce enfermedades graves como cáncer, afecciones cardiovasculares y pulmonares y aumento de las crisis de las personas asmáticas y alérgicas.
Acciones urgentes
Advirtió que si la gente no toma acciones como dejar el carro, la moto, montar en cicla, caminar y utilizar el transporte público masivo, no vamos a reducir esta contaminación.
Alertó que el Área Metropolitana declaró el Valle de Aburrá como fuente de emisión de partículas PM 2,5, porque es el contaminante que hay que atacar y tomar medidas de control, ya que es el que afecta la salud.
Aunque hay una alta concentración de otras emisiones como PM 10, que es una partícula más grande y puede producir en los humanos carraspera, alergias en la nariz y en los bronquios, es el material particulado PM 2,5 por el que la Organización Mundial de la Salud, llama a acciones de protección.
“Esto no quiere decir que de un día para otro, los carros que funcionan con Acpm tienen que salir de circulación. No, lo que se recomienda es revisar constantemente el estado mecánico de los vehículos, ponerles filtros y así se retiene el material particulado y lo que salen son los gases”.
La ingeniera sanitaria, Eliana Molina, del Grupo de Investigaciones Ambientales de la UPB, dijo que las partículas MP 2,5 están asociadas a una gran cantidad de incapacidades laborales y escolares y por esto el Área Metropolitana desde que empezó a medir la calidad del aire viene trabajando en el monitoreo en las 22 estaciones que tiene en Medellín y 8 municipios del Valle de Aburrá.
Sobre el diésel, destacó, que el azufre que contiene el diésel, que es el que más contamina se ha ido reduciendo. Especificó que se pasó en 2007 de 4.000 partes por millón de azufre a 50 ppm, en 2011.
El concejal de Medellín Ómar Hoyos, autor de proyectos para proteger el medio ambiente, dijo que el Valle de Aburrá tiene serios inconvenientes con la baja velocidad del viento y las montañas que lo rodean atrapan mecánicamente los contaminantes, lo que se llama una inversión térmica, que no permite que todos esos contaminantes vayan a la atmósfera. Opinó que el fenómeno solo se revierte invirtiendo la pirámide de la movilidad: primero el peatón, luego la cicla, tercero el servicio masivo y al fin los autos.