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Los videojuegos, aliados en su justa medida

Satanizarlos porque sí sería injusto. incluso podrían ser beneficiosos en procesos de rehabilitación motora.

  • ilustración sstock
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07 de diciembre de 2014
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Usándolos bajo control y en los espacios adecuados, los juegos de video no representan una amenaza para los más pequeños, a menos que exista una restricción médica que los limite.

“En su justa medida no son completamente perjudiciales a no ser que esté contraindicado por epilepsias. Por lo demás, se pueden usar siempre que no se conviertan en la única actividad lúdica del niño y que no sea en horarios nocturnos. Siempre deben estar combinados con actividades sociales”, señala René Andrade Machado, neurólogo, Coordinador del departamento de Neurofisiología del Instituto Neurológico de Colombia, Indec.

Señalan algunos especialistas que los videojuegos pueden beneficiar las capacidades de los niños y jóvenes en la posibilidad de anticipación de respuestas, resolución de situaciones problemáticas, coordinación viso-motora, atención y concentración, algunos incluso permiten que los niños accedan a conceptos de la mitología e historia en forma sencilla y amigable.

“Algunos estudios recientes se refieren a que podrían influir en forma positiva en algunos aspectos emocionales en los grupos de niños que los juegan en forma moderada. De todos modos, más allá de esto debemos tener en cuenta qué temática plantea el videojuego en un niño, si el nivel de esta es acorde con el niño o son para jóvenes con mayor edad, quienes pueden diferenciar cuestiones éticas y morales que los juegos de guerra y violencia callejera plantean, y el tiempo que ocupan de la rutina de un niño, para que estos no los lleven al aislamiento y la pérdida de contacto real con otros”, advierte Andrea Abadi, psiquiatra argentina del Instituto de Neurología Cognitiva, Ineco.

Los más y los menos

Limitarlos cuando hay antecedentes de epilepsia es la recomendación de René Andrade, pues existen algunos tipos de este trastorno de carácter fotosensible, es decir, que pueden desencadenar crisis inducidas por estimulación luminosa como luces de flash, de encendido y apagado, y cambios de canales. Incluso, entre los que no tienen esta condición el consejo del especialista es tomar ciertas medidas. Entre ellas, usar gafas protectoras que filtran la luz, estar a aproximadamente a tres metros de distancia de la pantalla y ubicarse en una habitación iluminada.

“A su vez, los videojuegos han demostrado beneficios en el gasto de energía, sin embargo, son estudios no concluyentes. Otras investigaciones han demostrado que en los que predomina la excitación, la agresividad y la violencia, los niños en cierta edad, sobre todo entre tres y siete años, pueden tener la tendencia a repetir las acciones que ven en los videojuegos, por lo que no se recomienda que su uso sea continuo, diario. El consejo es que se intercalen con juegos más pasivos o con otros niños. Exponer a un niño a un juego tranquilo, pasivo, social, de cooperación favorece una conducta tranquila, apacible”, enfatiza el especialista.

Para rehabilitación

Desde esa otra perspectiva, los videojuegos representan una ventaja. A través de una iniciativa entre la universidad Eafit y el Indec, se encontró que pueden beneficiar a pacientes en tratamiento médico de rehabilitación por accidente cerebrovascular que han perdido la movilidad de alguna parte de su cuerpo, especialmente a niños y a jóvenes, pues son la población que más desiste de las terapias.

“El proyecto se denomina Procesos de rehabilitación motora utilizando ambientes virtuales y dispositivos de rastreo de movimiento, y busca generar adherencia del paciente a su tratamiento por medio de videojuegos que exigen realizar, en repetidas ocasiones, el movimiento ordenado por el terapeuta para poder pasar al siguiente nivel”, así lo señaló Eafit a través de su agencia de prensa.

En conclusión, hay blancos y negros en el uso de estos elementos de entretenimiento. Sin excesos y estableciendo ciertos límites, jugarlos no representa ningún riesgo .

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