De acuerdo con el Informe Global de Competitividad 2011-2012, cuando se comparan los 12 factores que definen el nivel de competitividad del país en el ámbito mundial, el entorno macroeconómico se convirtió en uno de los factores con una mayor calificación y con una mejor ubicación en el ranking de 142 países, de acuerdo con los resultados para Colombia. En efecto (como lo registra la tabla 1), el entorno macroeconómico ocupó el segundo lugar en el país con el puesto 42 después del factor denominado tamaño de mercado. Así mismo, bajo una escala de 1 a 7, después del puntaje alcanzado por el factor salud y educación primaria correspondiente a 5,6, el entorno macroeconómico ocupó el segundo lugar con un puntaje de 5,2.
En términos generales, a pesar de que el país continúa rezagado en materia de competitividad de acuerdo con los datos globales entregados por este informe y de las preocupaciones generadas por la revaluación del peso y la inestabilidad de la macroeconomía a nivel mundial, podría afirmarse que los buenos resultados logrados por la economía nacional durante el último año, se han convertido en la base que ha permitido estimular la competitividad de un número importante de empresas colombianas.
Importantes avances
Fenómenos como la estabilidad de precios mediante el logro de las metas de inflación, las bajas tasas de interés, la reducción paulatina de la tasa de desempleo, el dinamismo que registran los principales sectores productivos y el auge de las exportaciones minero-energéticas; se convierten en activos muy importantes para avanzar en la ruta de la estabilidad macroeconómica del país en un momento donde la crisis de las economías avanzadas amenaza con desatar una nueva recesión mundial.
En este sentido, y entendiendo que la competitividad se define como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan la productividad de un país para alcanzar un mejor nivel de vida de la población, el logro de un ambiente macroeconómico sano estimulado por políticas y reglas de juego claras y creíbles reflejadas en: el balance presupuestal del gobierno (esto significa bajo déficit fiscal), el menor tamaño de la deuda como porcentaje del PIB, la reducción de la inflación, las menores tasas de interés, el aumento de la tasa de ahorro y la buena calificación crediticia del país en los mercados financieros internacionales (tabla 2); permite que tanto el gobierno como los hogares, las empresas y los mercados, optimicen sus decisiones económicas en función de promover el crecimiento mediante mejoras en la productividad y la competitividad.
Aunque es cierto que la sola estabilidad macroeconómica no puede incrementar la productividad de una nación, es claro que el desorden y la inestabilidad macroeconómica perjudican de manera notable a una economía. Por ejemplo, pensemos en lo que representa que el país tenga un enorme déficit fiscal que es financiado con altos niveles de endeudamiento, en este caso, el gobierno no puede proveer servicios eficientemente para impulsar la competitividad (como la infraestructura, la educación y la salud ) en vista de que tiene que sacrificar sus ingresos pagando los intereses de la deudas; igualmente, los mayores impuestos para financiar los gastos terminan por limitar el ingreso disponible de los hogares y de las empresas, afectando su capacidad de consumo e inversión, con efectos negativos en el crecimiento económico y en la generación de empleo.
En suma, pese al buen desempeño que registran los principales indicadores macroeconómicos en la economía colombiana (tabla 3), no podemos perder de vista que nuestra economía también es vulnerable a la situación del entorno económico mundial, especialmente por el impacto desfavorable que podría tener la recesión internacional sobre las exportaciones colombianas, uno de los motores del crecimiento económico de los últimos años; sin duda esto podrían menguar el alcance de la estabilidad macroeconómica en el futuro cercano.
* Decano de Ciencias Económicas
de la Universidad de Antioquia
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