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La multitud no siempre manda y eso vale, quién creyera, para la inmensa selva amazónica.
Con más de cinco millones de kilómetros cuadrados, en esa región se han identificado cerca de 16.000 especies de plantas, pero aunque tienen una función importante en materia de almacenamiento de carbono hay un dato sorprendente.
Científicos encontraron que unas 200 especies de árboles grandes, 1% de las especies, guarda el 50% del carbono. “En su mayoría corresponde a los gigantes del bosque, aquellos árboles que alcanzan diámetros del tronco mayores o igual a 70 centímetros”, dijo Esteban Álvarez-Dávila, coordinador del Grupo de Servicios Ecosistémicos y Cambio Climático del Jardín Botánico de Medellín, que participó en el estudio publicado en Nature Communications.
“Un árbol gigante puede tener hasta 3.000 veces el contenido de carbono de uno pequeño de 10 centímetros de diámetro”, agregó.
Los científicos analizaron 500 parcelas con más de 200.000 individuos de 3.458 especies. Tras el análisis estadístico comprobaron que la biomasa y la productividad se concentran en al menos de 147 a 167 especies de árboles.
En la Amazonia hay cerca de 16.000 especies, pero la mayoría de los árboles son de alrededor de 227 especies.
Sophie Fauset, autora principal, recordó que ya conocían la abundancia de esas especies, pero se desconocía si dominaban el ciclo del carbono.
Un caso llamativo es el de la especie Bertholletia excelsa, conocida por la producción de la Nuez del Brasil. Encontraron que menos de uno de cada mil árboles corresponden a esta especie, pero ocupa el tercer lugar entre las especies más importantes en términos de almacenamiento de carbono y el cuarto en cuanto a crecimiento.
Álvarez-Dávila advirtió un hecho que le da más significado al trabajo: “Los arboles grandes son altamente vulnerables al cambio climático. Las sequías inusuales matan principalmente árboles de esta clase. Esto se ha observado no solo en Amazonia sino en todos los bosques del mundo: templados y tropicales”.
“Los bosques Amazónicos nos ayudan al almacenar billones de toneladas de carbono que de otra forma estarían en la atmósfera contribuyendo al efecto invernadero y al cambio climático”, indicó Michelle Johnson, coautora.
Otro coautor, el profesor Oliver Phillips, hizo notar una situación: si bien el equipo trabajó sobre cuáles plantas importan más hoy, a medida que cambie el clima se puede esperar que un conjunto diferente de árboles entre en acción, incluyendo unos apenas conocidos hoy.