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Peligro, ¡cuidado con las aves!

El Libro Rojo es una voz de alerta sobre el estado de la avifauna.

  • El tucán celeste de las montañas andinas y el mielero verdeazul que vive hacia el Darién, dos especies casi amenazadas. Foto cortesía carlos bran
    El tucán celeste de las montañas andinas y el mielero verdeazul que vive hacia el Darién, dos especies casi amenazadas. Foto cortesía carlos bran
19 de febrero de 2016
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La primera edición del Libro Rojo de Aves de Colombia expresaba a los conservacionistas la esperanza “de que este libro sea innecesario en el futuro”. Pero no ha sido así.

De hecho, se han vuelto necesarios para conocer el estado de las aves y tomar acciones para su protección.

El último Libro Rojo centrado en las regiones de los bosques húmedos de los Andes y la costa del Pacífico evaluó 118 especies, 87 de ellas endémicas: 68 se encuentran en las distintas categorías de amenaza (28 endémicas), 18 casi amenazadas, y 30 en bajo riesgo.

Pero al menos 6 de las aves estudiadas están en peligro crítico, como el Atlapetes blancae o gorrión montés paisa, que se avistaba por San Pedro de los Milagros y no se ha vuelto a encontrar. No se conocen poblaciones y el último registro data de 1971, así que no se puede excluir que esté extinta.

También el arrierito antioqueño Lipaugus weberi, de poblaciones reducidas y fragmentadas. Se han establecido áreas para protegerlo pero podrían ser insuficientes.

Estado

Ana María Castaño, presidenta de la Sociedad Antioqueña de Ornitología, dice que en el Libro se incluyen 33 especies de Antioquia en las distintas categorías de amenaza. Hay otras cinco en peligro crítico, como el tororoi de Urrao, Grallaria urraoensis, descrito hace poco.

En el departamento habitan alrededor de 900 especies, o sea 9 % de las aves reportadas en el planeta. De esas, cerca de 50 son endémicas.

El grado de conocimiento de la riqueza de la avifauna ha mejorado. Colombia es el país con mayor número de especies, pasando ya de 1.900. Pero las amenazas persisten desde que el padre Antonio Olivares, de la Universidad Nacional, presentara a fines de los 60, en un evento en Washington, tal vez el primer informe sobre los efectos de los cambios ambientales en las aves.

La destrucción de los hábitats y los plaguicidas eran amenazas principales, pero existía una más: las jaulas. Afirmaba el padre que había más cóndores enjaulados que en los picos de las montañas.

Ana María afirma que hoy la mayor amenaza que enfrentan estas especies “es la perdida de hábitat. Es una amenaza común para todas”. Y esa pérdida, agrega, “se da por la expansión de la frontera agrícola en las áreas donde se distribuyen naturalmente”.

La Lista Azul de Steven Hilty, publicada en 1985, la primera que analizó toda la avifauna del país, decía que 135 especies habían perdido 50% del hábitat.

Antioquia se caracteriza por la alta presión sobre las áreas boscosas: se deforestan entre 20.000 y 30.000 hectáreas al año. “Nos salvamos un poco porque en algunas zonas las pendientes son tan altas que impiden el acceso del campesino”.

También la cacería y el tráfico de fauna han diezmado las poblaciones.

El Libro Rojo es el llamado a cuidar eso que queda, para que no corran la suerte del zambullidor colombiano y el pato pico de oro, declarados extintos en la primera lista de especies amenazadas publicada por el Inderena.

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