No es una bomba atómica, pero está a punto de estallar. Se necesitan esfuerzos para desactivarla.
La mayor amenaza para el planeta es la sobrepoblación. El 40 % de la superficie firme está dedicada a alimentar una sola especie: la humana, en detrimento de las otras, de las cuales dependemos.
Alan Weisman, periodista, autor de La cuenta atrás, el segundo de sus grandes libros sobre temas ambientales luego de El mundo sin nosotros, un temática a la cual llegó al darse cuenta que sus reportajes de Chernobyl a los grandes desastres, pasaban por el asunto ambiental.
¿Tienen futuro las ciudades, las megaciudades?
“Hay que tomar en cuenta que son parte de un planeta y tenemos ahora un planeta muy sobrepoblado. Lo que impacta en el campo impacta acá y viceversa. Las ciudades grandes, si tienen buen transporte público, pueden ser más eficientes porque la gente no tiene que viajar tanto en coche, pero lo que vemos hoy es que somos tan numerosos que más del 40 % de la tierra que no está bajo hielo o agua está dedicada a alimentar una sola especie, la nuestra, y eso es una de las causas principales de la extinción enorme que se está llevando a cabo. En tiempos prehistóricos hubo 5 extinciones gigantescas por causas relacionadas con vulcanismo, erupciones, choques con asteroides, ahora estamos en otra y nosotros somos la causa. Esta extinción tarde o temprano va a extinguir especies con las cuales evolucionamos y nuestra existencia en la tierra depende de ellas.
Aunque una persona viva en una ciudad grande necesita comida y esta viene del campo, viene el costo del transporte en gasto de combustible.
La tragedia de Siria, no comenzó anteayer sino hace 5 años cuando empezó una sequía que no ha dejado de azotar a ese país. Muchas personas han tenido que abandonar el campo e ir a la ciudad, no hay empleo para todos y así se desestabiliza la sociedad y surgen el terrorismo y otros problemas.
La fuente mayor de nuestros problemas sociales y ambientales es la cantidad inmensa de población humana que no hubiera permitido la naturaleza jamás, sin embargo por unas razones que parecían maravillosas, avances en medicina y luego unas técnicas basadas en sustancias químicas para cultivar mucho más de lo que hubiera podido la naturaleza, tenemos ahora un exceso de personas en este planeta”.
¿Hay conciencia de eso, de limitar el crecimiento poblacional? Aunque usted menciona que ha disminuido poco, ¿hay que tomar acciones?
“Hay que tomar acciones, creo que la conciencia está creciendo. Más de la mitad de los países en el mundo ya tienen tasas de crecimiento de remplazo, que es cuando una pareja tiene dos hijos, se remplaza y la población no sube. Más de la mitad de los países se está acercando a esa tasa o ya están más abajo, hay ejemplos muy interesantes en países de toda clase de cultura y religión.
Sigue habiendo problemas. Cada 4,3 días agregamos 1 millón de personas más a la Tierra, la mayor parte en países pobres como en África y algunas personas opinan que esto no causa un problema grave en cuanto al medio ambiente porque no consumen tanto como en países desarrollados. Sin embargo toda persona por pobre que sea necesita alimentación que le está desocupando hábitat a otras especies y necesita energía. Los más pobres usan leña, aportan más CO2, hoy la mayor parte vive en ciudades y así sean ciudades muy pobres de una u otra manera los pobres tienen su teléfono celular, usan cargadores, necesitan energía. Este es el problema principal”.
¿Hasta cuándo tiene capacidad de aguante la Tierra?
“Soy periodista, no puedo predecir, nadie sabe. Hablamos de problemas ambientales, los modelos nos pueden avisar, y todos desde 1972 cuando salió el libro del Grupo de Roma Los Límites del Crecimiento decían que íbamos a tener un gran problema con la población.
Se cuadriplicó el siglo pasado, por el invento del abono artificial de nitrógeno que fue tan impactante que el 40 % no estaríamos acá sin ese nitrógeno; lo otro fue la revolución verde que convierte la energía en producción natural, de arroz, de maíz.
La naturaleza nunca hubiera podido producir tantas personas sin la alimentación.
Antes de eso éramos apenas 2.000 millones de personas y estábamos más o menos en un equilibrio con la naturaleza. Creo que hemos pasado límites, estamos en una crisis.
Durante su guerra con Irak, Irán intentó aumentar su población para crear un ejército de 20 millones, exigieron a las mujeres que se embarazaran para cumplir con su deber patriótico, pero al final de la guerra 8 años después se dieron cuenta de que iban a tener problemas y se avisó al ayatolá que tantos habían nacido y que no iba a alcanzar la economía y un país lleno de varones sin empleo, frustrados, enojados iba a ser muy inestable. Es como si estuviera describiendo Pakistán hoy, que es un nido de terrorismo porque tiene una población gigantesca: fue uno de los 2 primeros recipientes de la revolución verde porque estaban a punto de hambruna, hoy tiene 198 millones de personas en un país del tamaño de Texas que tiene 26 millones y a mediados de siglo va a tener más personas que Estados Unidos entero, y todavía va a tener el tamaño de Texas. Ya explotó.
En Irán comenzaron un programa de planificación familiar voluntario, dieron acceso a anticonceptivos, de condón a operación, la condición era que los padres asistieran a clases prematrimoniales en la mezquita o en la clínica donde aprendían entre otras cuánto cuesta criar un hijo, alimentarlo, vestirlo y educarlo; y lo otro es que alentaron a las niñas a que estudiaran, son económicamente útiles a la familia y a la sociedad; si tiene al menos la secundaria, en promedio va a tener 2 hijos y menos. La educación es el anticonceptivo más eficaz”.
¿Qué papel juega el cambio climático en todo esto?
“Durante el 90 % de nuestra historia no creció la población. Subió paulatinamente a partir de 1800 y luego con la alimentación subió dramáticamente en el siglo 20. Si ve el aumento del CO2, la relación entre las personas que necesitan energía y la emisión de dióxido de carbono es una relación directa, disminuyendo la población va a bajar el aumento del CO2 y punto.
Los economistas van sumando crecimiento, porque según ellos la definición de salud económica es crecer. Hay un capítulo en el libro de cómo tener una economía próspera sin crecimiento perpetuo. Pero algo que preocupa a los economistas, el PIB, que haya más personas, que consuman productos. A unos les encantan las poblaciones grandes porque se mantiene bajo el precio de la mano de obra cuando hay muchos pobres compitiendo entre sí.
En el libro un economista japonés expone aunque baje el PIB el producto individual no baja, cuando hay menos trabajadores los sueldos no bajan, aumentan. Sí hay maneras de tener una economía próspera sin crecimiento hasta que la población baje a una cifra más sostenible”.
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