La meta que tiene Colombia de hacer del turismo pilar de su crecimiento económico, de cara al posconflicto, tiene a México como país referente para nutrirse con estrategias de largo plazo.
No en vano, el país azteca registró el año pasado un total de 32,1 millones de visitantes internacionales, según las últimas cifras reveladas esta semana por la Organización Mundial del Turismo (OMT)
Este volumen de visitantes permitió que México superara a Rusia y sea el noveno país del mundo en turistas extranjeros recibidos. “Los rusos llegaron a 31,7 millones de visitantes, es decir, 446.000 llegadas menos que México, que creció un 9,5 % anual”, señaló la Secretaría de Turismo de México (Sectur).
Además, creció 7,7 % anual en divisas, al registrar 17.457 millones de dólares (51,3 billones de pesos colombianos, al cambio vigente), mientras que la proyección para 2016 es llegar a 35,4 millones de turistas extranjeros, 10 % más que en 2015 e ingresos por 18.400 millones de dólares (54,1 billones de pesos colombianos), de acuerdo con el Consejo Nacional Empresarial Turístico, gremio del turismo en México.
Sin duda, esta bonanza sirve de ejemplo para Colombia si quiere multiplicar sus visitantes internacionales, que el año pasado fueron 4,4 millones y además, llegue al 2018 a los 6.000 millones de dólares (17,6 billones de pesos) en flujo de divisas generadas.
Enrique Solana Sentíes, presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio, Servicios y Turismo de México, dijo a EL COLOMBIANO en el reciente Tianguis (mercado) Turístico en Guadalajara, que esta industria genera el 8 % del PIB del país, junto con restaurantes y comercio: “es un impulso económico que ya genera más divisas que el petróleo”, indicó Solana.
Combinación de recursos
Para lograr es hito, la inversión privada en los últimos cinco años ha sido de 26 mil millones de dólares (76,4 billones de pesos colombianos).
Además, Consejo de Promoción Turística de México (Cptm) y Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), trabajan en equipo para consolidar esta industria. Ambas entidades operan con recursos propios y son brazos de la Secretaría de Turismo de México.
Mientras uno promociona al país como tal, el segundo se encarga de fomentar la inversión turística para crear destinos como ha sido el caso de: Cancún, Los Cabos, Loreto, Ixtapa, entre otros.
Es decir, la inversión pública y privada trabajan de manera sincronizada para comprar tierras con potencial turístico, que fueron previsualizadas.
El Gobierno se encarga de invertir en infraestructura del lugar escogido, por ejemplo, en vías de acceso, servicios públicos, plantas de tratamiento de agua y facilita la llegada de hoteles ancla, claves para detonar zonas escogidas.
Modelo exitoso
Pedro Castelán Reyna, director de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Ixtapa Zihutanejo (destino de sol en el Pacífico mexicano), manifestó que
otro elemento clave fue vincularse con el mercado de Canadá y de Estados Unidos. Cifras oficiales hablan de 10 millones de norteamericanos que visitaron a México en 2015.
También el sello gastronómico y cultural azteca es transversal a todos los destinos del país. “Independiente del destino, no se puede dejar de sentir la esencia del lugar, de la gastronomía y la cultura de nuestro país. Todos los prestadores de servicios reconocemos eso, y ahí hay una gran diferencia”, comentó Dessirée Dufóo, gerente de Relaciones Públicas de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Ixtapa Zihuatanejo.
Pese a crecer vertiginosamente, el turismo internacional representa el 20 % de los ingresos de esta industria en México, cuyo mercado nacional aporta el 80 % de ingresos.
La búsqueda de nuevos mercados y conectividades son prioridades del país, lo que se mezcla con campañas de relaciones públicas y mercadotecnia.*Por invitación del Consejo
de Promoción Turística de México