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Luego de varios años de expansión a nuevos países, una profunda transformación organizacional y varios frentes de obra al mismo tiempo, a Empresas Públicas de Medellín (EPM) le llegó la hora de hacer una pausa e ir con cautela.
Al menos así lo ve su gerente, Jorge Londoño de la Cuesta, quien tiene en su cabeza un indicador que es como un freno de mano para contemplar más expansiones: la deuda de EPM está en 3,5 veces el Ebitda, es decir, triplica el flujo de caja operativo.
Y ese es el límite máximo que la empresa local se puso en los compromisos financieros (covenants) con acreedores internacionales como la banca multilateral y los tenedores de bonos.
De hecho, en los últimos estados financieros reportados a 2015, se evidencia que la deuda total de su matriz asciende a 10,95 billones de pesos, 26 % más que en 2014.
¿Por qué se llegó a esto? Tres ingredientes golpean la caja de la empresa del Municipio de Medellín, lo que podrá evidenciarse en los resultados al primer trimestre, que se conocerán en próximos días: la devaluación, que incrementa en pesos la deuda adquirida en dólares; un fenómeno de El Niño, que obligó a comprar nergía en Bolsa para cumplir sus compromisos; y el daño en la central hidroeléctrica de Guatapé, un gasto imprevisto de 200 mil millones de pesos.
En esas condiciones, Londoño de la Cuesta reconoció en entrevista con EL COLOMBIANO que llegó la hora de concentrarse en terminar los megaproyectos en marcha y esperar a que la deuda baje y así haya margen de maniobra para pensar en nuevas expansiones fuera del país, en vista de las restricciones regulatorias que tiene en energía.
Además, el funcionario confesó que le quita el sueño el apretado cronograma que tiene para cumplir con el Gobierno el compromiso de que la central hidroeléctrica Ituango esté generando en diciembre de 2018, además de los tropiezos por permisos ambientales.
Londoñó reveló que es partidario de que se liquide la sociedad Parques del Río, creada formalmente en noviembre pasado por EPM, ISA y Metro de Medellín, para construir y operar como concesionario el megaproyecto iniciado en la Administración Municipal anterior (ver Para Saber Más).
A lo largo de esta entrevista, se aprecia la diferencia de estilos entre Londoño y su predecesor, Juan Esteban Calle Restrepo, hoy presidente de Cementos Argos. Para el primero está claro que llegó la hora de “consolidar” y “decantar”, antes de seguir la expansión o apalancarse con más deuda.
En todo caso, en su horizonte deberá estar la meta grande y ambiciosa (Mega) del Grupo EPM a 2022: alcanzar ese año ingresos por 16 mil millones de dólares, con un Ebitda de al menos 5.500 millones de dólares, y estar dentro de las 50 multilatinas más grandes.
LAS CUENTAS DE LONDOÑO EN EPM
Con el impacto financiero del fenómeno de El Niño y el daño en Guatapé, ¿se mantiene la meta de alcanzar utilidades por 1,5 billones de pesos este año?
“Es probable que se cierre 100 mil millones de pesos por debajo de lo proyectado, es decir, en torno a 1,4 billones de pesos, con un dólar de 3.200 pesos. Si el dólar promedia los 3.000 pesos, sí es probable que alcancemos la meta de 1,5 billones de pesos. El 55 % se irá para el Municipio vía transferencias, a parte de los 600 mil millones que se girarán por la venta de acciones de EPM en Isagén”.
¿Y cómo cuidará el flujo de caja este año?
“No tenemos problemas de caja, aunque en el primer trimestre sufrió mucho. Entre otras, nos ha ayudado el crédito tipo club deal, que se obtuvo a finales del año pasado por 1.000 millones de dólares con la banca estadounidense, europea y japonesa”.
¿Las cosas mejorarán en el segundo trimestre con la mejor hidrología?
“No es tanto lo que pase entre abril y junio, como poder desquitarnos en lo que ocurra en el resto del año”.
¿Las operaciones en el exterior ayudan a compensar lo que pasa en Colombia, por ejemplo la cuestionada Aguas de Antofagasta?
“Confío y tengo optimismo en esa inversión, porque tenemos una concesión a 18 años que suministra agua al mercado regulado (domiciliario, comercio) y al no regulado (industria). Y en este último segmento es muy buen negocio porque en esa región desértica del norte de Chile se concentran las mineras de cobre y consumen mucho agua. Espero que la tasa interna de retorno de largo plazo sea superior al 10 %, que es muy buena”.
razones de fondo para hacer pausa
Pero sorprende que el alcalde Federico Gutiérrez haya dicho que no se harán más inversiones en el exterior, cuando las empresas de gran tamaño han hecho pausa ante la incertidumbre en Colombia y con sus activos en el exterior es que crecen y se consolidan, ¿por qué EPM no lo hace?
“Eso se explica con tres cosas. Primero. Hay unos proyectos grandes en Colombia rodando que requieren inversión para terminarse, por ejemplo: las centrales Ituango (2.400 megavatios, MW), más adelante las centrales Espíritu Santo (600 MW) y Santo Domingo (56 MW); el proyecto de transmisión Nueva Esperanza, en Cundinamarca; la planta de tratamiento de aguas residuales (Ptar), en Bello; la línea de transmisión Bello-Guayabal-Ancón, por mencionar algunos de los más grandes.”
¿Cuál es la segunda?
“En este cuatrienio se tienen inversiones de 12 billones de pesos, mucha de esa plata está apalancada con banca multilateral y bonos de deuda con inversionistas extranjeros. En ese contexto EPM, se ha definido así misma como una inversión confiable y de bajo riesgo de cara a las calificadoras, y está el compromiso (covenants financieros de EPM) de que la deuda no supere 3,5 veces su Ebitda, y ya estamos en esos niveles. Para tener espacio de poder bajar ese indicador nos demoraremos dos años”.
¿Son dos años sin pensar en expansión internacional?
“Así es. EPM tiene que terminar lo iniciado en Colombia”.
¿Y la tercera razón para renunciar por ahora a más adquisiciones?
“El proceso de transformación organizacional que se emprendió hace dos años no se ha decantando al interior, y no me parece prudente traer nuevas inversiones y filiales a una empresa que aún está en ese proceso interno de ganar claridad organizacional”.
¿El cambio reciente del vicepresidente de Desarrollo Humano tiene que ver con esos ajustes?
“Los cambios son cambios (...). Quisiera que en el año 2017 la gente esté mucho más tranquila y comprometida con el rumbo de la organización”.
así le digan “CONSERVADOR” EN INVERSIONES
¿Así como se busca salir de una inversión de portafolio en Isagén, no se puede ganar caja con la venta del 10,17 % en ISA?
“Indudablemente es un colchón que se tiene, pero no está contemplado vender ahora esa participación”.
¿Se contempla una emisión de bonos, aprovechando la buena calificación que tiene EPM?
“No. Si quiere decirme conservador en inversiones, lo soy. Y es triste ver muchas oportunidades y no poderlas tomar”.
¿Y esa postura es suya o de la junta directiva?
“Es la mía y la defiendo, porque me soporto en los números, y tengo el apoyo del alcalde. Si me brinco los covenants, los acreedores pueden exigir que se les pague por anticipado lo prestado”.
Pero el mayor compromiso de un gerente es el retorno sobre la inversión y si en dos años es más atractivo el exterior que Colombia, ¿haría las inversiones?
“Que quede claro que no renuncio ni cambio la estrategia de mediano y largo plazo de EPM, lo que pasa es que las circunstancias nos obligan a hacer una pausa”.
La diversificación de geografías es una forma de dispersar riesgo.
“Estoy de acuerdo, y ojalá EPM tuviera la plata y el tiempo para seguir haciéndolo. Pero ahora necesito tener una compañía claramente organizada y financieramente sana para poder seguir pensando en adquisiciones”.
En ese contexto, si aparece pronto una inversión atractiva como lo puede ser la ETB para el negocio compartido con Millicom, entonces, ¿se descarta?
“No, pero hay que estudiarlo detenidamente. no puede dejarse de evaluar la posibilidad cuando se pone sobre la mesa un negocio que está en el mercado más atractivo y grande del país. Así que se estudiará la oportunidad, pero no significa que se vaya a comprar”.
Y si a Millicom le dan los números, ¿EPM está dispuesto a perder control accionario en TigoUne?
“En principio, no. Si la decisión hipotética fuera un sí, es ver cómo se compraría. El escenario ideal es que la misma empresa TigoUne sea capaz ella misma de comprar”.
Con las limitaciones regulatorias en generación y distribución de energía que tiene EPM para crecer en Colombia, ¿en dónde están viendo el futuro del negocio de energía?
“Con ese margen restringido, lo que vemos necesario es que el Gobierno defina muy bien cómo será la matriz energética a futuro con la nueva ley de energías alternativas, así como los estímulos que dará para que esa matriz se concrete. Actualmente, si la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) lanza una subasta, vemos que los proyectos ganadores serán los hidroeléctricos, porque es la energía más barata, y no entrarán los proyectos eólicos (viento) o fotovolticos (solares). Entonces que lo puedan hacer depende de los estímulos que dé el Gobierno”.
hidroITUANGO lista en 2018, SÍ O SÍ
Con Guatapé arreglado, ¿qué le quita el sueño?
“La reforma tributaria, los territorios donde opera EPM en un escenario de posconflicto, los dos años y medio que quedan para terminar Ituango, un proyecto de 11,5 billones de pesos y que debe estar generando en diciembre de 2018”.
¿Tiene colchón de tiempo en Hidroituango?
“Los ajustes hechos con el consorcio contratista apenas nos dio para desatrasar obras en el cronograma, pero hoy estamos sin colchón. Pero también, así no afecte cronogramas de obra, preocupa la coordinación con entidades”.
¿En qué sentido?
“La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) me tiene detenida la carretera de 37 kilómetros del sitio de presa a Puerto Valdivia por una caída de piedras al río Cauca en un trayecto de 3 kilómetros, y el Anla detuvo toda la obra. Ya se arregló el problema desde hace dos meses y aún no ha dado autorización para reiniciar y el contratista comenzó a despedir gente. Ya enteré personalmente el ministro de Ambiente y esperamos solución”.
¿Qué se puede hacer?
“Que funcione todo como un relojito y esperar a que las instituciones de distinto nivel que intervienen y ayuda a hacer posible este proyecto, pues nos presten toda su colaboración”.
Por último, en distintos espacios se dice que los comités de nivel técnico son los que realmente gerencian a EPM desde hace muchos años, ¿usted lo ve así?
“Eso lo veo como positivo en una organización que lleva 60 años como un tren y al que llega cada cuatro años un nuevo piloto. Evidentemente, el gerente no se la sabe todas y es una organización muy grande. Pero lo que uno sí puede hacer es el ejercicio de convocar el espíritu de la organización”.
¿A qué se refiere?
“A toda esa capacidad técnica y financiera que tiene EPM y que requiere una visión claramente definida, un norte claro para concentrarse en potenciar a la compañía y evitar, finalmente, perder dinero. Y en eso estamos”.