Con una necesidad de recaudo de 14 billones de pesos que le hacían falta al presupuesto del próximo año (de 258,9 billones) el Gobierno presentó un proyecto de reforma tributaria, que denominó Ley de Financiamiento, que tenía como base la ampliación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) al 80 % de la canasta básica.
Con este cambio se conseguirían 11,34 billones de pesos, pero la oposición del legislativo, los gremios y los ciudadanos hizo reconfigurar esta idea y nació con ella una nueva propuesta.
Ahora, se plantea recaudar 7,5 billones de pesos a través de cambios tributarios que abarcan un impuesto a las bebidas (plurifásico), un tributo de 2 % al consumo a la venta de viviendas nuevas superiores a 918 millones, gravar los dividendos, así como un plan de normalización y otros ajustes y recortes de gasto .