La tecnología está sirviendo para que los avivatos se sigan aprovechando de los incautos, que creen que el dinero puede multiplicarse exponencialmente, de la noche a la mañana, sin que exista una sustentación financiera razonable.
Así lo advirtió Beatriz Londoño, jefa del Grupo de Prevención de la Actividad Financiera de la Superintendencia Financiera. Sostuvo que más que esquemas piramidales para la captación de dineros, como el que implementó en 2008 el Grupo DMG, la estafa se está sofisticando.
“Ahora está tocando a una población a la que antes no llegaba, a la gente joven y, en especial, a los universitarios que permanecen en la web, por donde llegan los mensajes de que se vinculen, con la promesa de altos rendimientos en corto plazo”.
Para la funcionaria, la rapidez con que se propagan mediante el correo electrónico anuncios como el del “club millonario” o “waafclub”, está contaminando a la nueva generación, con el riesgo de llevarlos a repetir defraudaciones millonarias como las de DMG.
Por la omnipresencia que tienen las redes sociales, el fenómeno ya no se focaliza en regiones, sino que se ha propagado por todo el territorio nacional.
“Ahora los estafadores se están amparando en el anonimato que les ofrece la tecnología, así que la estrategia para combatir el problema es que haya una mayor colaboración de la ciudadanía con las autoridades”, añadió Londoño.
La Superintendencia Financiera tiene detectadas más de 50 sociedades captadoras de dinero que no solo prometen altas rentabilidades en poco tiempo, sino que invitan a los incautos a “recomendar” a sus parientes y amigos.