En la marcha del pasado tres de octubre la Cámara Colombiana de la Confección y Afines (CCCyA) lo había advertido: sin medidas apropiadas para apoyar a este sector, las protestas se harían cada 20 días.
En efecto, los reclamos para que se proteja una actividad que, según ese gremio, genera 1,8 millones de empleos volverán a verse hoy en las calles de varias ciudades del país, entre ellas Medellín.
Y es que las medidas que presentó el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo la semana anterior para proteger a textileros y confeccionistas dividieron opiniones.
El paquete gubernamental incluye exigencias de información más detallada en los registros de importación; garantías de permanencia de las etiquetas; reducción de aranceles para hilados que no afecten la industria local; controles aduaneros adicionales y más estrictos para textiles, hilos, fibras y ropa de hogar.
Las iniciativas están contempladas en tres proyectos de decreto que están publicados en la web del Ministerio de Comercio, para los cuales se recibirán comentarios hasta el próximo dos de noviembre, tras lo cual se harán ajustes y luego proceder a su promulgación.
Como respaldo económico, Bancóldex lanzó dos líneas de crédito con 90 mil millones de pesos, para capital de trabajo o modernización.
Pero, la CCCyA señaló que ante el alto nivel de informalidad que observa la actividad confeccionista, los recursos terminan en manos de pocos empresarios.
Anuncios que no colman las expectativas
Jorge Duque, directivo de la CCCyA, afirmó que el paquete de medidas no corrige las desventajas que tienen los confeccionistas colombianos derivadas del contrabando y la menor competitividad frente a países asiáticos.
“Puede que haya muy buena intención, pero ¿eso es para ayudarle a quién?, ¿a grandes importadores o grandes cadenas?, ¿o a dos empresas grandes que están en problemas hace años a las que tratan de sostener?”, indagó el dirigente.
También argumentó que para los confeccionistas locales resulta imposible competir en mano de obra con países asiáticos como Bangladés o Sri Lanka. Mientras aquí un salario vale alrededor de 1,2 millones de pesos por mes, allá no supera los 150 mil pesos.
Añadió que mientras para un partido de fútbol en Colombia se mueven hasta 1.300 agentes de policía, la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) solo cuenta con 1.500 uniformados para estar atentos a todo el país.
Finalmente, aseguró que la propuesta de reducción del arancel de 10 % al 5 % en hilos, que plantea uno de los proyectos de decreto, aplicaría solo para algunos que no se utilizan o no existen.
La marcha hoy en Medellín sale a las nueve de la mañana del parque San Antonio para ir por la Avenida Oriental hasta San Diego, bajar por la calle 33 hasta Carabobo y de allí hasta San Juan para terminar en el parque de Las Luces.
Señales claras y en el camino correcto
Desde la presidencia de Fabricato, Carlos Alberto de Jesús, señaló que las iniciativas del Ministerio de Comercio son positivas y confió en que estas entren en vigor antes de finalizar este año.
“En estos proyectos de decreto se definen precios de referencia y se aumentará el control a las importaciones con precios por debajo de esos niveles”, dijo.
Además, destacó que se anunciaron nuevos operativos como el de la semana pasada, en Bogotá, con la incautación de mercancías por más de 260 mil millones de pesos y la extinción de dominio de algunos bienes.
“La incautación es muy efectiva, pero de efecto corto en el tiempo; es necesario que se mantengan operativos similares y de iguales proporciones para que se genere un impacto de más largo plazo. El decreto va en esta vía porque desestimulará a los que hoy utilizan la subfacturación como medio para prácticas ilegales”, explicó De Jesús.
Sobre el señalamiento de la CCCyA en el sentido de que la norma busca beneficiar a grandes compañías, el empresario expresó: “Entiendo que, en todo caso, los beneficiarios son las empresas formales de la cadena textil y confección”.
Percepción de un problema muy complejo
Joan Trejos Bernal, subgerente de Prendas Confeccionadas (Prenco), consideró que los problemas de contrabando que enfrenta la industria no van a desaparecer con las normas que expedirá el Gobierno.
“Si el consumidor no cambia sus hábitos de compra, seguirá prefiriendo las opciones que llegan de afuera, que no son nada innovadoras, pero que son atractivas por precio”, manifestó el empresario, quien calificó como paliativas las propuestas del Ministerio.
Por su parte, y mirando con “el espejo retrovisor” el empresario Álvaro Yarce, quien en 2010 liquidó su firma Aserhilos, sostuvo que la lucha de la CCCyA es la prolongación de un proceso de desindustrialización que inició hace mucho tiempo y contra la que ningún paquete de ayuda oficial resulta suficiente.
Desde la Cámara de Comercio de Medellín, por último, se insistió en que las cifras muestran que en la actualidad las industrias textil y confección en Antioquia tienen oportunidades (ver Informe y gráficos).