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El incremento de la inflación en el Valle de Aburrá durante el primer mes de 2016 fue de 1,32 por ciento. La cifra más alta observada para las mediciones de enero, por lo menos, desde 2007, después de que el Dane cambiara la metodología del cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
El dato para enero fue 0,29 por ciento superior al reportado hace un año, cuando la inflación varió 1,03 por ciento. Adicionalmente, el IPC del Valle de Aburrá fue superior en 0,03 por ciento al consolidado nacional, que fue de 1,29 por ciento.
El elevado aumento en el costo de vida en el área metropolitana estuvo jalonado por la inflación en alimentos, que fue 2,68 por ciento, 1,04 por ciento más que lo reportado para el mismo mes del año pasado, cuando fue de 1,64 por ciento.
Ahora bien, la medición que comprende desde enero de 2015 a enero de 2016 mostró que el IPC, que mide la inflación, alcanzó para el segmento de alimentos 10,68 por ciento en el Valle de Aburrá. No obstante, los datos del Dane revelan que la inflación anualizada de alimentos en Medellín fue la más baja del país, en contraste con lo ocurrido en Cali, donde el precio de estos bienes varió 14,42 por ciento en doce meses.
Esto cobra mayor importancia, si se tiene en cuenta que, según datos de la firma Raddar, una familia en Colombia gasta 31 pesos en comida por cada 100 pesos de ingresos. El segundo grupo de gasto que más presionó al alza el costo de vida en el Valle de Aburrá fue la vivienda, que varió 0,50 por ciento.
Para Investigaciones Económicas de Bancolombia, las presiones inflacionarias seguirán y se “sentirán con más fuerza en el primer semestre, ante el impacto del fenómeno de El Niño en los alimentos y el traspaso de la devaluación sobre precios”.
El aumento en el costo de vida en el inicio de 2016 lo sintieron de forma más fuerte las familias de ingresos bajos. En Medellín, el IPC para las familias pobres varió 1,76 por ciento en enero y en el consolidado de 12 meses llegó a 7,20 por ciento.
Por su parte, los hogares de ingresos altos tuvieron un aumento en el costo de vida en enero de 0,80 por ciento y en la medición anualizada la inflación llegó a 7,51 por ciento. Ahora bien, en un plano general, las familias de bajos ingresos en el consolidado nacional tuvieron, entre enero de 2015 y 2016, un aumento en el costo de vida de 8,01 por ciento.
Este escenario, para José Roberto Acosta, miembro de la Red de Justicia Tributaria, es problemático, pues “mientras el salario mínimo aumentó 7 por ciento, la inflación de los que menos ganan va disparada, es un grave golpe a las más pobres” .
EN DEFINITIVA
La inflación seguirá apretándole el bolsillo, por lo menos hasta el inicio del segundo semestre del año. En un escenario de desaceleración económica, esto se traduce en menor poder adquisitivo.