Este lunes el General Rodolfo Palomino, director de la Policía Nacional, se retractó sobre la solicitud que había expresado el pasado domingo sobre la posibilidad de considerar la pena de muerte para hechos como la de la masacre de los cuatro niños en Caquetá. Al respecto indicó que en realidad se estaba refiriendo a prisión perpetua.
Así lo aseguró en diálogo con Blu Radio, en el que además se refirió a los presuntos asesinos de los cuatro menores en Florencia (Caquetá), asegurando que según las investigaciones que se han realizado, los capturados eran “asesinos a sueldo”.
Esto, según él, porque no es posible que un hombre que fue capturado por asesinato a una mujer hace 10 años, salga y asesine después a cuatro menores de edad, por lo que propone que haya un debate para que se apruebe la prisión perpetua.
Respecto al crimen, el director de la Policía afirmó que si se ejecutó fue porque los implicados y autores intelectuales iban a beneficios como los predios de la familia Vanegas Grimaldo, además por ejercer venganza contra ellos ya que existían muchos problemas de convivencia con los vecinos de la vereda.
Aún así, señaló que Silvio Martínez, aunque es sospechoso por los intereses que tenía por los predios, aun no está cobijado con orden de captura y que es un tema que se está andando con reserva, pero que lo cierto es que toda esta situación está en “ebullición”.
Por eso mismo pidió que se tuviera prudencia mientras se logra una resolución total del hecho.
El general aseguró que las próximas horas serán muy interesantes, porque quienes están declarando tienen muchas cosas más que decir para esclarecer todo el asesinato, ya que aun hay muchas versiones alrededor de las órdenes recibidas, porque en principio se había establecido que la orden era asesinar a toda la familia y que los implicados, alias “el desalmado” y “el enano”, habrían recibido un anticipo de 500 mil pesos por el crimen.
Los presuntos asesinos que fueron capturados este sábado, según dijo el general Palomino, no huyeron de Florencia debido a que sabían que corrían más riego “volándose” que escondiéndose, por lo que prefirieron esconder la moto en la que se movilizaron la noche del crimen en la propia casa.
