Algunos de los que eran vecinos de Mariana Matija en Manizales, cuando ella era niña, la recuerdan introduciendo hojas de papel debajo de sus puertas. Así les contaba que había que cuidar las especies silvestres, que el hombre estaba creando una cosa llamada efecto invernadero talando demasiados árboles, desde su perspectiva infantil.
Cuando tenía siete años creó un “club ecológico” con sus amigos del colegio y de la cuadra. Acompañados por su mamá salían a caminar por parques naturales y lugares en los que hubiera bosque. El club tenía reuniones, carnés y ese papel que ella entregaba en cada casa era un boletín hecho a máquina de escribir y decorado con lápices de colores.
Hoy, como adulta, tiene un nuevo club integrado por más de 800 personas, además de una comunidad en Facebook de 12.840 seguidores de países como Colombia, México, Chile, Argentina y España, que se identifican con la búsqueda de una vida sostenible.
Esta comunidad surgió bajo una iniciativa llamada “Cualquier cosita es cariño”, blog que se convirtió en uno de sus proyectos principales desde hace dos años, y que fue ganador del premio Bitácoras a Mejor Blog de Innovación y Sostenibilidad, entregado en el certamen de blogs en español más antiguo, con 232.634 votos emitidos por los lectores en 2015.
Hablamos con esta joven manizaleña, radicada finalmente en Medellín después de vivir en Chile y Barcelona:
¿Qué le enseñó sobre sostenibilidad cada ciudad en la que ha vivido?
“Muchísimo. Salir de la zona de confort es parte de la transición necesaria para tener una vida sostenible, y esto consiste en pasar de pensar solamente en uno mismo a compartir con otras culturas y darse cuenta de que lo que una persona hace, nos afecta a todos.
En Chile, por primera vez, viví sola. Allí me enfrenté a ser quien toma las decisiones de consumo, tener en cuenta las marcas y cuál era el origen de los productos.
En Barcelona donde es mucho más marcada la movida de los productos orgánicos, me di cuenta de que había muchas posibilidades para producir y consumir responsablemente.
Y de Medellín veo que dentro de Colombia es una ciudad que le lleva ventaja enorme a las otras en alternativas: hay oferta de productos a granel, restaurantes con opciones saludables, iniciativas ecológicas, etc”.
¿Cómo ha acumulado conocimiento sobre este tema?
“Puro interés personal que viene desde la infancia. Siempre la sensibilidad por la ecología ha estado muy presente en mi familia, y a medida que me he dado cuenta del impacto de nuestras acciones en el planeta, me he puesto a la tarea de buscar qué puedo cambiar en mi vida diaria para reducirlo”.
¿Qué hacen en el club?
“Una vez al mes les voy contando reflexiones personales, hago un resumen de las entradas del mes pero con un poco más de ‘esencia’. Recomiendo textos, películas e invito a los integrantes a que le cuenten algo al resto de la comunidad”.
¿Cuáles son los temas que más llaman la atención?
“A mis lectores les gustan los contenidos útiles como una entrada que hice sobre regalos responsables para Navidad o sobre cómo hacer su propio jabón. Un artículo que recientemente fue muy leído y que generó muchos comentarios fue uno en el que hablo de cambiar toallas higiénicas y tampones por la copa mestrual. En su gran mayoría los comentarios son positivos, pero en este he recibido algunos muy fuertes”.
¿Ser bloguera es rentable?
“Yo le dedico un día entero a la semana al blog. Por ahora es un proyecto hecho por puro amor, me gustaría que en algún momento esto ganara más protagonismo en el ámbito laboral, pero quiero que sea muy coherente con todo la filosofía de vida que estoy llevando y promoviendo”.
¿Cómo fue que ganó el premio a mejor blog de innovación y sostenibilidad?
“Un día recibí un mensaje en el que decía que mi blog había sido nominado por alguien, yo no tenía ni idea pero me alegró saberlo. Así que publiqué la noticia y la gente votó para que quedara entre los finalistas. Después ya era tarea del jurado decidir. Ser la ganadora fue un reconocimiento de los lectores, fue saber que lo que hago es bien recibido”.
¿Qué es HolaEco?
“Es un colectivo que inicié con otras cinco blogueras sobre sostenibilidad, para compartir información, artículos y preguntas”.
¿Qué consejo le daría a quien quiera ser bloguero?
“Uno, es empezar. Los proyectos se paralizan esperando a que todo esté perfecto, lo importante es arrancar y la ventaja de un blog es que siempre está en constante desarrollo.
Otro, que creo que me ha dado parte del éxito, es que compartan contenidos sobre algo en lo que realmente crean, no un tema que esté de moda. Si el tema no conecta con uno la gente lo siente”.