Las nuevas tecnologías aplicadas a la alimentación están consiguiendo que las comidas y las bebidas que consumimos a diario excedan, cada vez más, la tradicional definición de los alimentos como “cada una de las cosas o sustancias que los seres humanos y los animales toman o reciben para subsistir”.
Elaboradas, cultivadas o producto de la granja o la pesca, los alimentos de última generación están dotados de propiedades saludables y protectoras, ausentes en su forma más básica o natural, o de componentes destinados a preservar y multiplicar sus nutrientes, son auténticos superalimentos, como muestra una breve recopilación de las investigaciones más recientes.