Ser abandonado en una cita, padecer acoso, lidiar con personas con tendencias patológicas como la mitomanía, sufrir un robo o contraer una enfermedad de transmisión sexual, son algunos de los riesgos que corren quienes usan las aplicaciones y páginas web para encontrar una pareja sentimental o casual.
Dichos riesgos no solo son de las apps y páginas de este tipo, conocer a alguien a la “antigua” también conlleva los mismos peligros. No obstante, algunos estudios y hechos recientes denunciados en distintos países y en la ciudad señalan que la exposición a la que se someten los usuarios de estos servicios puede incrementar las situaciones de inseguridad.
Las historias son variadas, y van desde las cómicas hasta las graves y preocupantes. Juan Pablo Ramírez, por ejemplo, cuenta que después de conocer a una mujer por medio de Tinder acordó con ella una cita en un restaurante. Para su sorpresa, mientras iba al baño, la mujer se fue.
Carlos (nombre cambiado a petición de la fuente) recibió en su casa en Medellín a otro hombre, Camilo, que recién había llegado de Buenos Aires (Argentina), con sus dos mascotas y un bebé que era su supuesto hijo.
Carlos tomó la decisión de acogerlo después de contactarse con él en una página web y de que el recién llegado le relatara la experiencia que había pasado con su expareja, y de manifestarle no tener dónde quedarse por unos días.
Lo recibió por casi una semana en su casa, y después de notar una actitud rara en Camilo, Carlos decidió espiar algunas de sus conversaciones y descubrió que, por medio de la misma página web donde se conocieron, contactaba distintos hombres y contaba diferentes historias en las que se victimizaba.
Después de que Carlos lo denunciara en la misma página web, muchos decidieron relatar situaciones similares con la misma persona. Una de ellas mencionó el robo de 10 millones de pesos. Sin embargo, el hombre huyó y de él solo saben que, al parecer, se fue a Ecuador.
Carlos contó su inconveniente, pero los usuarios prefieren a veces guardar silencio ante estas situaciones por proteger su vida privada o por temor.
The Telegraph, un diario de Inglaterra, informó que los delitos relacionados con apps como Tinder y Grindr, entre ellos violación, grooming e intento de asesinato, han aumentado siete veces en los últimos dos años en ese país.
“Hay registro de más de 400 delitos relacionados con usuarios de aplicaciones que fueron reportados a la Policía el año pasado y algunos activistas advirtieron que muchos pudieron no haber sido declarados”, informó el diario.
El medio mencionó que la Policía hizo un llamado a los usuarios de las aplicaciones a ser conscientes sobre los peligros de conocer extraños en línea porque son vulnerables a delitos como “sextorsión”.
Pero, para esta época, parece algo difícil de controlar. Vanity Fair, en su artículo Tinder and the dawn of the “dating apocalypse”, (Tinder y el inicio del “apocalipsis de las citas”), señaló que las citas a través de los móviles se hicieron populares hace cinco años, y para comienzos del 2015 ya habían cerca de 100 millones de personas que usaban aplicaciones para conseguir parejas sexuales, a veces tan fácil “como conseguir un tiquete barato a la Florida”.