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La primera transacción con monedas virtuales es casi una leyenda: un usuario compró dos pizzas con 10.000 unidades del entonces desconocido bitcoin, equivalentes a 40 dólares aproximadamente. Era 2010. Hoy en día ese vendedor sería un multimillonario afortunado. Esa moneda ya no es nada desconocida, y un solo bitcoin vale 8.184 dólares.
Desde la aparición de las criptomonedas en 2009, como se le dice a esta unidad de cambio digital, se viene gestando una revolución en el mercado monetario. Bitcoin, Litecoin y Ethereum son algunas de las más conocidas. La primera fue creada por un misterioso personaje conocido como Satoshi Nakamoto y es reconocida como la más importante unidad de cambio digital en la actualidad.
No está lejos
Con un poco de conocimiento digital se pueden comprar monedas en páginas como localbitcoins.com, donde se oferta y se hacen negocios de cambio a partir de un sistema de reputación (como funciona Mercado Libre).
Con una aplicación de celular como Mycelium o Electrum se crean “billeteras” en las que se pueden recibir bitcoins y hacer transacciones con ellas.
Cada vez en Medellín hay mayor interés en este modelo. El teatro Matacandelas desde hace varios años implementó el pago a través de este protocolo para acceder a cada función. Hace 4 años hizo su primera transacción para alquilar el espacio para una conferencia por valor de 0,5 bitcoins (300.000 pesos colombianos para ese entonces). Hoy en día esta misma cantidad equivaldría a 12 millones de pesos aproximadamente.
Juan David Correa, actor del teatro y gomoso de la tecnología, habla de las criptomonedas como un modelo a quedarse. “Esto no se va a acabar. Son tecnologías de igual a igual. Para prohibirlas habría que prohibir el Internet mismo. Se habla de casos apocalípticos y distópicos donde no haya conexión a la red; aun así seguiría funcionando”.
Rocco Gráficas, empresa litográfica de Medellín, también ha hecho transacciones en bitcoins a cambio de sus servicios. Incluso ha recibido pagos de empresas desde Panamá y Brasil, ha hecho publicidad en redes sociales y muchos clientes se han enterado de esta empresa a través de este sistema.
Cómo funciona
El poder de la tecnología reside en la criptografía que, por medio de cifrados matemáticos, permite almacenar información de manera segura.
Las criptomonedas son sistemas de intercambio digital con características que las diferencian de las comunes. Son el futuro del dinero: descentralizadas, no se pueden falsificar, no tienen presencia física, las emisiones y transacciones se hacen de manera colectiva y son imposibles de bloquear.
Lo interesante de esto es que más que una criptomoneda, bitcoin es un protocolo de información, un lenguaje tecnológico que permite el intercambio de datos.
Por ello, bitcoin no es solamente dinero, es una base de datos global que permite la transferencia de información de una persona a otra sin un intermediario. Se hace a través de una llave criptográfica, una especie de firma de autenticidad. Por ejemplo, para un diseño original de Photoshop. Es como la firma que estampó Da Vinci en su pintura y que garantiza que es de su autoría, pero de manera digital.
Regulación en Colombia
“Un espectro está surgiendo en el mundo moderno, el de la Criptoanarquía”, así comienza el Manifiesto Critptoanarquista escrito en 1992 que proponía un cambio en las libertades a través de la red y las nuevas tecnologías.
En Colombia, el Banco de la República se pronunció desde 2014 sobre el uso de este tipo de dinero en Colombia: “No es un activo que tenga equivalencia a la moneda legal, el peso, al no haber sido reconocido como moneda en el país”.
El dólar tampoco ni ninguna otra en el mundo. Maniobra sin salida porque las criptomonedas no pertenecen a un Estado o institución financiera que las regule. En últimas, cualquier moneda es una convención cuyo valor se da a partir de su uso, es decir, un acuerdo social para intercambiar bienes y servicios.
Elior Salcedo, representante legal de Herrcrowley Inversiones, una firma de traiding en Medellín (compra y venta de monedas), y una de las pocas que existen en Colombia, explica que el bitcoin es como si se invirtiera en oro. “Es un activo que fluctúa todo el tiempo, solo que no lo tienes físico”.
Indica que las filtraciones o virus en los dispositivos son algunos de los riesgos que puede encontrarse un usuario al comprar bitcoins, pero siguiendo prácticas correctas es poco probable que esto ocurra.
Actualmente no hay un marco legal directo en Colombia para montar casas de cambio de criptomonedas. La Superintendencia Financiera hizo en este sentido una advertencia, mas no dio soluciones para regular su uso en el país. China, por ejemplo, declaró las criptomonedas objetos de interés nacional y Japón está fomentando su uso.
La utilización de las criptomonedas existentes (se encuentran más de 1.000 tipos en la web) es cada vez más extendida. Microsoft, Overstock y Dell, por decir algunas tiendas multinacionales, reciben monedas digitales en forma de pago.
Ciertamente, este sistema ha sido criticado por la posibilidad que brinda para ejecutar actividades ilegales, como pirámides o compras en el mercado negro, pero no es algo de lo que esté excluida ninguna moneda convencional. Así mismo, ha sido motivo de controversia su uso para la evasión fiscal, pero esto tampoco es exclusivo de ellas.
Rick Falkvinge, fundador del Partido Pirata de Suecia, dice que “bitcoin hará con los bancos lo que el correo electrónico hizo con el sector postal”.
Si esto llegara a ocurrir, convendría estar preparados, investigar, explorar e incentivar el correcto uso de esta nueva tecnología.
Quizá la próxima vez que vaya a ver una banda de rock en El Cantadero de El Matacandelas pueda dejar la billetera en casa. Pague con bitcoins y siéntase en el futuro.