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Más de 2.000 millones de personas están expuestas a temporadasde calor mortal, al menos 20 días cada año. Eso sugiere un estudio publicado esta semana en Nature Climate Change, cuyo autor principal es el investigador valluno Camilo Mora, de la Universidad de Hawai.
Los casos son cada vez más frecuentes, y la incapacidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero aumentarán el riesgo de manera sustancial.
El estudio sugiere que es inevitable que ese exceso de calor represente una amenaza para la vida humana y cada vez será peor.
Esa situación será más sentida en las zonas tropicales, explicó Mora a EL COLOMBIANO, “ya que son más calientes y húmedas”.
Mora y un grupo de expertos en cambio climático realizaron un análisis global de eventos letales de calor, para identificar las condiciones asociadas con mortalidad de personas y cuantificaron las actuales y futuras instancias de esa condición climática en todo el planeta.
La situación es preocupante. Al revisar estudios publicados entre 1980 y 2014, identificaron 783 casos de excesiva mortalidad humana, vinculada con el calor, en 164 ciudades, de 36 países.
Si se considerara la relación temperatura-mortalidad en una ciudad o región específica, serían 1.166 casos en 273 ciudades de 49 países, advirtieron los científicos.
Luego calcularon el umbral más allá del cual la temperatura media diaria y la humedad se hacen letales.
Así, predijeron que en el año 2100, más del 74 % de la población humana podría estar expuesta a un calor mortal de continuar creciendo las emisiones de gases. este escenario pasaría al 48 % en un escenario de drástica reducción de gases.
En lo local
La amenaza también toca a Colombia. Mora reveló que “para Medellín encontramos que hoy en día hay muy pocos días en los que la temperatura y el calor sean letales. Sin embargo, esto va a cambiar con el cambio climático: Habrá muchos días bien calurosos para ustedes”.
Cuando se habla de olas extremas de calor como consecuencia del cambio climático, por lo general, se citan los grandes eventos de Chicago en 1995, París en 2003 o Moscú en 2010, en los que murieron cientos de personas.
La investigación encontró que las olas letales ocurren con frecuencia en varias ciudades en todo el planeta.
Y aunque se considera que las regiones en latitudes altas sufrirán mayor calentamiento que las zonas tropicales, el estudio sugiere que las áreas tropicales húmedas estarán desproporcionadamente expuestas a más días de calor letal para la población.
El tema será exacerbado por una población envejecida, que será más susceptible a los efectos del calor extremo y por la creciente urbanización en las ciudades, lo que aumenta la concentración de calor.
Los investigadores expusieron que las condiciones que mataron personas en el pasado pueden hacerlo en el futuro, pero si resultan en mortalidad humana dependerá de la adaptación. Por ejemplo, el uso de aire acondicionado, las alertas tempranas y otras acciones de este tipo.
Si bien la adaptación social podría reducir exposición al calor mortal, no afectará su ocurrencia. “Dada la velocidad de los cambios climáticos y las numerosas limitaciones fisiológicas, es improbable que la fisiología humana evolucione para una mayor tolerancia al calor”, está escrito en el informe.
Los casos encontrados en la revisión ocurrieron sobre todo en las latitudes medias, con la mayor concentración en Norteamérica y Europa.
Los casos más sonados fueron tres, pero la situación, como dicen las cifras es mucho más severa. En Chicago en 1995 se registraron cerca de 740 muertes, en París en 2003 fueron 4.870 y Moscú vivió lo peor en 2010, cuando la ola de calor mató al menos a 10.860 residentes.
Hacia 2100 se prevé que en latitudes medias, unos 40 grados de latitud norte, habrá en promedio 60 días de calor letal. Las regiones tropicales, que se calentarán menos, tendrán el mayor aumento de todos en días letales.
Otra arista de una realidad agobiante: cambio climático.