La deforestación acelerada de los últimos 200 años está llevando a la desaparición de sistemas cenagosos y a los bosques de manglar, según investigadores de la Universidad Nacional.
Por esta se acelera la deforestación, al llover se arrastran más sedimentos a los ríos, que en el caso de las ciénagas va taponando las entradas y estas mueren. Orlando Rangel y Alexis Jaramillo, del Instituto de Ciencias Naturales, observaron que la tasa de sedimentación ha aumentado en sistemas del Cesar y Córdoba.
Así, en El Sordo, sur del Cesar, es de casi 3 centímetros año, por lo que podría desaparecer en 70 años, mientras que en la ciénaga del Vaquero es de 1,5 centímetros al año, quedándole una vida útil de 200 años. A la de Morales le quedan 200 a 300 años.
Un estudio de la investigadora Yennifer García mostró cómo fue el proceso de formación de la Ciénaga Grande de Lorica desde hace unos 7346 años, llegando a formarse más tarde la ciénaga con presencia de un bosque que fue creciendo, hasta el siglo XVIII, cuando la tendencia se revertió y los árboles comenzaron a caer por la mano del hombre.
Ese fenómeno ha sido observado en las ciénagas Mata de Lata (Ciénaga Grande de Lorica), Vaquero, Juncal, Morales y Costilla, en el sur del Cesar. Mientras, el bosque se mantiene en ciénagas como Castañuelo y Explayao (Ciénaga Grande de Lorica), y Musanda, al sur del Cesar.