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Julián Zúñiga nunca había tenido mascotas. Hasta que se ennovió y se casó. Primero establecía normas y presentaba reticencias y escrúpulos por la presencia del perro en casa. Su condición: “que no se monte a la cama”.
Hoy no le importa, “pero es él quien se baja porque le gusta estar en su espacio”, cuenta.
Esa experiencia y aprendizaje sobre lo que representa una mascota la quiere incluir Julián en su proyecto de desarrollo de las nuevas oficinas de su empresa Team IT.
Como tiene la ventaja de ser un proyecto que parte desde cero, está incluyendo un concepto que en Colombia apenas empieza a gestarse al pensar en espacios de trabajo: oficinas amigables con las mascotas (pet friendly).
“Concibo la oficina como un centro de experiencias en el que los colaboradores se sientan felices”, señala Julián, y parte de esa sensación la transmite el poder acompañarse de ese ser que para muchos es tan especial.
Esta idea, cuenta el arquitecto Juan Fernado Betancur, de la firma Seisasiete, es un desarrollo de espacios que viene especialmente de Estados Unidos.
De hecho, Julián Zúñiga visitó empresas como Google, Facebook y Amazon, que en sus sedes han implementado esta estrategia y cuentan con espacios en los que humanos y animales comparten el entorno, y también algunos diseñados para el momento en que las mascotas necesitan estar solas o tener un poco más de libertad.
Según un informe publicado por el portal capital humano.com, en Estados Unidos asisten cada día al trabajo con sus dueños alrededor de 2.3 millones de mascotas.
En la agencia Arkix son cerca de 15 perros que van cotidianamente con sus dueños al trabajo.
La primera fue Ramona, una perrita que un día se apareció en la sede, se ganó el cariño de todos los empleados y se quedó, hasta que uno de ellos finalmente la adoptó.
Pero a partir de esa experiencia, cuenta Misael Martínez, gerente de la agencia, se dieron cuenta de que no era imposible compartir espacios, sin que se afectara la productividad.
Fue así como, tras mirar ejemplos, especialmente foráneos, desarrollaron una política para permitir a los colaboradores que quisieran llevar sus mascotas
Eso sí, con un claro reglamento para evitar situaciones que afecten la convivencia entre ellas o distraigan en exceso a sus dueños y a los demás colaboradores. Incluso hay veto si una mascota se porta muy mal.
En el desarrollo del proyecto Team IT, Juan Fernando Betancur sostiene que uno de los retos fueron los materiales. Optó por aquellos con gran resistencia y que también facilitaran su asepsia.
Pisos en melamina PVC y tapetes repelentes a la humedad y, además, con texturas que dan un ambiente más agradable tanto para los humanos como para los animales.
En este sentido, la veterinaria y etóloga Margarita Solórzano plantea que el diseño de los espacios debe tener en cuenta que mascotas y dueños puedan interactuar y estén cerca.
También que los animales tengan un espacio para juegos en el que puedan correr, moverse, “porque es imposible que estén quietos todo el día”. En lo posible, un lugar abierto para que la mascota pueda también ejercitarse y evitar el estrés de estar en un espacio cerrado todo el tiempo.