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Que el niño esté bien “repuestico” es para algunos padres sinónimo de salud. Sin embargo, si lo ven flaco, muchos se alarman y en algunas ocasiones consultan al médico. Los niños tienden a continuar con la misma conducta alimenticia durante el curso de su vida adulta.
Comer mal –a destiempos, en exceso, de forma desequilibrada–, enferma a personas de todas las edades de forma crónica. Numerosos estudios relacionan el sobrepeso con enfermedades como el infarto.
Existen más de 60 enfermedades relacionadas con la obesidad. En Colombia, dentro de las diez primeras causas de mortalidad, al menos seis están directamente relacionadas con ella. Cerca del 52 % de la población de Colombia está por encima de su peso saludable, la obesidad es una epidemia.
Ahora, lo que sucede en familias donde hay personas obesas, es que los niños de estos núcleos adquieren malos hábitos alimenticios por imitación, sumado a que mantienen una vida sedentaria favoreciendo el sobrepeso.
Que los padres incentiven malas conductas de alimentación en sus hijos puede afectar para siempre su salud. Sólo el 1 por ciento de la obesidad se da por vía genética, dice la doctora Luz Helena Moreno, pediatra de grupo EMI, “pero es bueno que los padres hagan evaluar a los pequeños”, reitera.
Se considera que un niño es obeso cuando supera el 20 por ciento de su peso ideal, según replica la doctora Moreno. Para ella, en la ciudad, esto sigue siendo un problema a considerar y a esta percepción especializada se suman los resultados del Perfil de seguridad alimentaria y nutricional de Medellín, realizado en 2015. En Medellín, la prevalencia de sobrepeso en niños menores de 5 años fue de 15 por ciento con mayor prevalencia en niños menores de 2 años, con el 6,6 por ciento. Entre tanto, los niños entre los 11 y los 17 años presentaron prevalencia de sobrepeso de 15 por ciento.
Un estudio publicado en American Journal of Preventive Medicine encontró que tener un televisor en el dormitorio aumenta el riesgo de obesidad en los pequeños. El estudio analizó información sobre 369 niños de 5 a 18 años que se sometieron a escáneres corporales para determinar la cantidad de masa grasa que tenían.
La visualización de televisión durante cinco o más horas al día estuvo asociada con niveles elevados de triglicéridos y riesgo cardiometabólico total.
Según otro estudio de la Universidad de la Sabana, los niños bogotanos consumen más de seis horas de televisión al mes. El niño americano promedio de 8 a 18 años ve alrededor de cuatro horas y media de televisión cada día.
Se trata de cuidarlos.