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A conquistar el objeto más lejano jamás explorado

Ultima Thule es el remanente de la formación del Sistema Solar que recibirá una visita relámpago en Año Nuevo.

  • En esta composición gráfica se observa a New Horizons sobre Plutón. En los recuadros las posibles formas que puede tener Ultima Thule. FOTO Nasa
    En esta composición gráfica se observa a New Horizons sobre Plutón. En los recuadros las posibles formas que puede tener Ultima Thule. FOTO Nasa
31 de diciembre de 2018
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Cuando apenas hayan terminado los abrazos y deseos por el nuevo año, a 6.600 millones de kilómetros una nave cruzará por la reliquia congelada más lejana jamás visitada por un artefacto de origen humano.

A las 00:33 del martes 1 de enero (hora colombiana), New Horizons, la misma que a mediados de julio de 2015 cruzó cerca de Plutón y sus lunas, volará a solo 3.500 kilómetros de Ultima Thule o 2014 MU69, un cuerpo de unos 30 kilómetros de diámetro en la fría región del cinturón de Kuiper (ver Radiografía).

Una misión que comenzó el 19 de enero de 2006 con la intención de pasar cerca al planeta enano Plutón y que fue extendida para alcanzar otro objetivo dentro de los límites del combustible que la impulsa.

Un mundo pequeño

Fue el telescopio espacial Hubble el que encontró el 26 de junio de 2014, mucho más allá de aquel planeta, un pequeño objeto designado con el número 485968 que fue elegido como siguiente meta.

Llamado luego informalmente Ultima Thule (más allá del mundo conocido) con base en una votación pública.

“Ultima es especial por dos razones”, expresa Alan Stern, quien ha sido director de la misión.

“Primero, basados en su tipo de órbita sabemos que se formó más allá de donde está ahora New Horizons, en la mitad del cinturón de Kuiper donde las temperaturas se acercan al cero absoluto”.

Y segundo: “dado donde se formó y porque no es lo suficientemente grande para tener una actividad geológica como Plutón y los planetas grandes, esperamos que sea el ejemplo mejor preservado de un bloque de formación planetaria jamás explorado”.

Será una ventana a las primeras fases de formación de planetas y a lo que era el Sistema Solar hace 4.500 millones de años.

Pero, en definitiva, no se sabe qué se podrá encontrar.

Dos que parecen uno

Las fotografías que envía la nave desconciertan a los científicos. La luz reflejada por Ultima Thule que muestran las imágenes, no concuerda con la observación hecha desde la Tierra en 2017 cuando el objeto ocultó una estrella, momento aprovechado para hacer diferentes mediciones.

El análisis sugirió que Ultima podría ser no uno sino dos cuerpos orbitando uno alrededor del otro. O podría tratarse de un objeto con una forma muy elongada.

Ahora no saben qué pensar. Las fotos de los últimos meses no muestran las variaciones en el brillo que se esperarían si fueran dos objetos o uno alargado.

“Es el primer acertijo que planea Ultima”, dice Stern, cuya base es el Southwest Research Institute en Boulder, Colorado (Estados Unidos).

Y aunque podría haber otras explicaciones (que esté rodeado de polvo o hasta minilunas), el sobrevuelo de New Horizons develará el misterio.

No solo distinguirá su forma sino también los rasgos, que podrían estar, como muchos asteroides y lunas, dominados por cráteres por impactos. Y de ser así se podría conocer mejor, con base en la edad de los choques, el número de pequeños objetos en esa región.

“Hará un mapa de la composición de la superficie, determinará cuántas lunas tiene (si las hay), si hay anillos o incluso una atmósfera. Hará otros estudios, como medir la temperatura y tal vez su masa”, agrega Stern.

“Son observaciones en la frontera de la ciencia planetaria”, explica Hal Weaver, otro de los científicos.

Hasta ahora se piensa, según análisis en 2016, que su color podría ser rojizo por exposición de hidrocarburos a la luz solar.

El mismo lunes llegará la primera imagen de unos 10.000 pixeles, que será publicada el 2 de enero. Y en los días siguientes serán muchas más para comenzar a descifrar ese lejano mundo.

Hola y adiós

La nave no se detendrá en Ultima Thule ni le dará vueltas. Seguirá de largo, por lo que será corto el tiempo para que los instrumentos a bordo registren y envíen la información, desde las fotografías hasta la composición espectral que dirá de qué está hecho este objeto de Kuiper, situado a unos 1.600 millones de kilómetros más allá de Plutón.

Hoy vuela derecho hacia su objetivo. La trayectoria indica que pasará a 3.500 kilómetros de este (más de tres veces más cerca de lo que pasó sobre Plutón).

A mediados de diciembre el grupo de 12 miembros del equipo que estudia los peligros utilizó la más potente cámara telescópica (Long Range Reconnaissance Imager o Lorri) en busca de posibles obstáculos y no observaron ninguno adelante: ni anillos ni pequeñas lunas ni otro objeto.

Si se hubiera hallado algo, se habría dirigido a pasar a más de 10.000 kilómetros de Ultima.

Por eso el 18 se hizo la última maniobra de corrección de trayectoria. New Horizons está ahora en la ruta óptima.

A las 7:53 de la mañana de ese día los cohetes se encendieron durante 27 segundos, para un ajuste de 0,26 metros por segundo en la dirección, quedando ahora con máximo 300 kilómetros de error y una ganancia de cinco segundos a destino.

Fue la corrección de rumbo más lejana hecha hasta hoy en alguna misión.

Los datos de la sonda confirmaron que la maniobra fue exitosa, reportó el Centro de Operaciones en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad John Hopkins en Laurel, Maryland.

A la distancia en que se encuentra, la señal de radio en un solo sentido tarda seis horas en llegar.

“Desde el diseño a la navegación y la operación, este grupo ha trabajado muy duro para llevar la nave adonde requiere estar para esta histórica exploración el cinturón de Kuiper”, comenta Alice Bowman, directora de las operaciones en aquel Laboratorio.

“Luego de guiar New Horizons durante 13 años y más de 6.500 millones de kilómetros, estamos listos para conducir el sobrevuelo más lejano en la historia y mostrar un nuevo mundo”.

Lo que fue, fue

Stern explica que la nave entró en Modo Encuentro, por lo que no se pueden hacer más correcciones de rumbo. En esta forma se asegura que funcionen las actividades científicas en el sobrevuelo incluso si la nave tiene problemas.

En este caso, muy raro, New Horizons se comunicaría con la Tierra en busca de nuevas instrucciones, pero si sucediera ya muy cerca del objetivo no se recibiría a tiempo la información del paso por Ultima. Para obviar la situación por algún inconveniente usa de modo autónomo el software a bordo para corregir los problemas y reasumir las actividades sin necesidad de esperar las directrices de los técnicos. Serían 12 horas.

Vista desde la sonda, 2014 MU69 parece estar en la constelación Sagitario, en la misma dirección al centro de la Vía Láctea, no lejos del plano central de la galaxia. El campo de visión que muestran las imágenes está repleto de estrellas, en una de las áreas más congestionadas del cielo.

Una gran capacidad

Y si bien esta nueva etapa de la exploración del Sistema Solar resulta emocionante y retadora para los científicos, fue Plutón el objetivo principal de la misión lanzada a bordo de un cohete Atlas V desde Cabo Cañaveral en Estados Unidos.

Los 50 gigabites de datos recogidos durante el acercamiento, el sobrevuelo y la partida del planeta enano, revelaron una gran cantidad (todavía en análisis) de información desconocida y no menos sorprendente.

Se encontró que está activo geológicamente, que su densidad es mayor a la que se estimaba desde la Tierra y que su composición es 2/3 roca con gran cantidad de hielo y material carbonáceo (orgánico).

Y la atmósfera es muy delgada, compuesta principalmente de nitrógeno molecular (N2), seguido por metano, y no se está escapando a un ritmo acelerado, lo que constituyó toda una sorpresa.

No menos interesantes fueron los aportes sobre las lunas, en particular Caronte, la más grande. No tiene atmósfera y su superficie está dominada por hielo de agua.

Las otras, Styx, Nix, Cerberos e Hidra son irregulares y van de los 30 a los 50 kilómetros de diámetro. Sus superficies están cubiertas por completo también por hielo.

El turno ahora es para Ultima Thule, habitante de un sector donde también se encuentran otros objetos similares, aunque no pegados unos de otros, tan basta es.

Así, en un periodo de 72 horas en las que se obtendrá la mayor información mientras pasa de largo, lo que hoy aparece como un punto tenue en los más potentes telescopios se convertirá en un mundo conocido y explorado.

Otro gran paso en la exploración del Sistema Solar.

20
meses tardará la nave en enviar los datos del sobrevuelo en Ultima Thule
450
millones de kilómetros más o menos recorre New Horizons cada año
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