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HISTÓRICO
Uno, dos, tres... aquí cuentan fantasmas
  • Uno, dos, tres... aquí cuentan fantasmas | Henry Agudelo | El equipo de empleados de la Funeraria Betancur asumió esta tarea de censar los fantasmas de Medellín con mucha seriedad y respeto. Ya elaboraron una especie de clasificación por categoría, según el comportamiento de esos espíritus que se niegan a abandonar las casas y edificios que habitaron en vida.
    Uno, dos, tres... aquí cuentan fantasmas | Henry Agudelo | El equipo de empleados de la Funeraria Betancur asumió esta tarea de censar los fantasmas de Medellín con mucha seriedad y respeto. Ya elaboraron una especie de clasificación por categoría, según el comportamiento de esos espíritus que se niegan a abandonar las casas y edificios que habitaron en vida.
Gustavo Ospina Zapata | Publicado

Quien lo escucha y lo ve hablar con tanta naturalidad sobre la existencia de fantasmas en Medellín, no duda un segundo del convencimiento que tiene William Betancur de que esos seres de otro mundo habitan entre nosotros.

Y está tan seguro de lo que dice, que incluso ya tiene un censo de cuántos hay, además de fotografías, videos y voces de algunos de ellos.

Afirma que tiene contados 215 y que en su computador hay imágenes de 27.

Si bien al principio resultó algo exótica la noticia de que la Funeraria Betancur, de la que es su gerente, se dedicó a hacer un conteo y registro de los fantasmas de la ciudad, todo fue tomando fuerza. Es más, la historia se regó por el mundo y las agencias internacionales la han tomado como cierta.

De todas formas, tanto William como su hermana Mercedes afirman que su tarea no es convencer a nadie de que es cierto que los fantasmas rondan en casas y edificios. "No nos vamos a poner en esas, lo que estamos haciendo es un trabajo serio y ahí están las fotos y los testimonios", sostiene Mercedes.

William, muy sereno y exaltado con lo que está logrando desde que le dio por "cazar" fantasmas con su cámara, se apoya en el dicho aquel de que "¿fantasmas?, uno no sabe si creer o no, pero de que los hay, los hay".

Se eriza la piel
¿Quién no ha escuchado ruidos extraños en su casa? ¿En qué edificio viejo o patrimonial no se sienten espantos o la presencia de seres que rondan en las noches?

Atendiendo esas inquietudes, William y su funeraria, que el año próximo cumple 100 años, quisieron empezar a recuperar ese patrimonio que son los fantasmas.

"Empezamos a oír historias, que suena una teja, que mueven una puerta, que hay una sombra que pasa, y quisimos mirar la realidad, qué tan ciertas eran esas historias", explica William.

Y entonces empezaron a sistematizar todo. Se dotaron con cámaras digitales especiales y conformaron un grupo de cinco personas que se dedicarían a hacer de este tema, siempre muy exótico, un hecho serio.

Hay una secretaria que recibe las llamadas y los reportes de la gente sobre la presencia de fantasmas o seres extraños en sus inmuebles. La información llega vía telefónica o por internet.

"Creamos la dirección de correo censofantasmas@hotmail.com , donde la gente reporta cada caso y nosotros le brindamos asesoría para que dejen la angustia".

Los resultados han sido tan buenos, que ya hay registros de mensajes desde Singapur, Brasil, Argentina y otros países pidiendo asesoría para darles "cacería" a esos seres de ultratumba, es decir, para espantarlos o aprender a convivir con ellos, porque, según William, tampoco hacen daño, "están ahí y hay que aprender a convivir con ellos".

Para muestra estos dos botones: desde Argentina un contacto escribió: "en mi casa se aprecia una persona alta rondando y se siente un escalofrío y los pelos se erizan, ¿qué se puede hacer?".

Otro escribió: "hola, tengo una amiga que compró una casa y no la puede habitar, porque suceden cosas extrañas, aparecen sombras, se mueven los muebles. Además, tiene un bebé que no para de llorar a causa de estos acontecimientos. Por favor, contáctenos lo más rápido posible, está muy desesperada. Muchas gracias...".

Cacería y oraciones
Kelly Rendón, una joven de 19 años y empleada de la Funeraria, hace parte del equipo "cazador". Ella, además de vestirse con un traje con capucha, estilo monje benedictino pero de color blanco, que va a los inmuebles a tratar de fotografiarlos y contactarlos, también atiende a quienes llaman a reportar esas presencias.

Ella se ve tranquila y dice que siente mucha emoción, "porque vamos a ayudar a muchas personas, hemos empezado a orar por ellas y esperemos que con la ayuda del Señor todo va a salir bien... los fantasmas causan sugestión, ¡huy, qué terror, qué monstruos!, pero no, si los tratan bien no pasa nada".

Es decir, Kelly, a la que uno siente muy normal, una jovencita alegre y amistosa como todas las de su edad, ve con naturalidad la existencia de fantasmas y da como un hecho que son una realidad.

Su compañera Luz Marina Ríos explica que ella es la encargada de recibir las llamadas, "y depende de lo que detecte, pongo a las personas en contacto con mi jefe (William) para que le cuenten la historia y las tengamos en cuenta en las oraciones".

Añade que se les nota la angustia y llaman, porque ven que el trabajo es serio, "piden todas las ayudas posibles y tratamos de dárselas".

Para esta labor, William hasta clasificó los fantasmas en tres categorías, así:

-Los de baja intensidad, que emanan energías muy pesadas y negativas. Hacen daño.

-Los amigables, que corresponden a los duendes o espíritus burlones, que mueven las cosas y hasta las cambian de sitio e incluso algunos agreden a las personas.

-Y por último están los de alta energía, que corresponden a los ángeles, "son luminosos y su energía es blanca".

Para dar credibilidad a lo que explica, William enseña las fotos. Pero si uno espera ver una especie de sombra blanca y difusa, para sorpresa lo que aparece son puntos de luz, círculos con algo de volumen al lado de personas, proyectados sobre las paredes, puertas y objetos, o flotando en el aire, como se les ve en la superficie del río Medellín, donde los círculos están en cantidades.

"Es por las historias y la gente que tiene que ver con el río, es un lugar también de mucha alegría", dice William.

Hay fantasmas que se manifiestan como haces de luz, una especie de cabellera formada por rayos de colores que pasa de repente.

Uno creyera que se trata de una foto tomada a velocidad, en barrido, pero de inmediato William le sale al paso a la posible duda: "usted ve que el carro está quieto y la que tiene movimiento es la luz, ¿cierto?", afirma muy convencido.

Ahora, usted en su casa, amigo lector, no se imagine a William ni a su grupo, incluidas Kelly y Luz Marina, como unos personajes tétricos o con miradas extrañas. Al contrario, son de lo más comunes y corrientes. Y en sus escritorios no hay imágenes raras ni fotos de seres de ultratumba o cosas de esas.

Tienen, en cambio, computadores, papeles y los demás objetos propios de quien ejerce una función de empleado.

Nuestra ciudad carga una larga historia de fantasmas y alguna vez alguien debía de asumirla y ponerle seriedad. No se trata de que William y su grupo les van a poner el tatequieto o a cazarlos. Sólo los van a censar, les van a tomar fotos y de pronto, si los resultados siguen siendo tan buenos como los que han obtenido, harán un libro o un video sobre el tema.

A partir de ahora queda notificado: si siente que en su casa hay un fantasma, no se quede con la piel erizada por el susto: repórtelo a la funeraria, que un comando de "cazafantasmas" -aunque ellos no lo llaman así- saldrá en su auxilio. Por lo menos intentará hacerle fotos y mostrárselo y luego elevar mil oraciones para su descanso, pero especialmente para el del fantasma, para que descanse en paz y deje descansar a los que siguen vivos y agitados en los avatares de esta tierra...

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