¿Puede el Pacto medirse en dos consultas? Así es el galimatías jurídico que tiene en vilo al petrismo frente a 2026
El Pacto Histórico desistiría de la consulta interna del 26 de octubre por temor a que su participación le impida competir luego en la de marzo con el “Frente Amplio”. Pidió un concepto jurídico a la MOE que lo corrobora. Primicia.
Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia. Experto en asuntos políticos, parlamentarios y de Gobierno. Subeditor de la sección Actualidad.
No cesa la controversia ni el revuelo en las huestes petristas alrededor de la decisión adoptada por el Pacto Histórico que, alegando “falta de certezas jurídicas”, resolvió bajarse –por ahora– de la consulta interna que realizaría el 26 de octubre para elegir su candidato único. De fondo, según pudo establecer EL COLOMBIANO, hay un temor frente a su participación o no en la consulta de marzo próximo, en la que se medirá con otros sectores de izquierda en el denominado “Frente Amplio”.
La duda es de primer orden: si el Pacto resuelve participar en la consulta del 26 de octubre –aun con todas las dificultades y peros que hay alrededor–, ¿puede volver a medirse con otras fuerzas en marzo?
“Nosotros no queremos poner en riesgo el ‘Frente Amplio’ que es el que nos da el triunfo realmente, no esta consulta de octubre”, reveló a este diario uno de los nueve precandidatos en puja que busca asumir las banderas del presidente Gustavo Petro y darle continuidad a su proyecto político en 2026.
Lo cierto es que la incógnita alrededor de si pueden participar en ambas consultas llevó al propio partido –en cabeza de dirigentes como Gabriel Becerra, de la Unión Patriótica, y Alirio Uribe, del Polo Democrático–, a solicitar un concepto jurídico formal a la Misión de Observación Electoral (MOE), especializada en asuntos de la materia.
La pregunta fue clara: “¿Es jurídicamente viable, con el panorama normativo actual, realizar la consulta para definir precandidatura presidencial del Pacto Histórico el 26 de octubre de 2025 de forma tal que la persona ganadora quede habilitada para participar posteriormente en una consulta del 8 de marzo de 2026 con el Frente Amplio y otros sectores, sin incurrir en incompatibilidades o restricciones legales y reglamentarias?”.
Advirtiendo que a la fecha no se cuenta con un precedente en esta materia y que su concepto no es más que una opinión, pues los llamados a dar claridades son el CNE (Consejo Nacional Electoral) y el Consejo de Estado, la MOE llegó a una conclusión tajante: la participación en ambas consultas podría abrir la puerta a demandas e incluso, a la anulación de alguno de los procesos que pondrían en jaque su aspiración.
Citando leyes alrededor de la organización y funcionamiento de los partidos, así como de los procesos electorales, la organización precisó que, aunque no hay un límite para las consultas interpartidistas, la norma indica que este tipo de procesos “únicamente podrán ser realizados para la escogencia de candidatos de coalición”.
Es decir, una cosa es la consulta para tomar decisiones y otra para escoger candidatos que llegarían a una coalición. “Si bien la consulta remitida al CNE fue presentada como una consulta para ‘toma de decisiones’, al tratarse de una consulta interpartidista, la ley no le permite esa finalidad”, concluyó el organismo.
Por otro lado, la MOE advirtió que la elección del candidato presidencial en octubre podría interpretarse, a la luz de la normatividad, como un mandato obligatorio de que ese será el aspirante formal de la colectividad y no podría participar después en otra consulta interpartidista, “porque ello configuraría doble militancia o incumplimiento de una decisión popular obligatoria”.
Semejante galimatías jurídico sería la razón de peso que habría llevado al Comité Político del Pacto a bajarse de la consulta de octubre. No obstante, el propio presidente Petro pareció estar en desacuerdo con la posición: “El Pacto Histórico debe ir a consulta popular. Es el pueblo el que tiene derecho a elegir sus candidatas o candidatos”.
Sin embargo, no todo es adverso. Si bien el petrismo renunció a la consulta interna –muy a su pesar, dado que la fusión de sus partidos quedó en veremos por orden del CNE–, resolvió que en la misma jornada del 26 de octubre, aunque no tendrá candidatos presidenciales, sí someterá a decisión ciudadana la conformación de las listas al Congreso.
“Ante las circunstancias jurídicas que actualmente nos impiden realizar consultas como movimiento unificado, el Comité Político Nacional del Pacto Histórico ha decidido acudir al mecanismo de consulta interpartidista para definir exclusivamente sus listas al Senado y a la Cámara de Representantes. En consecuencia, se inscribirán las precandidaturas avaladas con el fin de conformar listas cerradas, paritarias y con alternancia de género”, precisaron.
Lo anterior implica, en plata blanca, que aunque no vaya a escoger aún a su candidato a la Casa de Nariño, el petrismo sí buscará tener un espacio en la jornada del 26 de octubre en busca de visibilidad. Lo anterior, pese a que se requieren recursos por al menos por $200.000 millones –lo que cuesta la instalación de mesas en todo el país–, con tal de escoger a sus aspirantes al Congreso, un proceso que usualmente se hace de forma interna y sin necesidad de gastar recursos del erario.