Cronología de una tortura: así fueron las 432 horas del secuestro del niño Lyan José en Jamundí, Valle
El niño fue liberado en la tarde de este miércoles después de estar 18 días secuestrado por disidentes. Se fundió en un abrazo y lágrimas con sus padres. Así fue su doloroso cautiverio.
Cazador de historias. Futbolista frustrado: me tocó gambetear con las palabras.
Lyan José Hortúa, de 11 años, tuvo que esperar 432 horas para volver a abrazar –hasta las lágrimas– a sus padres. Estuvo secuestrado por un grupo armado que pretendía canjear su libertad por dinero. Este 21 de mayo fue entregado a una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo.
“El niño está en buen estado de salud, pero tendrá que ser llevado a un centro médico para garantizar que esté muy bien. Nos fue entregado a una comisión de la Defensoría y a su familia”, celebró la defensora del pueblo, Iris Marín.
Tuvieron que pasar 18 días para que los captores –al parecer el Frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc– accedieran a liberar al menor. La presión de la sociedad civil, las marchas y los pedidos de libertad fueron claves para presionar a los secuestradores. Así fue la cronología del secuestro.
3 de mayo
El niño Lyan jugaba dentro de su casa en zona rural de Jamundí (Valle). Eran las 6:30 de la noche y afuera llovía. De repente, las cámaras de seguridad de la vivienda registraron el momento en que cinco hombres armados y con pasamontañas ingresaron a la fuerza.
El secuestro ocurrió en cuestión de cinco minutos. Uno de los raptores tomó al niño por el cuello para evitar que escapara: los demás intimidaban con armas largas a los padres del niño y a la colaboradora del servicio doméstico.
“Matamos al muchacho”, “matamos al muchacho”, era lo que replicaban los ilegales. El niño, sin camisa y descalzo, fue arrastrado de la nuca hasta una camioneta que estaba parqueada afuera de la vivienda. También se llevaron a una de las empleadas domésticas que fue liberada horas después.
5 de mayo
Un grupo élite del Gaula de la Policía asumió las labores de investigación para dar con el paradero del niño de 11 años. La Gobernación del Valle del Cauca ofreció una recompensa de hasta 200 millones de pesos por información que permitiera dar con su paradero.
“Al menor se lo llevaron hacia la parte alta de Jamundí”, decía el brigadier general Carlos Oviedo, comandante de la Policía Metropolitana de Cali y añadía: “Los padres indican que no habían recibido ninguna amenaza o extorsión antes. Pero por las circunstancias de los hechos entendemos que es un secuestro con fines extorsivos”.
Las primeras pesquisas señalaban como responsables de este crimen al Frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc como los responsables de este hecho. Esa facción es comandada por alias Iván Mordisco.
6 de mayo
La comunidad de Poterito, el corregimiento donde vivía el niño se dio cita para realizar una manifestación pacífica en la que pedían por su liberación. Vecinos, líderes sociales, religiosos, familiares y amigos salieron a marchar. Ese día se hicieron públicas las imágenes que daban cuenta del momento en que ocurrió el secuestro.
8 de mayo
Los plantones para exigir la liberación del menor se extendieron a la ciudad de Cali. Ese día, el ministerio de Defensa difundió un cartel con los nombres de los hombres que serían los responsables de este secuestro: señalaron a alias Oso Yogui como el autor intelectual del rapto, un cabecilla del Frente Jaime Martínez.
“Esa gente no tiene alma, los secuestradores son malos. Nosotros estamos en angustia porque no sabemos si está comiendo, si está siendo tratado bien o si le están pegando, no sabemos nada”, dijo Alexander Hortúa, tío del menor.
12 de mayo
Se cumplía una semana desde el secuestro del niño Lyan. La Iglesia católica, la Defensoría y organizaciones de Derechos Humanos empezaban a tender los primeros puentes humanitarios para lograr su liberación.
Se conoció que los disidentes de la Jaime Martínez tenían “intención” de entregar al niño: afirmaban que el secuestro fue un “error”.
“Lo primero que nos dijeron es que fue un error. Lo segundo es que estaban dispuestos a hacer un gesto humanitario de devolver al niño. Y lo tercero es que estaban buscando las condiciones para lograrlo. Nosotros como Arquidiócesis de Cali, junto con la ONU, con la Cruz Roja, hemos estado en contacto con un canal continuo y estamos esperando solamente que nos den esa buena noticia de ir a recoger el niño en las circunstancias donde sea y en el lugar donde sea estamos dispuestos a ir”, dijo Ómar Arturo López, vicario de la Arquidiócesis de Cali.
13 de mayo
Las movilizaciones se replicaron, esa vez, de forma multitudinaria en Jamundí y en otros puntos del Valle del Cauca. La comunidad pidió con fuerza por la liberación de Lyan y para que cesara la arremetida de los grupos armados contra los niños, niñas y adolescentes.
“Queremos decirle no a los violentos. Necesitamos a nuestros niños, niñas y adolescentes libres de cualquier situación de conflicto. Los niños son intocables”, dijo Marta Isabel Gutiérrez, personera de Jamundí.
16 de mayo
Gerardo Mendoza, personero de Cali, envió un ofició al presidente Gustavo Petro para que generara las condiciones de seguridad y permitiera a las entidades humanitarias organizar la logística para la liberación.
19 de mayo
Angie Bonilla, madre del niño, grabó un desagarrador testimonio y le pidió al presidente Petro atención urgente al caso de su hijo Lyan.
“Mi niño sufre de inflamación en los pulmones y no puede recibir atención médica. No me imagino que algo le pase... no sé dónde está. Pido misericordia, presidente, que me mire con ojos de amor y compasión, que también es padre. Yo solo pido que me devuelvan a mi hijo. El perdón ya está”, decía Bonilla.
“Hijo de mi alma, eres un niño valiente. Gracias por estar firme. Sé que lo vas a lograr”, añadía la madre del menor.
20 de mayo
Hubo un consejo de seguridad en Jamundí. Las autoridades recibieron un reporte en el que los ilegales afirmaban que el niño estaba en buen estado de salud. La Fuerza Pública descartó hacer un rescate armado.
En contexto: Liberaron a Lyan José, el niño de 11 años que permanecía secuestrado en Jamundí, Valle
“Se descarta un rescate del menor Lyan José en aras de preservar su vida, integridad personal y sus derechos superiores. Según información de autoridades locales, el menor se encuentra gozando de un buen estado de salud y reiteramos el rechazo a este abominable delito de secuestro de menor de edad y reiteramos el llamado al grupo armado ilegal para que lo liberen prontamente”, dijo Javier Sarmiento, procurador delegado para el seguimiento a la implementación del Acuerdo de Paz.
21 de mayo
La familia de Lyan se fundió en un abrazo. El niño fue entregado a una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo. Fue trasladado hasta un centro médico para su evaluación.
“Fue una pesadilla, ahora es un milagro”, dijo la mamá de Lyan David.