Angie Bonilla no lograba contener las lágrimas al intentar poner en palabras lo que sentía tras conocer la noticia de la liberación de su hijo, Lyan José Hortúa, el niño de 11 años que permaneció 18 días en cautiverio en el Valle del Cauca. La emoción la desbordaba. Apenas podía hablar cuando las cámaras la abordaron minutos después de confirmarse que su hijo estaba sano y salvo.
“Dios mío, esto es un milagro de Dios”, repetía entre sollozos la madre, quien días atrás había suplicado públicamente al presidente Gustavo Petro que intercediera por la liberación de su hijo.
Aún con la voz entrecortada, Angie relató el horror que vivió durante casi tres semanas de incertidumbre, miedo y desespero. “Fue horrible, una pesadilla. Esto fue la muerte, Dios mío”, dijo, visiblemente afectada, en declaraciones a Noticias RCN.
El reencuentro entre madre e hijo se dio tras la entrega del menor a una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo. Aunque Lyan José se encuentra en buen estado general, deberá someterse a exámenes médicos para verificar su condición de salud.
Le puede interesar: En video | Así fue el emotivo reencuentro entre Lyan José y su familia tras su liberación en Jamundí, Valle
La historia de Lyan José ha conmovido al país entero y su liberación representa no solo un alivio para su familia, sino también un llamado urgente a los grupos armados ilegales para que cesen los secuestros y respeten la vida y la integridad de los niños y niñas en Colombia.
El presidente, Gustavo Petro, también se pronunció en varias ocasiones. Un día antes de la liberación, escribió en su cuenta de X: “Lyan no es mercancía. Quienes convierten a un niño en mercancía ya no son sino tratantes de personas: esclavistas. Quienes lo retienen, desobedezcan a sus superiores. Libérenlo ya”.
La vicepresidenta Francia Márquez también rechazó el hecho y exigió su liberación inmediata, señalando que el conflicto no puede seguir afectando a los menores de edad.
