Colombia

Los tres cuestionados viajes en aeronaves de Policía que tienen en la mira a la institución por supuestos gastos innecesarios

El último de ellos fue a la Asamblea General de Interpol en Marruecos, donde se usó una aeronave de lujo investigada por la Contraloría.

Periodista especializado en temas de crimen organizado, terrorismo y conflicto armado. Creador del podcast Revelaciones del Bajo Mundo. También soy escritor y dramaturgo, autor de las obras teatrales “La Trilogía del Mal” y “Estallido”.

hace 4 horas

La visita del director de la Policía de Colombia a la 93° Asamblea General de Interpol en Marruecos, está suscitando cuestionamientos de cuenta de los supuestos gastos innecesarios del avión empleado y la sombra de Verónica Alcocer, de quien se ha dicho que al parecer trató de gestionar su regreso a Colombia en ese vuelo.

El evento inició el 24 de noviembre y termina este jueves 27, en la ciudad de Marrakech, con la asistencia de representantes de 172 naciones, con el propósito de discutir asuntos sobre la lucha contra el crimen organizado transnacional, el ciberdelito y el papel de la mujer en los cuerpos policiales, entre otros.

De parte de Colombia asistió el director de la Policía Nacional, general William Oswaldo Rincón Zambrano.

El primer cuestionamiento que produjo su viaje fue la utilización del polémico avión Embraer Legacy 600 VIP, cuya adquisición en 2023 generó una investigación por detrimento fiscal de parte de la Contraloría General de la República.

Tal cual informó este diario en su momento, la Policía invirtió cerca de 12 millones de dólares (unos 58.000 millones de pesos al cambio de ese momento), en la compra de una aeronave de lujo con la capacidad de transportar a 13 personas, pese a que el presupuesto que se había asignado para ese rubro contemplaba la necesidad de conseguir una capaz de transportar a por lo menos 44 pasajeros.

Por tal motivo, la Contraloría indicó en ese entonces que “se priorizó la compra de un avión con unas características que no satisfacen el interés social perseguido, que era la ampliación de la capacidad operativa de la Policía Nacional, y, así, redundar en una mejor prestación del servicio patrullaje aéreo para la seguridad ciudadana, en cuanto a transporte de tropa y equipos”.

El Embraer Legacy, según fuentes cercanas a la situación, no tiene la autonomía de vuelo suficiente para cubrir la distancia entre Bogotá y Marrakech, motivo por el cual tuvo que hacer dos escalas en las islas caribeñas y África, situación que no solo incrementó el tiempo del trayecto, sino los costos operativos.

Una hora de vuelo de este aparato está costando entre US$6.000 y US$7.000, lo que provocó algunos cuestionamientos sobre el porqué el oficial no usó un vuelo comercial que le ahorrara gastos a la Institución.

Al margen de esto, de manera extraoficial ha surgido la versión de que la primera dama Verónica Alcocer habría hecho gestiones para tratar de abordar el avión en una escala en la ciudad turca de Estambul, pues debido a las restricciones que le impuso la inclusión en la Lista Clinton, al parecer no ha podido salir de Europa, según el presidente Gustavo Petro.

Sobre este asunto, EL COLOMBIANO consultó a la Cancillería, desde donde respondieron que no tenían acceso a esa información y remitieron la indagación a la Presidencia, cuya explicación no se han conocido.

De igual manera, le preguntamos a la Policía Nacional, y continuamos a la espera de su versión.

Los cuestionados vuelos para el Ministerio del Interior

Esta no es la primera polémica que involucra vuelos de la Policía en el actual Gobierno. El pasado mes de mayo hubo un escándalo porque ese mismo avión Embraer Legacy fue empleado para el transporte de influenciadores y delegados de la Casa de Nariño a Barranquilla, para un cabido abierto.

El vuelo, que partió de Bogotá hacia la capital del Atlántico, llevaba entre otros al entonces embajador en México, Álvaro Moisés Ninco Daza, y a los activistas de redes y creadores de contenido conocidos como “Me dicen Willy” y “Celso Tete Crespo”.

Lo ocurrido provocó un debate de control político en el Congreso, donde se cuestionó a la Policía por el uso de sus recursos para fines que no tenían que ver con su misionalidad.

El subdirector, general Rosemberg Novoa, se defendió alegando que el servicio se prestó en el marco de un convenio interadministrativo con el Ministerio del Interior.

Pero ahí no pararon las supuestas irregularidades. Esta semana la Contraloría reportó hallazgos fiscales por el presunto empleo indebido de helicópteros de la Policía en el transporte de Juliana Guerrero, la excandidata a ocupar el Viceministerio de la Juventud, que acabó enredada en un escándalo por la supuesta obtención irregular de un título universitario.

El ente de control aseveró en un comunicado que, cuando estaba adscrita al Ministerio del Interior en calidad de secretaria ejecutiva, realizó cinco viajes en helicópteros policiales que no tenían que ver con ese despacho, sino con gestiones políticas en la Universidad del Cesar.

En dichos vuelos, realizado el 19 y 20 de junio de 2025 entre Bogotá, Valledupar y Aguachica, el mero gasto en combustible fue de $213’548.069 pesos.

“Los hechos evidencian que, si bien existió autorización ministerial, el objeto del viaje no se enmarca dentro de la misionalidad institucional, por cuanto la asistencia a un órgano directivo de una universidad pública corresponde a funciones diferentes a las propias del Ministerio del Interior (...), lo cual generó un menoscabo al presupuesto público y, en consecuencia, un daño patrimonial al Estado”, recalcó la Contraloría.

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