“Estaba en el radar de la Selección”: Kevin Mantilla y la herida más profunda de su lesión en el DIM
El defensa central Kevin Mantilla, de 22 años, se recuperó de su lesión de rodilla y regresó a jugar con el DIM. Sueña con llegar a la Selección Colombia.
Periodista de la Universidad de Antioquia con énfasis en periodismo narrativo. En El Colombiano cubro deportes. He sido enviado especial a partidos de la Selección Colombia en Barranquilla. También a eventos de ciclismo como el Clásico RCN, Tour Colombia, Giro de Rigo, partidos de tenis, carreras de atletismo, natación, gimnasia, tiro con arco. He cubierto 7 finales del fútbol colombiano (6 in situ) y el Mundial de Qatar. Sigo la actualidad del DIM, Nacional y deportes del ciclo olímpico. Hago perfiles de deportistas. Presentador de El Debutante y realizador para redes sociales. Tuve un paso por el equipo digital: escribí breaking news.Trabajé en el programa Ángulo Deportivo de la emisora cultural de la UdeA. Escribí para La Oreja Roja y La Cola de Rata sobre migración, política internacional, economía y deportes. Fui voluntario de la Revista Arcadia en 2018. Produje y edité un podcast en serie llamado Duplas. Lector, salsómano y amante de sufrir en bici.
El día después de que se rompió los ligamentos de la rodilla izquierda, el defensa central del DIM, Kevin Mantilla, lloró. No como consecuencia del dolor, que con el tiempo y la aplicación de hielo bajó un poco, sino por la frustración que le produjo saber que esa situación lo alejaba del sueño de llegar a la Selección Colombia.
Era 13 de febrero de 2025. Una resonancia confirmó lo que Kevin supo desde que sintió en la rodilla, el dolor intenso que la noche anterior, en el partido contra Unión Magdalena, le quitó el equilibrio a su articulación y llevó a que lo sacaran en camilla de la cancha del Atanasio Girardot: sus ligamentos se rompieron y debían operarlo.
Cuando Medellín comunicó el diagnóstico, el técnico de la Selección Colombia, Néstor Lorenzo, llamó a Mantilla para expresarle su lamento por la lesión. “Lo que más duro me dio no fue la lesión, sino esa llamada. Yo quería tener continuidad para estar en el radar del equipo nacional y por eso regresé al país, llegué al Medellín. Entonces el profe me dijo por teléfono que sentía la lesión y que me venía haciendo seguimiento: estaba en el radar de la Selección. Por eso lloré muchísimo”, confesó el jugador de 22 años en diálogo con EL COLOMBIANO.
“Confiar en el proceso”
Por aquellos días Mantilla, quien creció en los barrios Galicia y Perdomo de la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de Bogotá, recordaba que no era la primera vez que algún escollo se interponía entre él y el objetivo de llegar a la Selección.
Cuando pudo ser incluIdo en la lista de jugadores que disputaron varios juegos amistosos en Estados Unidos, no pudo ir porque no tenía visa. En otro par de oportunidades estuvo cerca de concentrar con el cuadro cafetero de mayores, pero lesiones leves, sobrecargas musculares, terminaban dejándolo fuera. “He estado al borde de ir, pero no se me ha dado. Más bueno, Dios tiene cosas grandes para mí y el momento llegará”, agregó Mantilla desde su casa de Medellín, un día después de haber jugado, contra América, su primer partido completo tras los 8 meses y 2 semanas que duró su recuperación.
-¿Qué fue lo más difícil de ese proceso?
-“Lo más duro fue el primer mes. En ese momento era completamente dependiente. Me tenían que ayudar incluso para ir al baño. No era tan chévere, pero con el paso del tiempo creo que eso me ayudó a fortalecer el carácter y volverme más fuerte, no solo en lo físico, sino también en la parte mental”.
Con el paso del tiempo recuperó autonomía. Sin embargo, mientras lo consiguió por completo, en medio de terapias, entrenamientos de fuerza en los que trabajó los músculos de su pierna hasta estar “10 puntos” para volver a competir, Kevin estuvo acompañado por su mamá. El futbolista tiene una relación muy cercana con su progenitora. En Medellín vive con ella y Wilbie, un perro que compró en Argentina, cuando jugaba en Talleres de Córdoba y que desde entonces lo acompaña en los momentos que se siente triste, solo.
La afinidad de Mantilla con su madre tiene dos razones. Por un lado, que ella es una mujer joven y eso ayuda a que se entiendan mejor. De otra parte porque cumplió el rol de papá, mamá, y lo apoyó –sin medida– desde que, siendo niño, empezó a jugar en la escuela Champions, que entrenaba cerca al barrio donde vivía. Cuando entró a la cantera de Santa Fe y debía viajar casi cinco horas al día para entrenar, o jugar partidos. En el momento que debutó como profesional, cuando estuvo en el Sudamericano sub-20, el Mundial de la categoría, y cuando se fue para Argentina.
Por eso, quizás, es que Mantilla recuerda con orgullo que, desde que le entregaron su primer sueldo, su sueño fue llevarla a cenar a un restaurante que se llamaba “La Parrilla”, por la calle 80 de Bogotá –a donde se fueron a vivir cuando subió al plantel profesional porque quedaba cerca del lugar de entrenamiento–, que le parecía bonito y veía siempre que pasaba en Transmilenio.
Con el paso del tiempo, invitar a su madre a cenar se le convirtió en “ritual”. Mientras recibía el alta por parte del cuerpo médico del Medellín, Kevin salió muchas veces a hacer ese plan con su progenitora, quien le ayudó a “confiar en el proceso”: ambos sabían que la lesión iba a pasar y el defensor volvería a jugar.
Volver para cumplir un sueño
Mantilla vive el fútbol con gran profesionalismo. Dedica casi todo su tiempo a este deporte, que no solo cambió su vida, sino que le ha dado buenos amigos. Uno de ellos es Jhojan Torres, un caleño que juega en Santa Fe. Se conocen desde jóvenes y, por eso, cuando el cuadro cardenal resultó campeón del Apertura, le dedicó un mensaje en redes sociales que generó polémica entre los hinchas del DIM.
“Lo hice por nuestra cercanía, porque conozco su historia y todo lo que luchó. Fue un mensaje más personal, de amigo, que otra cosa. Pero al final entendí a la hinchada del Medellín, que estaba dolida y por eso pedí disculpas. La gente entendió y, en este tiempo, me han hecho sentir muy bien, acogido en esta institución”.
Salvo ese impasse, Mantilla ha tenido una buena experiencia en el Medellín. En el club, los compañeros lo quieren. Desde que regresó a convocatorias, tras la derrota 5-2 en el clásico contra Nacional, concentra con Daniel Londoño, con quien tiene una muy buena relación.
El futbolista, cuyo préstamo con el Rojo finalizará el 31 de diciembre próximo, asegura que regresó más fuerte y confía en que podrá ganarse un puesto entre los titulares del equipo dirigido por Alejandro Restrepo. Además, manifiesta que en los entrenamientos, por lo general, cumple el rol de defensor por derecha –posición de Léyser Chaverra–, más que de central.
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Lo hace con oficio. En su proceso formativo jugó varios partidos como lateral derecho. También fue “volante 6” y ahora, tras superar una de las pruebas más complejas de su carrera deportiva, tiene la ilusión de volver a sentirse importante, “coger ritmo de nuevo y ayudar al equipo para ser campeón, ¿dónde les firmo a los hinchas que prometo darles un título?”, aseguró.
A Mantilla le gustaría quedarse en el Medellín. Si el equipo clasifica a Copa Libertadores, continuaría para jugar el torneo, tener la “exposición internacional” que requiere, recuperar su nivel y recibir de nuevo una llamada de Néstor Lorenzo que lo haga llorar, pero esta vez no por frustración, sino de la alegría de cumplir su mayor sueño: vestirse con la camiseta de la Selección de mayores. Lo que haga en el DIM, será la plataforma para eso.
El DIM juega el miércoles en Barranquilla
El primer partido del DIM en los cuadrangulares será contra Junior en Barranquilla el próximo miércoles. El cuadro rojo es favorito para ser finalista. Así viven estos días desde la percepción de Mantilla: “Estamos muy ranquilos por el trabajo que hacemos. Venimos aferrados a la idea con la que estamos jugando y siento que el favoritismo se lo dejamos a la gente. Seguimos trabajando con humildad para afrontar cada partido como una final. Motivados, queremos ir por todo y queremos ser campeones de la Copa. Tenemos las herramientas para poder llevarnos los dos títulos. Además, lo importante es que todos estemos de en un gran nivel físico y mental”.