Medellín

EL COLOMBIANO ganó el Premio Nacional de Periodismo Camacol por su trabajo sobre las laderas en el Valle de Aburrá

Los periodistas Juan Diego Ortiz Jiménez, Jacobo Betancur Peláez y Santiago Olivares Tobón del Área Metro fueron galardonados en la categoría Prensa por su profunda investigación sobre la crisis de urbanismo, riesgo geológico y criminalidad en los asentamientos informales del área metropolitana.

hace 17 minutos

Este viernes EL COLOMBIANO fue reconocido con el Premio Nacional de Periodismo Camacol 2025 en la categoría Prensa. El galardón, entregado en su novena versión durante el Congreso Colombiano de la Construcción, destacó el trabajo de los periodistas Juan Diego Ortiz Jiménez, Jacobo Betancur Peláez y Santiago Olivares Tobón por un informe titulado La “bomba de tiempo” que tiene el Valle de Aburrá en sus laderas: más de 65 puntos críticos y 35 muertos este año.

Lea el informe galardonado en este enlace

El trabajo periodístico galardonado por Camacol constituye un análisis profundo y necesario sobre la vulnerabilidad estructural que enfrenta el suelo del Valle de Aburrá.

La investigación evidenció que las tragedias ocurridas en la ola invernal del primer semestre de este año, que dejó por lo menos 35 muertos en municipios como Sabaneta, Bello y Medellín, son un síntoma claro de una crisis que se ha agravado en la última década. Se trata de una problemática que, de no atenderse, podría llevar a que más de 300.000 personas vivan en zonas de alto riesgo antes del año 2030, según cálculos oficiales.

El informe es contundente al señalar que el riesgo está intrínsecamente ligado a la geografía y al cambio climático. Alrededor del 57% del territorio metropolitano tiene inclinaciones superiores a los 15 grados, lo que intensifica el riesgo geológico.

Solo en Medellín, se han identificado 65 puntos críticos ocupados por asentamientos informales que se expanden en medio de la pobreza y el abandono institucional. Para añadir más presión al panorama, un dato alarmante revelado es que el 25% del territorio metropolitano tiene algún tipo de amenaza asociada al cambio climático, una vulnerabilidad que ha cobrado más de 850 vidas en eventos geológicos desde el siglo XX.

El trabajo de El Colombiano responde a las causas de esta ocupación al señalar factores estructurales como el alto costo del suelo urbanizado, cuyo precio promedio por metro cuadrado en la ciudad subió un 16,2% entre 2022 y 2023, sumado al déficit cuantitativo de vivienda, que obliga a cerca de 37.000 familias en Medellín a necesitar una vivienda nueva.

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Esta escasez, aunada a dinámicas de desplazamiento forzado, obliga a las familias de menores ingresos a ocupar laderas inestables. La informalidad, aunque acarrea altos costos económicos y sociales, se convierte así en la única alternativa disponible para lograr un techo.

Finalmente, los periodistas resaltaron que la expansión de estos asentamientos críticos ha generado una jugosa renta para los grupos armados que controlan las zonas periféricas de Medellín. Estructuras como La Terraza, La Sierra y Los Triana ejercen un control que el Estado no logra sostener, procediendo a lotear ilegalmente terrenos de alto riesgo para venderlos a familias vulnerables. El artículo, que desnuda esta crisis, es una lectura que permite entender cómo la falta de planificación, el riesgo geológico y el dominio criminal se han conjugado para crear la “bomba de tiempo” que amenaza a la región metropolitana.