Medellín

En la ciudad subió el optimismo a 63% y se redujo el hambre: Medellín Cómo Vamos

El informe de calidad de vida y la encuesta de percepción ciudadana del programa muestran una ciudad con confianza en el futuro y mejores indicadores de pobreza. Preocupan la vivienda y la planeación frente a los cambios demográficos.

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Comunicador Social - Periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana. He trabajado para medios como Radio Bolivariana y El Tiempo. Hago parte del Área Metro e investigo temas de gobierno, política, salud, servicios públicos e historia. Creo en la importancia del periodismo para vigilar al poder.

hace 1 hora

Una ciudad que recuperó el optimismo y la confianza en sus instituciones públicas, pero en la que todavía persisten grandes retos sociales hace parte de la radiografía que arrojó el más reciente informe de calidad de vida y la encuesta de percepción ciudadana revelada por el programa Medellín Cómo Vamos.

En un ejercicio que le midió el pulso a la economía de esta capital, la situación de su niñez, los cambios demográficos, la vivienda, entre muchas otras variables, el ejercicio entregó un diagnóstico lleno de contrastes, en los que se profundizará este miércoles durante la presentación del documento completo.

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A nivel institucional, uno de los resultados más importantes consiste en un repunte en el optimismo de los ciudadanos, que alcanzó el valor más alto desde la pandemia.

Este indicador, que se construye preguntando a los medellinenses su opinión sobre el porvenir de la ciudad, había alcanzado el porcentaje más crítico de su historia en 2023, cuando solamente el 40% de los encuestados pensaban que el Distrito iba por buen camino.

En 2024, ese ítem logró levantar cabeza y subir a 52%, pero para este año alcanzó un 63%, el más alto desde 2021 y en sintonía con los niveles que solían registrarse antes de la pandemia. Dicho valor equivale a 23 puntos más que el fondo tocado en 2023.

Aunado a este punto, la imagen de varias instituciones públicas, duramente golpeadas en el pasado periodo de gobierno, también lograron recuperarse.

Uno de los casos más notables fue el de Empresas Públicas de Medellín (EPM), una de las entidades más golpeadas en su reputación en el cuatrienio pasado, cuando su imagen favorable había cerrado en 75% en 2023.

Tras el cambio de gobierno, la entidad logró recuperar terreno y culminar el 2024 con una imagen positiva de 84% y este año cerró en un 89%, es decir cinco puntos porcentuales más.

Otras entidades que recuperaron su imagen positiva fueron Emvarias, que pasó de 73% en 2024 a 81% en 2025; el Inder, que pasó de 77% en 2023 a 87% este año; y Telemedellín, que pasó de 63% en 2023 a 70% en 2025.

En dicho campo, el Metro se mantuvo como la entidad con mayor imagen favorable, alcanzando para el informe de este año un 96%, cuatro puntos más que el 92% registrado el año pasado y seis más que el 90% de 2023.

Pobreza mejoró, pero hay alertas

En su pulso a la situación económica de la ciudad y las necesidades básicas de los hogares, el informe arrojó un panorama con grandes avances, pero también con múltiples preocupaciones.

Uno de los principales logros fue un retroceso importante en los hogares que reportaron que alguno de sus miembros había ingerido menos de tres comidas en un día.

Vale recordar que este indicador se había disparado desde la pandemia, pasando de 16% en 2019 a 22% en 2020. Ese 22% se mantuvo en 2021, pasó a 24% en 2022, luego a 26% en 2023 y después a 28% en 2024, este último el porcentaje más alto desde que se hacía la medición en 2006. Sin embargo, para 2025, dicho índice bajó al nivel más bajo desde la pandemia, un 19%; es decir, nueve puntos por debajo del dato del año anterior.

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Pese a que el hambre está atravesada por múltiples factores, la mejoría en ese panorama coincidió con un repunte en otros indicadores económicos, sobre todo en materia de empleo.

Por ejemplo, únicamente en cuanto a la tasa de desocupación, tanto Medellín como su área metropolitana alcanzaron una por debajo del promedio nacional. Mientras en el país este indicador cerró en 8,6% entre junio y septiembre de 2025, en Medellín fue de 7,3% y en el área metropolitana del Valle de Aburrá fue de 6,4%.

Esa mejora vino además acompañada por un repunte en la percepción de los ciudadanos. Mientras en 2021 solamente el 13% de los medellinenses consideraba que era fácil encontrar empleo, esa cifra subió a 32% en 2022, bajó a 26% en 2023, luego subió a 33% en 2024 y se ubicó en el informe de este año en 35%.

Otro indicador positivo resaltado por el programa es la diversificación económica de la capital antioqueña, en la que el sector cultural ya ocupa a más de 90.000 personas (en 2021 ocupaba a 60.000).

“Las actividades culturales y creativas han ganado protagonismo en la economía de la ciudad, la gente se siente satisfecha y la asistencia a actividades culturales para 2025 aumentó en promedio 67%, la cifra más alta desde que se mide esta pregunta. El crecimiento fue especialmente fuerte en los estratos bajos, lo que hace más democrático el acceso a la cultura”, celebró el programa.

En cuanto a la pobreza monetaria, el informe señaló que los hogares en esa condición disminuyeron en tres puntos porcentuales. De igual forma, la pobreza multidimensional mantuvo su tendencia a la baja y se ubicó en 11,4 puntos en 2024 (el indicador estaba en 12,2 puntos en 2023).

No obstante, aquí comienzan los contrastes. En el caso también de la pobreza, Medellín Cómo Vamos alertó que los indicadores muestran que esta se está concentrando en las personas menores de 18 años, quienes aportan el 36% de los ciudadanos clasificados en condición de pobreza monetaria; es decir, una tercera parte de los pobres.

A renglón seguido, el programa señaló que si a este indicador se suma la transición demográfica por la que están atravesando tanto el Distrito como el país, dicho fenómeno pone sobre la mesa la urgencia de tomar medidas en materia de planeación.

Sobre este último tema, el programa advirtió que para 2024, Medellín se mantiene como una de las ciudades con una de las menores tasas de fecundidad en el país.

Esta condición fue vinculada por el informe a una tendencia para que el índice de dependencia económica aumente, es decir, una menor proporción de personas en edad de producir con relación a las personas que ya no participan del mercado laboral y necesitan ser cuidadas.

Dicho indicador, ubicado en 39% el año pasado, se proyecta que podría dispararse al 47%, empujando a la ciudad a tener que fortalecer sus estrategias para cuidar a quienes ya no pueden valerse por sí mismos.

“Los hogares con menores a cargo y jefatura femenina sin cónyuge concentran una alta vulnerabilidad: alrededor de dos de cada tres de estos hogares están en estratos 1 y 2. El informe plantea estos cambios demográficos como una señal para la planeación de largo plazo”, dice el informe.

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Medellín Cómo Vamos también le puso la lupa al problema de la vivienda y el hábitat en este territorio, otro de los componentes que en el mediano y largo plazo han preocupado a urbanistas.

En esta dimensión, el programa arrancó alertando que los datos del Distrito dan cuenta de que el déficit habitacional ya se ubica en los 192.000 hogares, la mayoría clasificados con el problema de déficit cualitativo; es decir, que en sus casas hay problemas de calidad constructiva, servicios públicos o sus integrantes viven hacinados.

Tan solo en cuanto al problema del hacinamiento, los datos analizados por el programa, provenientes del Departamento Administrativo de Planeación de Medellín con corte a 2025, daban cuenta de que por lo menos 69.000 hogares estaban habitando en casas hacinadas, pero con potencial de ser mejoradas.

Sobre la situación de la vivienda, el programa también elevó su voz de alerta por el crecimiento de los asentamientos situados en zonas de alto riesgo, principalmente por la ocurrencia de movimientos en masa y crecientes súbitas, entre otros.

Esa observación, cabe recordar, aparece justamente cuando expertos en hábitat han señalado que desde la pandemia la aparición de puntos críticos de asentamientos irregulares se disparó, sobre todo en sitios como las inmediaciones de la Vía al Mar, el morro de Moravia y el barrio El Faro, entre muchos otros.

En su informe, Medellín Cómo Vamos destacó no obstante los esfuerzos del Distrito por mejorar los diagnósticos y los estudios de estos sitios críticos, como parte de una estrategia de modernización de entidades como la Secretaría de Gestión y Control Territorial.

“Aunque en los últimos años se han realizado inversiones importantes en estudios de riesgo y obras de mitigación y no se ha sido tan ambiciosos con mejoramiento de vivienda y reasentamiento por riesgo. A la escala actual, estas intervenciones sólo alcanzarán a reducir alrededor de 3,3 % del déficit cuantitativo con asignación de vivienda nueva y un 10% con subsidio para adquisición de vivienda, solo si se logra culminar exitosamente los procesos de compra y cierre financiero de las viviendas”, apuntó el programa.

Finalmente, Medellín Cómo Vamos hizo un apunte de optimismo y señaló que las fianzas del Distrito de Medellín dan cuenta de una de las “posiciones fiscales más sólidas del país”. Por cuenta de un “ciclo económico positivo”, el programa destacó que la ciudad está en un momento ideal no solo para continuar profundizando sus logros, sino para redoblar sus esfuerzos con el fin de cerrar brechas.