Arancel cero para insumos textiles tendría efectos ocultos para el TLC con Estados Unidos, alerta AmCham Colombia
El Decreto 1197 abre insumos más baratos, pero usar hilados de países sin TLC puede disparar aranceles a casi 28,3% en exportaciones textiles.
Comunicador social - Periodista de la UPB Bucaramanga. Magíster en Estudios Políticos de la Universidad de Caldas. Especialista en Comunicación Digital. Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2023. Miembro de Consejo de Redacción.
El reciente Decreto 1197 del Ministerio de Comercio, expedido el 14 de noviembre de 2025, dejó una puerta abierta y otra entrecerrada para la industria textil y de confecciones en Colombia.
Por un lado, redujo a 0% el arancel de 10 subpartidas de hilados sintéticos y de algodón provenientes de países sin acuerdo comercial vigente con Colombia.
La medida rige por un año y busca aliviar costos, responder al desabastecimiento y empujar la política de reindustrialización, sobre todo para un Sistema Moda cada vez más presionado por la avalancha de importaciones de productos terminados a precios bajos.
Pero mientras el Gobierno presenta la norma como un salvavidas para la competitividad interna, la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia) prende las alarmas con esta advertencia: si esos hilados se usan en prendas exportadas a Estados Unidos, el país podría perder una parte sustancial de sus beneficios comerciales del TLC.
Y la alarma no es menor. Estados Unidos representa el 31% de las exportaciones colombianas de textiles y confecciones al mundo, por lo que cualquier variación arancelaria pega directo en la rentabilidad, los contratos y la permanencia en un mercado estratégico.
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Regla “yarn-forward”: la mamá de las llaves en el TLC
En la mayoría de prendas clasificadas en los capítulos 61 y 62, el TLC entre Colombia y Estados Unidos opera bajo la regla “yarn-forward”.
En palabras simples: el hilado, el tejido y la confección deben ser originarios de Colombia o de Estados Unidos para que la prenda califique al beneficio arancelario preferencial.
¿Qué pasa si se usan hilados de países sin TLC —como India o China— que no estén en la lista de short supply? El origen se rompe. Y al romperse, la prenda deja de ser considerada originaria bajo el TLC.
El efecto inmediato es automático, según AmCham Colombia, Estados Unidos cobra el arancel NMF (Nación Más Favorecida), que para gran parte de las confecciones se mueve típicamente entre 15% y 20%, con un promedio ampliamente utilizado de 18,3%.
La tarifa recíproca de 2025: el recargo que agrava el panorama
A esta carga se suma la tarifa recíproca del 10%, creada por las órdenes ejecutivas de 2025 en Estados Unidos. Este recargo se cobra siempre, incluso cuando un producto entra a arancel cero por TLC. Y cuando no cumple origen, se suma encima del NMF.
El resultado es un cóctel arancelario que puede cambiar completamente la ecuación de negocios.
Ejemplo clave: una camiseta que puede pasar de 10% a 28,3% de arancel
Para entender el impacto, AmCham Colombia plantea un caso práctico. Por ejemplo, una camiseta de algodón HS 6109.10, producida en Colombia, con valor de 10 dólares, exportada a Estados Unidos.
Escenario 1: la prenda cumple origen
Hilados originarios de Colombia o EE. UU. y Tejido y confección en Colombia.
-Arancel TLC: 0%
-Tarifa recíproca: 10%
-Carga total efectiva: 10%
-Pago del importador: US$1
Escenario 2: la prenda no cumple origen (usa hilados del Decreto 1197)
Se usan hilados importados de India o China, incluidos en el Decreto 1197. Se rompe la regla yarn-forward.
-Arancel NMF promedio: 18,3%
-Tarifa recíproca adicional: 10%
-Carga total efectiva: 28,3%
-Pago del importador: US$2,83 (US$1,83 por NMF + US$1 por recíproco)
El contraste, según el gremio, es que la misma camiseta paga casi el triple si no cumple las normas de origen del TLC.
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Impacto directo para Colombia: contratos, márgenes y confianza
Para un sector que depende en gran medida del mercado estadounidense, este salto arancelario puede traducirse en reducción de márgenes, pérdida de competitividad, renegociación a la baja de contratos, sustitución de proveedores colombianos por asiáticos o mexicanos, y pérdida de presencia en un mercado que mueve miles de millones al año.
AmCham Colombia insiste en que las empresas evalúen con lupa el efecto del Decreto 1197 en sus exportaciones.
La tentación de importar hilados más baratos puede terminar costando mucho más en aranceles al llegar a Estados Unidos.
Además de los sobrecostos, exportar sin cumplir las reglas de origen —o certificar un origen preferencial que no corresponde— puede desencadenar en cobros retroactivos de aranceles e intereses, sanciones de las agencias aduaneras de EE. UU., intensificación de controles en futuras importaciones, multas, y afectaciones reputacionales ante clientes y autoridades.
Un error de cálculo puede convertirse en un problema prolongado, advirtió AmCham Colombia.