Economía

Colombia entra a la era nuclear: ABC de la ley que transformará la ciencia y la industria

El proyecto, que fue aprobado en primer debate, busca establecer un marco regulatorio para el uso de tecnologías nucleares en salud, industria y ambiente.

Periodista de economía y negocios. Egresada de la gloriosa Universidad de Antioquia.

24 de junio de 2025

Aunque las tecnologías nucleares han estado marcadas por un fuerte estigma debido a accidentes trágicos como el de Chernóbil (1986) y Fukushima (2011), o el uso devastador de armas nucleares en Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial, actualmente sus aplicaciones son reconocidas en diferentes sectores como la salud, la energía, la agricultura, la industria, el comercio y el medio ambiente.

En este contexto, Colombia avanza hacia la regulación de estas tecnologías con la aprobación en primer debate del Proyecto de Ley 466 de 2024 en la Cámara de Representantes. La iniciativa, radicada por un bloque multipartidista, que incluye al Ministerio de Ciencia y representantes de diversas bancadas, propone la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear y de un marco regulatorio que permita consolidar y expandir sus aplicaciones en diversos sectores económicos.

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¿Qué dice la nueva ley nuclear?

Se estima que el sector nuclear en Colombia genera cerca de 45.000 empleos y representa actualmente el 0,25% del PIB, lo que equivale a aproximadamente 3,6 billones de pesos anuales.

De hecho, el país cuenta desde 1965 con un reactor nuclear. Llegó como una donación de Estados Unidos y desde la década de los 90 es operado por el Servicio Geológico Colombiano (SGC). Este se ha utilizado para producir radioisótopos (materiales radiactivos) con aplicación en agricultura, procesos industriales y estudios hidrológicos y de minerales.

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Actualmente, se utiliza para realizar estudios que aporten al conocimiento geocientífico del país en tres líneas de investigación: geocronología, activación neutrónica y aplicaciones radiactivas. Sin embargo, el potencial de la tecnología nuclear es mucho mayor si se cuenta con un marco regulatorio que permita consolidar y expandir sus aplicaciones en salud, ambiente e industria.

Para Camilo Prieto, director de la Red Nuclear Colombiana y embajador en Colombia del Instituto Mundial para la Seguridad Nuclear (WINS), Camilo Prieto, con la implementación de esta ley se proyecta que el impacto económico del sector podría duplicarse en los próximos cinco años, gracias a la consolidación de capacidades productivas en áreas como la medicina nuclear, la industria y la investigación ambiental, fortaleciendo además la competitividad del país en la región.

“Con la llegada de la ley nuclear, Colombia inicia su proceso para estar a la par en materia regulatoria con el resto de países de la región que ya cuentan con este tipo de leyes, tales como Argentina, Brasil, Bolivia, México, Chile, Costa Rica y Perú. Con este marco regulatorio podremos empezar a ser competitivos en la región para los usos pacíficos de las tecnologías nucleares, así como desarrollaremos una base para autoabastecer al país de estos recursos”, señaló Prieto.

En cuanto a la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear, anotó que esta consolidará el marco institucional para el control y supervisión de las actividades nucleares, garantizando la seguridad nuclear y protección radiológica, permitiendo mejorar la capacidad del país para gestionar desechos radiactivos y reducir riesgos ambientales asociados al uso de estas tecnologías.

¿Cómo beneficia a los colombianos?

Las tecnologías nucleares juegan un papel estratégico en la modernización de sectores clave para Colombia. En el sector salud, más de 30.000 pacientes en el país se benefician cada año de la medicina nuclear. Sin embargo, la limitada producción local de radiofármacos y el déficit en infraestructura generan demoras que afectan la atención médica oportuna.

La nueva ley busca avanzar hacia la autosuficiencia en la producción de estos insumos estratégicos, lo que permitiría reducir costos, acortar los tiempos de espera y mejorar tanto los tratamientos oncológicos como los diagnósticos de alta precisión. Para ello, según Prieto, el país deberá implementar un reactor nuclear de investigación con capacidad para producir los isótopos requeridos por las unidades de medicina nuclear.

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Pero más allá de este sector, las tecnologías nucleares también impulsan la productividad y competitividad de la industria, mediante aplicaciones como el control de calidad en procesos de manufactura, la esterilización de productos y la investigación de materiales, beneficiando áreas como alimentos, textiles y químicos.

En la agroindustria, aportan a la seguridad alimentaria al optimizar la conservación de alimentos, el desarrollo de nuevos cultivos y el control eficiente de plagas, además de contribuir a la salud del suelo y del agua en las zonas de cultivo.

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En el ámbito energético, aunque Colombia contempla explorar la energía nuclear a partir de 2035 —según el Plan Energético Nacional (PEN 2022-2052)—, la nueva ley establece desde ahora un marco normativo robusto y una autoridad reguladora independiente, dejando preparada la estructura institucional necesaria para una eventual incorporación de esta fuente en la matriz energética del país.

¿Es peligrosa la energía nuclear?

Alrededor de esta fuente de energía existen muchos mitos, como que si es peligrosa, si las reactores pueden explotar como bombas atómicas o si la radiación afecta negativamente a las personas y al medio ambiente.

Sobre esto, Shirly Rodríguez, consultora nuclear en la Secretaría de Energía de Estados Unidos, explicó en una entrevista pasada con EL COLOMBIANO que si bien en la tecnología nuclear existen referentes a los que se le atribuye su percepción negativa —como Fukushima, Three Mile Island y Chernobyl—, la energía nuclear es la que menos muertes ha provocado en toda su historia.

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También tenemos otra referencia que es Homero Simpson. Entonces, esa falta de veracidad hace que aumenten o se alimenten los mitos o los prejuicios que tenemos en la cabeza. Mucha gente piensa, por ejemplo, que mucha gente murió en el accidente de Fukushima, cuando en realidad fue provocado por un maremoto que pasó. Es lamentable la gente que falleció, pero no fue a causa de la planta nuclear sino por la evacuación”, comentó Rodríguez.

Sobre la radiación, destacó que “si yo vivo al costado de una planta nuclear estoy expuesto a menos radiación que si me comiera un plátano”.