¿Un mes sin alcohol? Expertos dicen que la abstinencia es clave para mejorar el sueño y aumentar la concentración
Los investigadores examinaron los datos proporcionados por personas que aceptaron el reto de “Enero seco”.
Con el nuevo año en el horizonte y los propósitos de año nuevo en camino, más personas se están planteando el reto popular de “un enero sin alcohol”, una elección que podría traer consigo algunos beneficios reales para la salud y, en última instancia, ayudar a algunas personas a reducir el consumo para siempre.
Una revisión realizada por investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown y la Facultad de Medicina Warren E. Alpert, ambas en Estados Unidos, ha analizado 16 estudios sobre el popular reto de un mes sin alcohol, conocido como ‘Enero Seco’, iniciado en Reino Unido para ayudar a reponerse de los excesos navideños.
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Con más de 150.000 participantes, la revisión examinó quiénes participan en el ‘Enero Seco’, cómo se ven afectados y qué factores contribuyeron a su éxito. El estudio, dirigido por investigadores del Centro de Estudios sobre el Alcohol y las Adicciones (CAAS) y publicado en la revista ‘Alcohol and Alcoholism’, también identificó cómo la campaña podría expandirse y mejorar la participación.
Los investigadores descubrieron que incluso una breve pausa en el consumo de alcohol puede producir mejoras físicas y psicológicas significativas. Los participantes que dejaron el alcohol por completo durante un mes informaron mejoría en el sueño, mejor estado de ánimo, pérdida de peso e incluso una función hepática y una presión arterial más saludables.
También eran más propensos a decir que habían perdido peso, se concentraban mejor y tenían más energía que antes. Incluso quienes simplemente redujeron su consumo de alcohol experimentaron algunas mejoras en estas áreas.
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“El esfuerzo conduce a una moderación sostenida: la mayoría de los participantes continúan bebiendo menos alcohol en lugar de aumentar el consumo posteriormente”, afirma la autora principal, Megan Strowger, quien dirigió el trabajo como becaria postdoctoral de la CAAS en la Escuela de Salud Pública y actualmente es investigadora postdoctoral asociada en la Universidad de Buffalo.
“En general, participar en el Enero Seco permite a las personas hacer una pausa, reflexionar y repensar su relación con el alcohol, incluyendo cómo afecta su vida social, salud mental y salud física”, añade.
‘Enero seco’, que comenzó en el Reino Unido en 2013, ha crecido de forma constante en popularidad, pasando de 4.000 personas que se registraron oficialmente en el sitio web de la campaña en 2003 a millones de personas que ahora participan en el desafío a nivel mundial, según los investigadores.