Vías del Suroeste, sin banca o con derrumbes en 258 puntos
Este es un mapa de la subregión más golpeada por el invierno. Las vías alternas están en mal estado y cada día hay más amenazadas por las lluvias que no cesan.
Las fallas geológicas dificultan las acciones para reparar las vías del Suroeste. Foto: Manuel Saldarriaga.
En Antioquia está lloviendo desde hace dos años. Como un diluvio constante, que parece eterno, el agua se derrama por el departamento. Por su topografía, sus suelos y ríos, la subregión que más ha sufrido el diluvio es el Suroeste. Según la Secretaría de Infraestructura departamental, allí se concentran el 54% de las vías malas de Antioquia. Además, es donde más derrumbes caen sobre las carreteras. Este es un recorrido por la subregión, por sus precarias carreteras y sus limitadas opciones para moverse.
Hace justo una semana, EL COLOMBIANO hizo un recorrido por la zona. En síntesis, hay un atasco vial que tiene desesperados a sus habitantes. Los fines de semana se han visto filas de hasta 15 horas. Es tal la situación que muchos prefieren cancelar sus citas con especialistas médicos para no ir a Medellín. Dicen los conductores que es frecuente ver cómo en Bolombolo, bajo la sombra que ofrecen los árboles, los viajeros se quejan de que han perdido una cita por los retrasos en la vía.
El gran desencadenante de esta situación es el daño que tiene cerrada la vía Santa Bárbara-La Pintada desde hace cinco meses. La alternativa, es decir, la que va de Amagá a Bolombolo, ha sufrido un aumento del 60% en el flujo vehicular. La fila comienza casi al borde del Cauca y llega hasta más allá del peaje, haciendo del viaje un suplicio.
Pocas alternativas
El diagnóstico está hecho. El Suroeste está atascado. Las soluciones definitivas, en cambio, parecen lejanas. La apertura de la vía a La Pintada se prevé para tráfico liviano en diciembre y la 4G Pacífico 1, que conecta a Primavera y Bolombolo, tiene un porcentaje de ejecución del 93,3%, pero no tiene una fecha clara de inauguración.
Así las cosas, la única opción es moverse por vías alternas, pero las lluvias han hecho que eso sea casi imposible. Una de esas vías es la que va de Caramanta a Supía, Caldas. Esta es utilizada para esquivar los trancones enormes que generan las obras de Pacífico 3, después de La Pintada.
Aunque está transitable, no es una opción muy recomendable. Y es que en el Suroeste se cae una vía y otra paga las consecuencias. Eso le pasó a la Caramanta-Supía y le ha pasado a varias más. Resulta que Valparaíso, un municipio vecino, se quedó sin acceso en agosto de este año. Entonces, para sortear la situación, los conductores dieron la vuelta por Caramanta y dañaron la vía, que ya venía con problemas.
La carretera hasta Supía tiene solo 22 kilómetros, pero recorrerlos demora hasta hora y media. El alcalde de Caramanta, Julián Andrés Granada, comentó que hace 50 años se está prometiendo la pavimentación. Desde la Gobernación se anunció que, al fin, se pavimentará. Por ahora no hay otra que aguantarse las filas enormes de Pacífico 3 o meterse a los baches de esta carretera alterna.
No hay escape para ir al Eje
Los caramanteños también padecen el karma en que se convirtió vivir en el Suroeste. “Ir a Medellín se volvió un enredo. Antes nos demorábamos tres horas y ahora nos estamos tardando hasta seis”, comentó el alcalde.
Para bajar hasta el río Cauca hay varias opciones. Con La Pintada cerrada, la vía principal, como bien se dijo, es por Bolombolo, tomando La Sinifaná. Sobre ella caen derrumbes con frecuencia. Entonces solo quedan dos alternativas: las vías departamentales Venecia-Bolombolo y Fredonia-Puente Iglesias. La primera tiene huecos enormes, desniveles y palos atravesados. Aunque el año pasado se le metieron 7.740 millones de pesos a través de un convenio con el Invías, hoy solo es transitable para carros altos.
Norman Correa, exdiputado y líder del Suroeste, dijo que esa inversión “se la llevó el agua”. Y no está muy lejos de la realidad. Consultado al respecto, Julián David Parra, subsecretario operativo de la Secretaría de Infraestructura de Antioquia, contestó que las lluvias, además de las fallas geológicas de la zona, debilitaron la calzada. “No hubo un rango entre las dos temporadas de lluvias del año. Eso dificultó mucho más las cosas. Ahora tenemos maquinaria amarilla y vigentes los contratos de mantenimiento”, precisó el funcionario.
La bajada por Puente Iglesias hasta La Pintada es la ruta que utilizan los buses cuando La Sinifaná está cerrada. La calzada no es perfecta y tiene una falla geológica en el sector La Bonita que no ha sido posible reparar. Parra comentó que esto se debe a que el terreno tiene fallas geológicas que se agudizan por la minería de carbón que por allí se practica. Es decir, las alternativas para bajar al Cauca, que es el epicentro de la subregión, son bastante precarias y dependen, en gran medida, de que mejore el clima.
Vea el video: “El viacrucis de viajar de Medellín al suroeste antioqueño”:
Otros puntos críticos
Desde la Gobernación, el subsecretario justificó que la tardanza se debió a que la cantidad de imprevistos en el Suroeste obligó a una “redistribución presupuestal”. Es evidente que la situación supera los alcances de la institucionalidad, que se ve desbordada. Solo en el Suroeste, según la propia Gobernación, hay 258 puntos críticos. Cada tanto aparece uno nuevo y obliga a poner los ojos sobre él.
Teniendo en cuenta la premura, la administración departamental pidió a la Asamblea vigencias futuras por $39.759 millones para el mantenimiento de las vías en todo el territorio.
Otra vía crítica es el corredor Concordia-Betulia-Urrao. El agravante es que en esa zona se produce buena cantidad del aguacate hass y el café de Antioquia. La vía tiene puntos críticos, como el de Majagual, que lleva años poniendo a sufrir a los conductores. La buena noticia es que la Gobernación invertirá ahí $5.000 millones en lo que se espera sea una solución definitiva.
Juan Manuel Lema, alcalde de Betulia, habló con desespero de la situación: “Tenemos 75 puntos críticos, muchos de ellos en la vía a El Cangrejo, que es departamental. No hay capacidad de respuesta en absoluto. Todos los días hay pérdidas de banca, movimientos en masa. La situación realmente es caótica”.
Economía a la baja
El encierro vial del Suroeste no afecta solo a los viajeros. La economía de la subregión también se está resintiendo, y con razón. Las lluvias han maltratado los cultivos de café. Álvaro Jaramillo, director del Comité de Cafeteros de Antioquia, dijo que la producción del grano será este año 22% menor a lo acostumbrado. Es decir, el departamento dejará de vender 1.800.000 sacos. Pero en el Suroeste es más dramática la situación: la baja será del 60%.
En cuanto a las vías, el problema es que no hay alternativas para sacar el café. Las vías, como bien se ha comentado en este artículo, son limitadas y muy precarias. Jaramillo expresó que esto también ha afectado al gremio, pero en particular a los compradores particulares, que ahora deben pagar más por los fletes. La ventaja del café es que no es perecedero y se puede almacenar, contrario al aguacate hass, que se echa a perder. Esta nota, en realidad, es un mapa de una subregión ahogada entre tanto derrumbe .