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$567.000 millones: el golpe fiscal que proyecta el departamento

Es el déficit que prevé la Secretaría de Hacienda de Antioquia como efecto de la pandemia.

  • Los ingresos de la Fábrica de Licores, con corte al 31 de mayo, se disminuyeron en 39 %, mientras que las operaciones comerciales se redujeron en 46 %, según Hacienda. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ
    Los ingresos de la Fábrica de Licores, con corte al 31 de mayo, se disminuyeron en 39 %, mientras que las operaciones comerciales se redujeron en 46 %, según Hacienda. FOTO CARLOS VELÁSQUEZ

Una factura costosa le pasará la pandemia al departamento. Los números hablan de una disminución de 12 % de los ingresos con corte al 31 de mayo, lo que se traduce en $289.000 millones menos. Adicionalmente, la atención de la emergencia económica y social requirió una inversión de $70.000 millones que no estaban previstos en el presupuesto, según la secretaria de Hacienda, Luz Elena Gaviria López.

“Tenemos dos metas: conservar la vida y reactivar la economía. Para contener la pandemia con resultados exitosos hemos invertido recursos propios, y con el Gobierno Nacional se han gestionado más de $160.000 millones para fortalecer la red hospitalaria”, indicó la funcionaria.

Para soportar la falta de recursos del departamento por la pérdida de poder adquisitivo, la dependencia, en un trabajo conjunto con el sector financiero, refinanció las deudas y suspendió el pago durante seis meses.

Esta y otras estrategias fueron implementadas por la Gobernación para sobrellevar la emergencia por la covid-19.

Gaviria López dialogó con EL COLOMBIANO sobre el panorama fiscal del Departamento y entregó sus pronósticos de cara al cumplimiento del plan de desarrollo a 2023.

¿Cómo está ahora la salud fiscal de Antioquia?

“Las finanzas de la Gobernación son muy ajustadas porque los ingresos que hoy posee el Departamento dependen de unas rentas que no tienen expectativa de crecimiento mayor por gestión o estrategias de mercadeo, tal como en el sector privado. Obedecen a la dinámica propia de la venta de licor, tabaco o el degüello de ganado. Llega un momento en que estos consumos se tornan estables y la curva de crecimiento no es tan amplia. Por eso hay que ser muy asertivo en la manera en que se ejecutan y se comprometen los gastos y las expectativas de los territorios. Son finanzas tranquilas pero hay que cuidarlas al detalle”.

En un año que, sin pandemia, ya era complejo en materia económica, ¿cuál es la perspectiva para los ingresos departamentales?

“Con corte a mayo 31, las rentas generales departamentales tuvieron una caída de 12 % frente a lo esperado. Esto significa $289.000 millones que hoy no tiene Antioquia en el presupuesto que inicialmente había concebido. Hemos implementado varias estrategias para suplir este déficit y el proyectado a finales de 2020”.

¿Cuáles son y cómo van esas estrategias?

“Lo primero fue entrar en estado de austeridad, tanto el ente territorial central como las entidades descentralizadas para que hiciéramos un ajuste en los gastos que no fueran necesarios y pudieran ser aplazados. Lo segundo fue la suspensión de las cuotas de pago del servicio a la deuda durante seis meses, lo que significó más de $70.000 millones por este rubro para cubrir la deficiencia en el ingreso. Por último, trabajamos con la secretarías para definir cuáles gastos de inversión se podían aplazar para el segundo semestre o para el próximo año. Allí logramos un ahorro de $30.000 millones. De acuerdo con las proyecciones, calculamos que para el cierre del año el déficit podría llegar a $567.000 millones”.

¿Cómo impactará ese déficit el cumplimiento del plan de desarrollo 2020 - 2023?

“Esos $567.000 millones son la proyección hoy, pero esperamos que con las acciones implementadas gran parte de la inversión en el plan de desarrollo no se tenga que parar. Pensamos superar este año con equilibrio, puede que con proyectos suspendidos pero no cancelados. Los ahorros más grandes están en el servicio de la deuda y en los gastos de funcionamiento. Hoy el reto más grande es mantener la contención dentro de la reapertura económica, con la recuperación del empleo”.

¿Cómo se resintieron las ventas de la Fábrica de Licores de Antioquia por la cuarentena?

“Sabe bien que los productos de la FLA se venden particularmente en bares, restaurantes y eventos masivos. Hemos visto cómo el consumo en las grandes superficies, como los supermercados, son ahora una alternativa para la venta directa. Hacemos apuestas a través de estos canales para equilibrar las ventas. Los ingresos se han disminuido en 39 % y las operaciones comerciales en 46 %, es la disminución más grande que hemos tenido. Los ingresos fuertes se logran en el segundo semestre. Iniciamos el proceso de producción de alcohol, primero con fines humanitarios, pero ante la alta demanda que ha tenido se está pensando en dejarlo como producto propio. Esta línea tiene un rédito social alto, por los apoyos a otros departamentos, a cárceles, fuerza pública y hospitales regionales. Sin embargo, no es una línea que dé los rendimientos esperados porque al comienzo recibimos donaciones de elementos (tapas, vidrios y cartón) para atender la pandemia”.

¿Qué otros ingresos se vieron impactados?

“Otros rubros que nos afectan son la disminución en 13 % en el consumo de cigarrillo y un 14 % la venta de gasolina. El impuesto vehicular disminuyó, en el primer trimestre, en 7 %. En este ampliamos el descuento hasta el 17 de julio. También viene haciendo un buen trabajo la Lotería de Medellín. Además le apuntamos a recuperar cartera con otros beneficios tributarios” .

Juan Diego Ortiz Jiménez

Redactor del Área Metro. Interesado en problemáticas sociales y transformaciones urbanas. Estudié derecho pero mi pasión es contar historias.

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