Sumándose a Ottawa (Canadá), Sidney (Australia), Nueva York y San Francisco (Estados Unidos) y París (Francia), Antioquia declaró ayer el estado de emergencia climática con el propósito de definir una ruta clara para mitigar los efectos nocivos del calentamiento global en el departamento.
Dicha declaratoria no tiene regulación normativa en Colombia, sin embargo, se desprende de un compromiso voluntario adquirido por los gobiernos tras la firma del Acuerdo de París (2016) para que se adopten medidas de reducción de las emisiones de carbono a cero.
Según el gobernador Aníbal Gaviria, la declaratoria se tomó después de un análisis con el equipo de sostenibilidad de la Gobernación. “Avanzaremos en una decisión responsable con nuestro planeta. Somos el primer ente territorial de Colombia en declarar dicho estado”, afirmó.
El mandatario justificó la determinación en los hechos complejos que vienen sucediendo en el departamento: aumento gradual de la temperatura, registro de incendios forestales, deterioro de la calidad del aire y desabastecimiento del agua en forma crítica en Urabá, Oriente y el mismo Valle de Aburrá.
El propósito tras la declaratoria, informó, es llevar las acciones concretas a una ordenanza para darle piso jurídico a las acciones a largo plazo en diversos frentes de acción: protección de la biodiversidad, recuperación de cuencas, reforestación y mejoramiento del aire. Mientras avanza la ordenanza, Gaviria anunció que avanzará de forma inmediata en la siembra de 1,5 millones de árboles y en la definición de estrategias junto al Consejo Ambiental de Antioquia.
Carlos Ignacio Uribe Tirado, secretario de Medio Ambiente, señaló que en 2019 en Antioquia se deforestaron 12.500 hectáreas. “Es preocupante. El mayor vehículo para atacar los gases de efecto invernadero es la reforestación”, dijo.
Agregó que la meta para el primer semestre del año es sembrar 1,5 millones de árboles, en alianza con corporaciones autónomas, empresas privadas y sector solidario. En el cuatrienio serían 25 millones de árboles más.