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Los patos de los torrentes son bastante selectos, solo les gusta nadar en aguas cristalinas. Por eso, con la declaración de una nueva área protegida en Concepción, Antioquia, esta especie endémica de la zona (que su hábitat se restringe a una pequeña porción de territorio), podrá seguir nadando en las cuencas hídricas limpias que serpentean por ahí, gracias a una custodia ambiental mayor.
Al igual que en esas 1.148 hectáreas del Oriente antioqueño, en otras regiones del departamento fueron declaradas otros dos áreas protegidas durante el 2018. Un bosque alto andino en el Norte y una ciénaga en el Magdalena Medio.
Tres nuevos ecosistemas que, bajo el liderazgo de corporaciones como Corantioquia y Cornare, ahora serán observados con mayor detenimiento y donde serán implementados planes de manejo que contemplan restauración de bosques y preservación de especies animales, entre otras actividades.
No obstante, para llegar a la ambiciosa meta del gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, quien pretende alcanzar el millón de hectáreas (ha) en áreas protegidas o el 16 % del territorio, aún falta mucho.
El departamento cerró el año pasado con 682.736 ha (11 % del total de la superficie antioqueña), de las cuales 653.802 fueron reportadas por entidades ambientales y el resto corresponde a reservas y otras figuras de protección particulares que aparecen en el Registro Único Nacional de Áreas Protegidas (Runap).
Nuevas declaratorias
Al menos 16 especies animales endémicas logró identificar Cornare en el nuevo Distrito Regional de Manejo Integrado (Drmi) San Pedro, entre las cuales está el antes mencionado pato de los torrentes (merganetta armata).
La declaratoria de esta área se dio en octubre del año pasado, y para ello la autoridad ambiental argumentó que allí, en una zona por donde pasa la cuenca del río Concepción, existían relictos de bosque en estado de vulnerabilidad y otros en estado crítico, como el marfil y el comino.
Sobre esta área en particular, Elsa Acevedo, coordinadora del Grupo Bosques y Biodiversidad de Cornare, señaló que quieren recuperar el bosque nativo para mejorar la conectividad y el paso de fauna, debido a que conecta biológicamente con otro Drmi ubicado en los alrededores del embalse de Guatapé.
La actividad ecoturística es fuerte en la zona protegida, con actividades de avistamiento de aves, senderismo, pesca deportiva y los baños en fuentes hídricas como la cascada Matasanos, razones de peso para implementar acciones para evitar el desgaste de la naturaleza en este municipio, que quedarán consignadas en el plan de manejo del área que será publicado este mes.
Los otros dos ecosistemas que lograron la declaratoria en 2018 fueron los Drmi Alto de Ventanas y Ciénaga de Chiqueros, ambos por el trabajo articulado de Corantioquia, las alcaldías de los municipios de influencia y la comunidad.
El primero está ubicado en la subregión del Norte, específicamente en los municipios de Yarumal, Briceño y Valdivia, con una extensión de 23.534 ha que, según Alejandro González, director de Corantioquia, es más que un lugar lleno de neblina que se ve desde la carretera que va de Medellín a la Costa Atlántica.
En esta zona habitan 22 especies de vertebrados y 56 de flora que son únicas en el país, según el inventario levantado por la autoridad ambiental.
González explicó que otro de los factores que llevaron a su declaratoria como área protegida fue que en este territorio existen nacimientos de agua fundamentales para la regulación hídrica. Además, dijo, allí se encontró el helecho arbóreo (cyathea), una planta nueva para la ciencia.
En el Alto de Ventanas también es muy común, según los registros de Corantioquia, observar el paso del que es conocido como el león de la montaña, el Puma concolor.
Por los lados del Magdalena Medio, a media hora del casco urbano de Puerto Berrío, existe otro humedal que se sumó a la lista de las áreas protegidas en el departamento.
Son 6.765 ha que hacen parte del complejo cenagoso de Chiqueros, Drmi de Corantioquia desde junio del año pasado, y tercer ecosistema de este tipo en conseguir una declaratoria.
Los humedales, indicó González, son el hábitat de caimanes, tortugas y peces, y son vitales a la hora de amortiguar los efectos que traen tanto el invierno como el verano. Es decir, en época de lluvias absorben el crecimiento de ríos como el Magdalena, mientras que en sequía el agua que acumulan sirve para hacer viables los cultivos y la tenencia de ganado.
Eso sí, anotó el director de Corantioquia, es importante protegerlos de la ganadería de búfalos, por ejemplo, porque el peso de esta especie animal hace que cuando se acercan a las lagunas compacten el suelo, con lo cual el agua deja de filtrarse y termina secando el ecosistema.
Áreas en ruta de protección
En la región de Urabá, parte del Occidente y Suroeste antioqueños, que pertenecen a la jurisdicción de Corpourabá, no hubo nuevas declaratorias en 2018; no obstante, el trabajo estuvo enfocado en actualizar los planes de manejo de las 10 áreas protegidas que existen en la zona, pero este año la situación será distinta.
Ana Lucía Vélez, coordinadora de Flora y Fauna de la corporación, señaló que hay 67.824 ha en ruta de declaratoria, de las cuales al menos 21.245 ha en el municipio de Peque, se lograrían este año.
En la serranía de Abibe (Chigorodó, Carepa, Apartadó y Turbo) Corpourabá adelanta un proceso para lograr la protección de otras 41.023 ha, mientras que el Cañón de La Llorona (Dabeiba y Mutatá) hace lo propio con 5.556 ha.
En el territorio que le corresponde a Cornare, en el Oriente antioqueño, Elsa Acevedo afirmó que en 2019 se vendrán dos nuevas declaratorias.
Por un lado se buscará proteger las cavernas y fuentes hídricas de la cuenca del Río Claro, 15.252 ha conocidas como el corredor kárstico en donde hay presencia de 12 títulos mineros, por lo cual se debe concertar con los responsables cuáles serán los polígonos a preservar.
Otra de las áreas en proceso este año es la de los páramos y bosque alto andino en los municipios de Sonsón, Argelia, Nariño y Abejorral, que sumarán otras 40.647 ha a los territorios protegidos.
Entre enero y febrero, Corantioquia anunciará una nueva declaratoria. Se trata de la ciénaga Corrales, en Nechí, que tiene 12.868 ha.
Alejandro González explicó que hay otras áreas en proceso de protección, pero estas solo estarían listas en 2020: el corredor del bosque seco tropical en el Occidente y Suroeste antioqueños, con 44.000 ha, y una reserva en el Bajo Cauca de 81.181 ha ubicada en los municipios de Anorí y Cáceres.
En el Valle de Aburrá solo falta definir la fecha del acto protocolario, que sería este mes, para anunciar la declaratoria del Trianón - Heliodora (27,5 ha) en Envigado como nueva área protegida.
Así lo confirmó William Álvarez, subdirector de Planeación (e) del Área Metropolitana, quien adelantó que otra de las zonas que está en ruta de protección es un humedal en Ditaires de 12.24 ha, proceso que estaría listo a mediados de este año.
Con estas serían 6 las áreas protegidas urbanas del Valle de Aburrá, que a la fecha cuenta con 177 ha bajo alguna figura de custodia ambiental, repartidas en los cerros El Volador, Piamonte, Nutibara y La Asomadera.
Periodista de la Universidad de Antioquia interesado en temas políticos y culturales. Mi bandera: escribir siempre y llevar la vida al ritmo de la salsa y el rock.