A Elizabeth Mosquera, una manicurista de Medellín, le negaron entrar a una casa en el barrio Santa Mónica, ubicado en la comuna 12, por “no ser blanca”.
La historia empezó el viernes, cuando una mujer identificada como “Yeni” le escribió a su whatssap para solicitar un servicio a domicilio. “Le conté mis precios y mi horario y quedé en ir a atenderla al día siguiente a su casa”, narró Elizabeth.
El sábado, mientras se dirigía al lugar, Yeni le escribió que no tardara tanto, que cogiera un taxi y que ella se lo pagaría cuando llegara a casa. Elizabeth hizo lo que su clienta le había indicado y abandonó el metro para llegar más rápido.
Mosquera llegó a la vivienda y tocó la puerta en repetidas ocasiones, pero nunca le abrieron. “Señora, le estoy tocando hace rato”, le escribió.
“Elizabeth, pero es que yo pensé que usted era blanca, con esos trabajos tan lindos me equivoqué. Yo no permito que negros entren a mi casa”, dijo Yeni en un acto de evidente de racismo y discriminación social.
Después de ese momento, Elizabeth miró la pantalla de su celular y, en medio de la rabia y el desconcierto, decidió irse sin decir nada más. Ese sábado ella perdió su tiempo y su dinero mientras se desplazaba hacia Santa Mónica, pero eso, quizás, es lo más irrelevante. “Yo perdí mi tranquilidad, me da miedo salir a trabajar porque esa señora me amenazó después de todo esto”, dice Mosquera en medio de la nostalgia mientras cuenta que de su trabajo como manicurista depende el sustento de sus dos hijos, su mamá y de ella misma.
Cuando llegó a casa, ese mismo día, Elizabeth publicó en su cuenta de Facebook las capturas de pantalla del chat en el que Yeni le había negado la entrada a su casa. La indignación fue inmediata: su circulo de amigos “que eran muy pocos en esa red social”, según cuenta ella, empezaron a replicarlo en Facebook, Twitter e Instagram y miles de usuarios en esas redes sociales repostearon la denuncia con palabras de apoyo. “En pleno siglo XXI, ¿en serio?”, “No puedo con esto, de verdad me duele todavía que haya gente así en el mundo” fueron algunos de los mensajes con los que respondieron.
La denuncia creció mucho más de lo que a Elizabeth le hubiese gustado, tanto que personalidades como el exfutbolista René Higuita y el comediante “Suso el Paspi” la dieron a conocer en sus redes sociales y varios medios la contaron como una historia de racismo que se vivió en Medellín.