Medellín, a través de un instrumento denominado Tax increment financing (TIF) -Financiamiento del incremento de impuestos-, que consiste en financiar los costos de una intervención pública a partir del incremento futuro de los impuestos a la propiedad que se producirá por esta, buscará recursos para la ejecución de infraestructura urbana en el área de influencia del proyecto del metro de la 80.
Así, el objetivo del Departamento Administrativo de Planeación (DAP) de Medellín es, por medio de la titularización de la totalidad o de una parte del recaudo futuro del impuesto predial, financiar obras complementarias como intercambiadores viales, infraestructura, andenes y espacio público.
Este proyecto de financiación se busca llevar a cabo con el apoyo técnico del Banco Mundial. Según el DAP, mediante un estudio preliminar, se encontró que en la zona hay alrededor de 1.088 predios con alta probabilidad de desarrollo, con un potencial de 830.025 metros cuadrados.
En entrevista con EL COLOMBIANO, Sergio López, director del DAP, explicó la viabilidad de esta herramienta de financiación, cuáles son las proyecciones y por qué esto no tocaría el bolsillo de los contribuyentes.
¿Por qué recurrir a este mecanismo de financiación?
“TIF es una herramienta que está dentro del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y que utilizan mucho en Estados Unidos. Se trata de la emisión de títulos sobre futuros recaudos del predial que se generen por la renovación urbana. Por ejemplo, en el corredor de la 80 tenemos un área de influencia. El marco fiscal de mediano plazo de Medellín se sostiene a partir de los prediales que hay en el corredor, pero podríamos hacer un modelo económico predictivo, en el que, a partir de la llegada del metro de la 80, sabemos que edificios que lleguen a un piso, podrían llegar a tener 15, así que habrá nuevos futuros o posibles prediales que pueden tener un recaudo de aquí a 2040. Yo puedo salir al mercado a decir que les vendo esos futuros prediales y yo me traigo esa plata a valor presente, así el Municipio no se tendría que endeudar para hacer una obra pública o para hacer las obras complementarias de un sistema como el metro, ni tampoco se compromete el marco fiscal de mediano plazo. Quiero ser muy enfático, el metro de la 80 no necesita esta emisión TIF porque el proyecto ya tiene las vigencias futuras que lo respaldan y financian en su totalidad, pero creemos que al tener garantizada las obras públicas a su alrededor, el mercado inmobiliario se verá más atraído”.
¿No se tocará el bolsillo de los contribuyentes?
“No se afecta el bolsillo de la gente, al contrario de lo que pasa con la valorización, que esta sí se cobra directamente a las personas que están en área de influencia. En este caso, no se le cobrará a nadie, sino que se sale al mercado inmobiliario o especulativo a vender los futuros prediales. Es un ejercicio interno de finanzas públicas”.
¿La rebaja en la calificación de Standard & Poor’s afecta, de algún modo, el apoyo del Banco Mundial?
“El Banco Mundial nos está patrocinando el estudio de prefactibilidad de TIF como garante de que se va a hacer un proceso de emisión en un futuro, muy realista a las condiciones de mercado y territorio. No creo que haya afectación. El banco siempre tiene dos líneas: la cooperación técnica y la línea de crédito. Nosotros estamos trabajando con la primera, entendiendo que es un fondo de fomento extranjero”.