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Luego de recibir la orden de entregar su sede, la Corporación Picacho con Futuro instó a la Alcaldía de Medellín a abrir un canal de diálogo e invitó directamente al alcalde Daniel Quintero a visitar esa organización, con miras a llegar a un acuerdo que le permita no cerrar sus puertas tras 35 años de trabajo ininterrumpido.
“Me siento muy orgulloso de pertenecer a esta organización, porque es una iniciativa comunitaria que lleva 35 años trabajando por el bienestar de este territorio. Por esta razón, invito a Daniel Quintero y al secretario Juan Guillermo Berrío para que nos veamos acá en nuestra sede, en nuestro barrio, en nuestro café”, expresó el director Adrián Stivens Delgado.
“Queremos hacer parte de esta mesa de diálogo que usted mencionó, en la cual les queremos contar cuáles son nuestras apuestas, nuestros procesos, nuestros emprendimientos y si hay voluntad e interés por encontrar alternativas a esta situación”, agregó Delgado, invitando a que ese encuentro se realice este viernes este viernes 19 de agosto a las 10 a.m. en la sede de la corporación.
Pese a funcionar desde 1987 en un edificio construido por los mismos habitantes del barrio El Progreso N.° 2, ubicado en el noroccidente de la ciudad, el pasado martes 16 de agosto la Corporación Picacho con Futuro recibió una carta por parte de la Secretaría de Participación Ciudadana en la que esa entidad le pedía entregar de forma inmediata la casa en la que funciona.
Desde su fundación, esa organización ha firmado convenios de comodato con la Alcaldía para poder tener presencia en el sitio, en el que lidera proyectos educativos, sociales y es un punto de encuentro para los habitantes del territorio.
Según sostuvo la Alcaldía, la decisión de desalojar a la corporación obedecería a un café cultural que la misma habría abierto en el sitio, que a los ojos del Distrito estaría infringiendo el acuerdo de comodato.
“La corporación violó las reglas que tiene el comodato: destinó el inmueble para fines económicos, ha realizado reformas a la infraestructura sin autorización del Distrito, entre otras acciones. La ley nos exige terminar el comodato con ellos por estas razones”, señaló la Alcaldía en un boletín de prensa.}
Sin embargo, varios líderes de la corporación consideraron que la decisión es un acto arbitrario y cuestionaron que el gobierno local les impida tener emprendimientos culturales que los ayuden a subsistir.
Luego de que varios líderes del sector cultural también repararan por esa expulsión, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, argumentó que la decisión obedecería a razones jurídicas. “(...) no es un tema político sino jurídico. La ley no nos da mucho margen. Sin embargo, tenemos una mesa buscando alternativas”, expresó el mandatario municipal.
No obstante, conocedores del sector cultural pusieron en duda esa versión y no descartaron una retaliación por parte del gobierno local, ya que la corporación hace parte de la Veeduría Todos Por Medellín, que realiza control ciudadano y político a la Alcaldía, y que ha sido señalada por el mismo alcalde Quintero como una adversaria política.
Tras la invitación de la corporación, quedará entonces en manos de la administración municipal decidir si atiende el llamado a dialogar.