Un nombre común rodea las obras de adecuaciones locativas de la Clínica de la 80, cuya compra por parte de la Alcaldía está en veremos, y la construcción del jardín infantil Renacer, en Loreto, el mismo que el alcalde Daniel Quintero anunció en octubre del año pasado como el primer Gran Comienzo de la ciudad. Se trata del ingeniero civil bogotano Luis Óscar Vargas Abondano, quien se quedó con ambas adjudicaciones en menos de dos meses.
Vamos por partes. Gran Comienzo es un nuevo modelo del programa de atención a la primera infancia Buen Comienzo, con el cual la administración actual prometió consolidar “una infraestructura de altísima calidad”, con tecnología de punta y docentes vinculados que no operen como contratistas.
La promesa que hizo Quintero en octubre de 2021 fue entregar el de Loreto y otros tres Gran Comienzo más en el primer semestre de 2022. La Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), que ejecuta el proyecto Renacer, le informó a EL COLOMBIANO que este presenta un avance del 79 % y que está proyectado terminarlo antes de junio próximo.
Este jardín infantil, de más de 2.770 metros cuadrados y que se constituye como la primera obra pública de Loreto, también conocido como el barrio Pablo Escobar, fue adjudicado por la EDU, tras un proceso de convocatoria abierta. El contrato se firmó el 16 de junio de 2020 con el consorcio Jardín Infantil Medellín, del cual forma parte Vargas Abondano. El valor inicial del contrato fue de $8.990 millones, incluida la auditoría, según consta en la información del portal Gestión Transparente.
El plazo que se dio para el desarrollo de las obras fue de 330 días calendario, contados a partir del 19 de noviembre de 2020, fecha de inicio de la obra según los documentos publicados en el mencionado portal, con lo cual la obra estaría terminada aproximadamente en octubre de 2021. Sin embargo, el 19 de septiembre de ese año el contratista solicitó una prórroga de 30 días calendario que le fue concedida. Para ese entonces, la obra estaba en poco más del 50 % de avance y el 8 de noviembre de 2021 se concedió una nueva ampliación al cronograma de 44 días calendario.
Con el 79 % de desarrollo que tiene hoy el proyecto y en vista de que ya se venció la segunda prórroga, EL COLOMBIANO consultó a la EDU sobre una nueva ampliación, pero al cierre de esta edición no se obtuvo una respuesta.
De cualquier forma, en la justificación de las dos prórrogas consta que la construcción “se ha visto afectada por inconvenientes de definiciones de diseños”, relacionados con ajustes a la red hidrosanitaria y eléctrica, ajustes al diseño de la red contra incendio, elementos de soporte de la cubierta, cambios en especificaciones de la carpintería metálica y de acabados, entre otros.
De acuerdo con un informe de la interventoría del proyecto se requieren obras extras que implican la adición de tiempo, pero también de $1.283 millones, por lo cual fue necesario ampliar y adicionar el convenio interadministrativo con la EDU para culminar el proyecto con éxito.
¿Quién es el constructor?
El consorcio Jardín Infantil Medellín está constituido por dos ingenieros civiles: Mauro Vélez Gómez, con un 60 % de participación y representante legal, y Luis Óscar Vargas Abondano, con un 40 %. Este último, de poco reconocimiento del gremio en Antioquia, obtuvo en Medellín otro contrato con la EDU, el 13 de abril de 2020: el de la habilitación física de la Clínica de la 80, espacio prestado a la Alcaldía por el agente liquidador de la EPS Saludcoop, con el fin de ampliar la red de salud durante la pandemia.
En ese caso, Vargas Abondano se quedó con dicha contratación como persona natural, con un monto inicial de $7.096 millones para un tiempo de ejecución de 90 días. Sin embargo, tras dos adiciones presupuestales, ascendió a $16.240 millones y tuvo varias ampliaciones de cronograma.
Lo que llama la atención es que en una auditoría especial, en agosto de 2020, la Contraloría General de Medellín cuestionó la idoneidad de Vargas Abondano para ejecutar una obra de esa magnitud, pues en consideración del órgano de control no tenía la “capacidad instalada suficiente” para cumplir las obligaciones contractuales en la clínica.
Entre los argumentos de la Contraloría estaban que el contratista suscribió un “contrato de entendimiento” con la Empresa Construcciones al Día, incluso antes de firmar el contrato principal con la EDU, con lo cual, según el organismo auditor “comprometió recursos públicos sin que hubiera nada que lo facultara para tal acto”.
A esto se suma que gran parte de la obra la ejecutó Construcciones al Día, con lo cual para el equipo auditor Vargas Abondano “se comportó como un simple intermediario, pues como persona natural no estaba en condiciones de ejecutar el objeto del contrato”. La Contraloría concluyó que el ingeniero “carecía de capacidad administrativa y técnica para ejecutar dicho contrato”. La siguiente imagen forma parte del informe de la Contraloría sobre la Clínica de la 80.
El proceso para el jardín
En el caso del jardín infantil de Loreto, este hombre participó, como ya se dijo, por medio del consorcio Jardín Infantil Medellín. Para demostrar su idoneidad individual hizo referencia a 96 contratos con distintas entidades del país, la mayoría a través de consorcios con participaciones diversas.
En la convocatoria para construir el primer Gran Comienzo prometido por Quintero hubo nueve proponentes. El 5 de mayo de 2020, en una primera publicación de resultados, la EDU estableció que todos cumplían los requisitos, excepto el consorcio Jardín Infantil Medellín, pues en el aspecto jurídico Vargas Abondano no presentó algunas planillas de pago de aporte a seguridad social, como lo exige la ley. El 15 de mayo la EDU ratificó al consorcio Viainco S.A.S como el más idóneo para ejecutar el proyecto.
No obstante, el 28 de mayo, luego de que los interesados presentaron objeciones y subsanaron aspectos diversos, como la entrega de las planillas de seguridad social de Vargas Abondano, la EDU determinó que el consorcio Jardín Infantil Medellín cumplió todos los requisitos y presentó la mejor propuesta. Su selección fue ratificada el 1 de junio de 2020, dos meses después de haber firmado el contrato de la Clínica de la 80.
Consultadas algunos ingenieros y arquitectos refieren que no conocen a este contratista y no deja de levantar suspicacias que se haya quedado con ambos contratos en tan poco tiempo.
Este diario trató de comunicarse al número de contacto que aparece en la valla de la obra, pero nadie contestó; también marcó al teléfono fijo que aparece en la plataforma de Gestión Transparente como el de la sede del consorcio, pero quien atendió dijo que era una casa de familia; finalmente, marcó y escribió al que aparece como el contacto del representante legal del consorcio, pero no se obtuvo respuesta. Estas páginas quedan abiertas para sus posturas frente a los cuestionamientos de la Contraloría.
Por el momento, la comunidad de Loreto espera la entrega de este espacio y el alcalde ha dicho que tras la entrega de los prometidos para este primer semestre, el modelo de Gran Comienzo quedará instalado en la ciudad antes de diciembre de 2023, como parte de los múltiples cambios que ha hecho en el programa Buen Comienzo, uno de los más exitosos de la historia de la ciudad, desde que empezó a funcionar en 2006.