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Este sábado un derrumbe en la autopista Medellín - Bogotá cobró la vida de dos personas, dejó heridas otras tres y provocó afectaciones en 5 viviendas, además del cierre completo de la vía que comunica a las dos ciudades más importantes de Colombia.
Las afectaciones sobre este corredor vial se han vuelto noticia recurrente para los antioqueños. Solo basta retroceder hasta el sábado pasado (5 de diciembre) para encontrar otra situación similar a la de esta madrugada.
En el mismo kilometro 46 de la vía, en jurisdicción del municipio de San Luis, un deslizamiento de tierra mantuvo incomunicadas a las dos ciudades durante casi toda la jornada.
“La mal llamada doble calzada a la capital del país parece decirnos ´ya no doy más´”, señala Mauricio Restrepo Gutiérrez, ex secretario de Infraestructura de Antioquia.
“La situación se ha vuelto tan crítica que el retirar miles de toneladas de material no ha sido suficiente para estabilizar una montaña que todos los días presenta continuos desprendimiento de lodo y roca”.
Para el experto, a pesar de las medidas de la concesionaria por mantener un seguro paso de vehículos, “serán muchos los esfuerzos y las inversiones que tendrán que efectuarse allí antes de levantar la alerta roja por los continuos movimientos del talud”.
Un tratamiento integral que incluya estrategias para evitar la explotación de material pétreo en la montaña, los cultivos inadecuados y el mal uso de aguas servidas y de acueductos rurales, señala.
“Para que no sigamos al otro lado del derrumbe, a la autopista Medellín - Bogotá hay que resolverle los problemas de inmediato, con respuestas efectivas y eficaces”, señala Gutiérrez.