La historia detrás de dos jóvenes que se descolgaban en su bicicleta

Familiares de los menores muertos al chocar su bicicleta en Marinilla dicen que no practicaban gravity bike. Las autoridades dicen lo contrario.

Danilo López tenía 12 años; John Alejandro, 13.

Varias versiones han surgido detrás de la muerte de dos menores de edad, quienes impactaron contra un camión cuando se descolgaban en una bicicleta por la vía Marinilla-El Peñol, evidenciando una grave problemática en el Oriente antioqueño.

Por un lado, los familiares de las víctimas aseguraron que estos jóvenes no practicaban gravity bike, una disciplina que consiste en descolgarse en una bicicleta a alta velocidad y que es considerada ilegal cuando no se realiza con los elementos requeridos y en los espacios apropiados para su práctica. Por el otro, las autoridades afirmaron que ya eran conocidos en esta actividad.

Edwin García, hermano de Danilo García López, una de las víctimas de este accidente ocurrido el 15 de marzo, relató que había salido a visitar a su papá a una finca en la bicicleta y que instantes después los llamaron para avisarles que se encontraba en el Hospital San Juan de Dios, de Marinilla, donde murió cuando era atendido por los médicos.

“Mi hermanito no practicaba eso, lo confundieron con otro de sus hermanos. A él le gustaba irse a recorrer en su bicicleta todo el pueblo y no practicaba ese deporte, incluso no la tenía adaptada para hacerlo”, señaló sobre lo ocurrido con el noveno de diez hermanos de su familia.

En el mismo sentido se pronunció Jefferson Pacheco, papá del otro joven que perdió la vida en este choque, John Alejandro Pacheco Perazo, quien era venezolano y murió a sus 13 años en el kilómetro 1+100 de este corredor departamental, a la altura del sector Rancho Madero.

“No era su costumbre descolgarse por las vías. Incluso, cuando llegaban las amistades, yo les decía que no se lo llevaran para allá, no quería que agarrara esa vida, porque se ve que pasa mucho accidente y no quería que mi hijo corriera con esa suerte”, comentó Jefferson, quien llegó hace 4 años a Marinilla.

“Ya eran conocidos”

Las autoridades de este municipio dicen lo contrario de los familiares sobre lo sucedido con estos jóvenes, a quienes incluso tenían referenciados por descolgarse frecuentemente en sus bicicletas tipo cross, las cuales no tenían adaptadas con pesas, como sí ocurre con otros que practican esta actividad.

“Se habían hecho varios controles y a ellos se les quitaron varias veces las bicicletas. Incluso, cuando estábamos haciendo la inspección, uno de los jóvenes nos dijo a nosotros: ‘Esta es la ley de la vida de nosotros’”, relató el agente de tránsito de Marinilla, Cristian Alberto Ciro.

En una imagen que conoció EL COLOMBIANO, se vio cómo Danilo había participado en una de las actividades de concientización para no realizar estas prácticas peligrosas, realizadas por la Secretaría de Tránsito.

Fenómeno que preocupa

Además de Danilo y John Alejandro, en enero de este año hubo otra víctima en la vía La Ceja-La Unión, en jurisdicción de La Ceja, según informaron las autoridades.

En las vías nacionales, como la autopista Medellín-Bogotá o la vía Las Palmas, no se han presentado muertes, pero sí controles para evitar este tipo de tragedias.

El coronel Fabio Enrique Sierra, comandante de la Seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Antioquia, señaló que este año se han inmovilizado 35 bicicletas en estos operativos, además de imponerse 150 órdenes de comparendo a ciclistas que se cuelgan de los vehículos, en la mayoría de los casos, para descolgarse por las vías.

En Medellín, desde la Secretaría de Movilidad indicaron que se encuentran organizando los operativos con la Policía de Infancia y Adolescencia, pero hasta el momento no han tenido inconvenientes con los jóvenes que usan sus bicicletas para bajar a alta velocidad en ellas.

En el caso particular de Marinilla, el secretario de Tránsito y Transporte, Juan Fernando Zuluaga, dijo que “queremos hacer un trabajo interinstitucional, entre nosotros, la Policía de Infancia y Adolescencia, entre otras entidades, desde el tema educativo, porque es una problemática social en varios frentes, porque ellos deciden buscar las vías más peligrosas”.

Luego de darle el último adiós a su hijo, y ponerle ayer la lápida en el cementerio, Jefferson Pacheco reiteró su recomendación a los jóvenes que practican esta disciplina, de no continuar con ella, pese a la situación incómoda que vivió en el funeral de su hijo.

“En el velorio del niño, les di una charlita para que tomaran conciencia sobre esta práctica, y se burlaron en mi cara, diciendo que iban a continuar con esta práctica”, se lamentó el padre de familia