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“Está más en riesgo EPM que Hidroituango”: Gobernador

Luis Pérez Gutiérrez afirma que se va del cargo con alegría y sin frustraciones. A un mes de concluir el mandato sueña con inaugurar “Central Park” y la sede de la Universidad Digital.

  • Foto: Jaime Pérez Munévar
    Foto: Jaime Pérez Munévar

Con una versión a sus espaldas de la obra Horizontes (Francisco Antonio Cano) y con un cuadro que representa un discurso de Jorge Eliécer Gaitán en las inmediaciones de Carabobo con San Juan, cerca de lo que hoy es La Alpujarra, el gobernador de Antioquia habló de sus pendientes, sus peleas y las polémicas que desató en cuatro años de gobierno, en temas como Hidroituango, el posconflicto o “Central Park”. En su visión de político dice que seguirá buscando la alegría de servir desde lo público.

Falta un mes para que finalice su mandato. ¿No ve la hora de terminar o le quedó faltando tiempo para concretar todo lo que se propuso?

“Me preparé para gobernar cuatro años como si fueran unos Juegos Olímpicos que tienen fecha de inicio y punto de terminación. He trabajado día y noche, abandonado actividades personales para dedicarme con amor, sin arrogancia y sin vanidades. Con la misma alegría que me posesioné voy a entregar el cargo. Salgo fresco, lleno de alegrías y con el convencimiento que le he prestado un servicio a la gente y al departamento”.

¿Fue el Túnel de Oriente su mayor satisfacción en infraestructura?

“El túnel tuvo un impacto más grande en el departamento y el país de lo que yo esperaba. Antioquia y Colombia han tenido malas experiencias en ingeniería como los puentes de Chirajara e Hisgaura que le ocurrieron a constructores importantes, edificios grandes caídos en Medellín, Itagüí y Rionegro y a eso se suman elefantes blancos que han duplicado su precio y no se han terminado como el Túnel de la Línea. Ni qué decir de todo lo de Hidroituango por lo que en buen momento llegó el túnel y me impacta que se hizo sin sobreprecios e impecable desde la ingeniería”.

¿Cómo va esa negociación para añadir la operación del segundo túnel?

“Lo que viene llena optimismo porque está la posibilidad de hacer cuatro carriles y espero que antes de irme quede firmado. La obra ha logrado superar todas las expectativas porque el tráfico promedio era de 14.000 vehículos por día y hoy están pasando 20.000, lo que representa un superávit de más del 40 %. Ha sido una obra muy exitosa y eso ubica a Antioquia, no a Luis Pérez, como el meridiano del desarrollo nacional. La semana pasada hubo una reunión con los socios del proyecto y aunque faltaban unos elementos para cerrarse la negociación, ya los interventores y abogados dieron el visto bueno. El precio aún no está acordado, pero aquí lo que hay que hacer es un viaducto porque los túneles ya están hechos. La noticia se dará muy pronto”.

¿Y la mayor frustración?

“No tengo ninguna frustración y salgo feliz por lograr todas las metas que me propuse. Hay proyectos en infraestructura que, a veces, no alcanzan la viabilidad técnica que tienen en un inicio.

La vía de Sancho Paisa a El Tablazo cuesta $990.000 millones y desde enero de 2016 que la presentaron se ha venido trabajando, pero hacer una APP es muy complejo. En Colombia no hay ninguna de esa magnitud a nivel regional donde todo el dinero lo está poniendo el privado. Esperamos que el 3 de diciembre se adjudique para que comiencen obras. La tercera calzada de la vía entre Marinilla y Guatapé, aunque comenzamos a trabajar desde enero de 2016, hay que decir que los privados no tenían la fuerza técnica y económica suficiente. El proyecto fracasó, pero fue por los privados y no por nosotros, por lo que optamos por tomar otro camino y es que ya tenemos 4,1 kilómetros diseñados con cuatro carriles para construir una nueva vía de última generación. Así se demore un poco más, a largo plazo va a ser mejor porque esa zona es de mucho futuro por el turismo”.

¿Por qué cree que ha sido tan polémico “Central Park”?

“No conozco ninguna obra grande que no haya sido polémica. Si usted se devuelve al metro eso fue una pelea porque decían que no iba a transportar sino 100.000 personas, Plaza Mayor fue controvertida, cuando hice la intervención en La Macarena fue una locura y qué tal si no la hago, hoy sería unos alambres viejos con tres muros porque ya ni toros hay. Ahora es el único centro de espectáculos grande que tiene Antioquia. No hay que preocuparse por las discusiones porque el líder tiene que ver más allá que los ciudadanos. Yo le puse “Central Park” para despistar y para que no jodan mucho”.

“Es muy difícil conseguir un parque urbano de un millón de metros cuadrados y aquí lo que pretendemos es hacer un parque de deportes a motor que servirá para hacer carreras de carros, motos y vehículos eléctricos que no hacen ruido. Habrá un lago, al lado del autódromo, para que la gente camine, vamos a tener una especie de museo de autos antiguos y los 800.000 metros cuadrados restantes lo dedicaremos a ciclovías, senderos, árboles. Los dirigentes y la legislación a veces van atrás de las ideas de los jóvenes”.

“Central Park” es una gran respuesta a las aspiraciones juveniles, al medio ambiente y a la necesidad de más espacio público. Un pobre no pide espacio público, pide un sancocho, un puesto o un pasaje de bus, pero no hay duda de que el espacio público es el lugar donde todos somos iguales”.

¿No le da coraje que lo termine inaugurando otro mandatario?

“La mala noticia para su pregunta es que yo espero inaugurarlo antes de irme. El 15 de diciembre entregan toda la pista y antes del 20 de diciembre las tribunas y espero que el edificio de pits también esté listo. Espero terminar todo el cerramiento del parque de deportes a motor, es decir, que tengo la esperanza de entregar lo que más dinero gasta porque ya lo demás son parques con árboles y senderos. Espero que recuperemos el tiempo perdido, pero si no lo inauguramos no pasa nada porque esto no puede ser de vanidades personales”.

En ciclorrutas usted prometió hasta 500 kilómetros en el departamento. ¿Cuántos van a estar en funcionamiento el 1 de enero?

“Los funcionarios no andan al ritmo del gobernador y esa enfermedad de los morrongos también contamina al gabinete. Estimo que estoy haciendo unos 250 kilómetros y aunque teníamos la plata para hacer los 500, no fue por falta de recursos sino porque a veces la gente no entiende la importancia de estos proyectos. Yo estoy seguro que a muchos funcionarios les va a quedar la congoja de poder haber sido mejores. En La Ceja, por ejemplo, no pudimos porque al alcalde le parecía muy dispendioso”.

“Tampoco pudimos hacer la de Sopetrán a San Jerónimo porque el alcalde no mostró interés y esto tiene que ser una suma de voluntades, el gobernador no puede llegar a arrasar a un municipio porque lo sacan tallado. En El Carmen de Viboral hicimos un pacto para hacer desde el pueblo hasta la sede de la U. de A. y de ahí al mall Llanogrande para empatar con todas las que ha hecho Rionegro. El alcalde de El Carmen aún tiene la plata y no ha terminado el proyecto, pero nosotros le entregamos el dinero”.

“En el Oriente tenemos del mall Llanogrande al aeropuerto y de ahí a Guarne y espero poder terminarlo en este periodo. La más bella de todas que sale del parque de El Retiro y va por todo el río Negro hasta Jumbo en Rionegro. La de Santa Fe de Antioquia, del puente nuevo al puente de Occidente, está casi lista y creo que la vamos a entregar. Otra que espero terminar es la de Chigorodó, Carepa, Apartadó y Turbo y serían unos 90 kilómetros adicionales”.

En seguridad Bello y el Bajo Cauca fueron, quizás, sus dos grandes dolores de cabeza. ¿En qué estado recibe estas dos zonas el nuevo gobernador?

“Cuando uno compara los últimos cuatro cuatrienios este es el que menos homicidios tiene Antioquia, pero con eso no quiero decir que menos problemas. Bello arrastraba problemas de 20 años y yo he sido el que le he metido la mano porque allí había, además de bandas criminales, una sociedad ilegal entre policía, agentes de tránsito, funcionarios públicos, extorsionistas y los que daban las licencias de construcción. Era un salpicón de mucha ilegalidad y cuando estallaron los problemas económicos entre ellos estallaron los homicidios. Hoy después de unos seis o siete meses de haber iniciado esa intervención hemos bajado los homicidios y acabamos la mayoría de las extorsiones y ahora la gente se siente distinto porque ya las bandas no hacen lo que les da la gana.

“El Bajo Cauca es un problema internacional porque Antioquia no es la región que más produce coca (6 % del total del país) pero tenemos una herencia y casi que se dio un efecto esponja: se pacificó Urabá pero se nos empezó a dañar el Bajo Cauca y el sur de Córdoba y casi que todas las bandas (Caparros, Clan del Golfo, Eln) se pasaron para allá. Normalmente esa coca viene del sur del país y tenemos el problema de los carteles mexicanos que llegan a hacer negocios porque ahí la droga puede salir o por el Caribe -que lo tenemos relativamente controlado- o por el Chocó o por el Catatumbo donde pasan a Venezuela y ahí es duty free. Como gobernador tengo mucha insatisfacción con los resultados en el Bajo Cauca en las problemáticas de drogas y de minería ilegal. Estamos en una especie de guerra y si no hay autocrítica no la vamos a ganar”.

De alguna manera esa reducción de homicidios es producto de los acuerdos Gobierno - Farc. ¿Se arrepiente de haber sido tan crítico con la primera fase de la implementación?

“Para nada. Lo que nos están diciendo es que nosotros teníamos la razón porque el Gobierno Nacional prometió hacer unos centros de reincorporación temporales y si ustedes analizan hoy, el posconflicto es un fracaso porque los centros de normalización se convirtieron en veredas con indicadores de calidad de vida que no son los mejores. Cuando uno está reincorporando a la sociedad a guerrilleros debería ponerlos en una condición de vida distinta. En Antioquia eran algo así como 1.200 y si el Gobierno hubiera querido habría acordado con nosotros para darles empleo, vivienda. La crítica mía siempre ha sido al desorden, no al proceso de paz. Además, los territorios que dejaron las Farc el Estado no ha sido capaz de ocuparlos con institucionalidad y fueron ocupados por Clan del Golfo, Eln y exmiembros de Farc”.

¿Qué tanto afectó a su administración el escándalo de la Contraloría, sobre el que usted dijo que había que tener compasión con Sergio Zuluaga?

“Le corrijo, misericordia. La Contraloría es un ente independiente y yo no sé si a ustedes no les cabe la misericordia en el corazón, pero si algo necesita este país es eso. Uno no puede patear al que esté en el piso y aquí hay unos organismos de justicia. Un gobernador no puede salir a insultar a todo aquel que está enjuiciado porque estaría incumpliendo sus deberes. Misericordia no es perdonar o no castigar a los que se han equivocado. Doy las peleas con mis palabritas y yo las defiendo, tan es así que una de las obras de misericordia es visitar los reclusos. Yo no estaba defendiendo al contralor”.

Le preguntamos por el Ferrocarril que era una de las promesas grandes...

“Mi deseo era que hubiésemos montado en ferrocarril, pero hay que entender que hay proyectos complejos. Se creó una empresa promotora y constructora del ferrocarril, ya hicimos el diseño definitivo entre Caldas y Barbosa y se hicieron estudios de prefactibilidad entre Caldas y La Felisa, y Barbosa y Puerto Berrío. Ahora contratamos el diseño de esos dos tramos y pusimos dineros adicionales para contratar el diseño de Medellín al puerto de Urabá. Esos diseños quisiéramos dejarlos listos y el proyecto ya se cuantificó y se radicó en tres dependencias: Minhacienda, Mintransporte y Planeación Nacional. Hay que hacer un proyecto para financiar el 70 % y antes del 15 de diciembre espero entregar esa propuesta”.

Hablemos de Hidroituango. Qué reflexión hace de año largo de emergencia

“No espero pasar por optimista superfluo, pero la actitud de la Gobernación de Antioquia es la correcta porque la gente no entiende que EPM es contratista de obra y que nosotros somos los líderes mayoritarios y dueños de una obra, y como dueños debemos exigir calidad”.

“Hemos actuado legítimamente y hoy los organismos de control nos están dando la razón. Lo que más traumas me ha traído es el cobro a EPM y no me molesta, es normal, porque no hay nada que choque más que le cobren a uno. Cuando a veces se enoja el alcalde o el gerente de EPM porque les cobro, yo estoy tranquilo y muerto de la risa. Además de las peloteras públicas yo les escribí una carta que, aunque ustedes no crean, es la verdad: hoy está más en peligro EPM que Hidroituango. A Hidroituango lo recuperamos, pero el peligro que tiene EPM es grave porque podría perder 10 o 12 billones de pesos. Tenemos que salvar a Empresas Públicas de Medellín porque si algo le pasa a futuro todos nos empobrecemos”

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