Una revisión con lupa a la adjudicación de los próximos contratos para la atención de los restaurantes escolares pidió el concejal Bernardo Alejandro Guerra en la Plenaria del Concejo, dado que a principios de año la Alcaldía solo adjudicó la tercera parte de los mismos, quedando pendiente el resto para julio, lo que, a su juicio, no es conveniente por ser año electoral.
El corporado cuestionó el Ítem 5 -del total de 7- de la adjudicación de los restaurantes, que corresponde a la atención de 25.000 niños de las comunas Castilla, La América y Belén, y los corregimientos Palmitas, San Antonio de Prado, Altavista y San Cristóbal, que dejaron de ser atendidos en el primer mes por dificultades en la adjudicación de los contratos.
“La licitación este año se hizo fraccionada porque hay desfinanciación de $60.000 millones de un programa que le cuesta a Medellín $100.000 millones para 192 días, pues la licitación se hace solo por 66 días, que es una tercera parte de la cobertura”, precisó.
A este mal comienzo se suma que uno de los tres proponentes presentó documentación falsa, la cual fue investigada por la Secretaría de Inclusión Social y Familia, que corroboró las denuncias presentadas por los otros proponentes, lo que retrasó el proceso y obligó a descartarlo.
Dicho proponente certificó que había manejado contratos para la misma función en el municipio de Caramanta por $100 millones, cuando en realidad eran de $10 millones, y también pasó documentación que decía que había prestado el servicio en San José de la Montaña por cuatro años seguidos, con contratos de $240 millones, pero que la Secretaría de Inclusión pudo comprobar que allí el proponente hizo fue donaciones.
Al final, el contrato del Ítem 5 le fue adjudicado al consorcio Nutriendo a Medellín, por valor de $3.800 millones, también cuestionado por el corporado Guerra Hoyos.
“Para ganar acreditaron una bodega de 350 metros en La Estrella, pero con la misma bodega se ganaron una licitación por $8.000 millones en Itagüí, y no es legal”, advirtió.