En el examen final sobre transparencia en la destinación del dinero público en los municipios del Valle de Aburrá, las notas no fueron sobresalientes.
Siete municipios pasaron sin comodidad la calificación ciudadana y otros tres perdieron la materia, con un promedio general de 3,39 en la subregión, según la Gran Encuesta Metropolitana de Alcaldes 2020 de EL COLOMBIANO.
Cuatro municipios del sur lideraron este escalafón: La Estrella (3,86), Itagüí (3,68), Sabaneta (3,75) y Envigado (3,75). También pasaron la evaluación Medellín (3,73), Girardota (3,52) y Caldas (3,45).
Directo a la habilitación se fueron Copacabana (2,93), Bello (2,72) y Barbosa (2,59).
Las administraciones que más repuntaron, con respecto a la encuesta 2019, fueron Caldas (+1,16), Copacabana (+0,55) y Girardota (+0,48); mientras los que perdieron nota fueron Barbosa (-0,74), Bello (-0,05) y Medellín (-0,04).
Martín Orozco, gerente general de Invamer, explicó que este es un indicador importante en los resultados de la encuesta, porque revela la percepción que tienen los ciudadanos frente a la corrupción. Resalta que la mayoría de municipios mejoraron en este indicador comparado con 2019. “Este año, en general, la gente tiene más confianza en la forma como se están manejando los recursos, con excepción de algunos municipios. Lo ideal es una calificaciones arriba de 4.0”, indicó.
Síntoma para actuar
Camilo Enciso, exsecretario de Transparencia y actual director del Instituto Anticorrupción, sostuvo que la opinión de la ciudadanía siempre es valiosa y es un factor que debe alertar a los alcaldes para corregir el rumbo frente a la administración de la hacienda pública.
Señaló que, por las dificultades propias de este año —emergencia social y económica por la pandemia, las afectaciones de la actual ola invernal y la alta tasa de desempleo (llegó al 20 % en el área metropolitana, según el informe julio-septiembre del Dane)—, la ciudadanía está esperando liderazgo, integridad y transparencia de sus mandatarios.
“La gente mira a sus autoridades esperando soluciones y un mando claro y recto. Es preocupante que (en la encuesta) haya evaluaciones que, en promedio, son malas, y que ninguno tenga reconocimiento ni calificaciones sobresaliente”, indicó.
Según la Corporación Transparencia por Colombia, la excepcionalidad permitida durante la declaratoria de la emergencia por el coronavirus elevó los riesgos de corrupción en la contratación pública y en la distribución de recursos destinados para atender la pandemia.
Los sobrecostos y la falta de idoneidad en los contratistas fueron los dos principales problemas advertidos por esta organización en todo el país.
La entidad también alertó por la falta de claridad en la información sobre los recursos que efectivamente se han invertido para atender las consecuencias de la pandemia.
Según el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, para atender la emergencia con corte a agosto, el Ministerio de Hacienda reportó la destinación de $7,1 billones para salud y $4,7 billones para atención humanitaria, entre otras categorías.
Por eso Enciso sugirió a los mandatarios fortalecer los procesos de rendición de cuentas y tener más diálogo con la población que, en su criterio, es el juez último que determina qué tan efectiva y transparente es una administración municipal.
“El único contrapeso real al poder es la ciudadanía y la vigilancia de la sociedad civil. En las localidades donde no hay control fuerte, ni talanqueras al accionar del Estado, la consecuencia es la corrupción y la poca transparencia en el manejo de los recursos. Esos ítems se deben fortalecer”, concluyó el experto .
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