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Miguel, el hermano ‘pudiente’ del alcalde Quintero

Los bienes de Miguel Quintero superarían los $5.000 millones; lo señalan en cobros de comisiones ilícitas.

  • Esta es la casa-finca de Miguel Quintero en límites de Copacabana y Girardota que valdría unos $4.000 millones.
    Esta es la casa-finca de Miguel Quintero en límites de Copacabana y Girardota que valdría unos $4.000 millones.
  • Apartamento, también de Miguel Quintero, en el sector de Castropol, en El Poblado. Foto: Cortesía.
    Apartamento, también de Miguel Quintero, en el sector de Castropol, en El Poblado. Foto: Cortesía.
18 de abril de 2022
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El aspecto actual de Miguel Quintero, el hermano del alcalde de Medellín, dista mucho de la imagen que ambos han vendido en los últimos años para hacer política: la del joven de escasos recursos que creció en el populoso barrio Tricentenario.

Hoy día no solo luce una calva prominente sino que anda en carros de media gama y tiene dos fincas y un apartamento, los cuales cuestan varios miles de millones de pesos, un patrimonio difícil de explicar con los salarios de los puestos públicos en los que él ha estado la mayor parte de su vida. ¿Cómo consiguió todo esto? Es la misma pregunta que se han hecho los denunciantes que desde finales de 2021 han llamado la atención de la Fiscalía y de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), la entidad encargada de investigar casos de posible enriquecimiento ilícito y que señalaron el “incremento desproporcionado de adquisición de bienes en los últimos cinco años” por parte del hermano mayor del alcalde de la capital antioqueña.

Tal vez el bien más valioso de Miguel Andrés Quintero es la casa finca que figura a su nombre en Santana I, una lujosa parcelación ubicada en límites entre Girardota y Copacabana. A ella se llega tomando la vía empinada que lleva a la vereda La Veta y queda solo a dos kilómetros de la doble calzada Bello-Hatillo.

En 2006 este sector vio transitar carros blindados seguidos por escoltas abundantes. En ellos iban paramilitares como Vicente Castaño, ‘Jorge 40’ o Ernesto Báez, pues las autodefensas que se encontraban en proceso de negociación establecieron una basa para hacer sus reuniones con miembros de la sociedad civil en Villa Roca (vecina de Santana) y la llamaron Villa Esperanza.

Para ese momento en el área ya se tenían muchas casa-quintas de alto valor y se ha ido consolidando aún más esa vocación, de suerte que ninguna residencia por allí baja de mil millones de pesos.

Originalmente estas tierras cumplían el papel de potreros en la hacienda Guasimal, la cual era tan inmensa que cubría desde donde actualmente queda Industrias Haceb hasta el alto Medina, la montaña que se ve en lo más encumbrado desde la autopista. A principios del siglo pasado el propietario fue el legendario Pepe Sierra, un paisa tan rico que le llegó a prestar plata al Estado colombiano. Luego pasaron a los descendientes del célebre millonario y a los Uribe Carvajal, que se hicieron socios de ellos.

Hace unos 15 años se inició una parcelación masiva en un terreno de entre 80 y 100 hectáreas, donde compró gente adinerada del Valle de Aburrá y comenzaron a levantar verdaderas mansiones. Un vecino de Quintero es el secretario de Movilidad de Bello, Rigoberto Arroyave y en un complejo habitacional vecino habita el secretario de Seguridad Ciudadana de Medellín, general ( r ) José Acevedo.

El hermano del alcalde de Medellín fue uno de los tantos que le compró a Rosa María Muñoz Sierra. Según registros notariales, el negocio se hizo el 9 de agosto de 2018 en la notaría única de Copacabana y él habría pagado 100 millones de pesos por el terreno. Sin embargo, una fuente le contó a este diario que en realidad quien había adquirido originalmente el terreno era un amigo al cual Quintero conoció en un billar que acostumbraba frecuentar por los alrededores de La Alpujarra, y que al revender aquel, decidieron que la escritura quedara a nombre del tercer dueño —Miguel Quintero—. Luego este último fue construyendo la vivienda.

No obstante el bajo valor registrado en papeles por el lote No. 2 de Santana I, cuya extensión son 2.503 metros cuadrados, es claro que hoy el precio es muy superior a esa cantidad, y más teniendo en cuenta su ubicación privilegiada, pues queda a pocos metros de la portería principal. Una persona conocedora de la zona le confirmó a este diario que el metro cuadrado por allí vale en promedio 200 mil pesos, es decir que serían más de $500 millones solo por la tierra. Pero lo más llamativo es la casa lujosa de dos plantas, parqueadero inmenso y una zona verde bien cuidada. El valor de ese inmueble, de acuerdo con fuentes especializadas a las cuales consultó este diario, superaría los $4.000 millones.

Miguel ya había comprado un apartamento de 81,7 metros cuadrados más parqueadero en la urbanización Providencia del sector Castropol (El Poblado). La escritura firmada en diciembre de 2013 en la notaría 12 de Medellín indica que pagó 91 millones de pesos. Hoy día, no obstante, puede costar alrededor de $600 millones teniendo en cuenta los precios de la propiedad raíz en el sector.

Y también se había hecho ya a su primer terreno rural. Se trata de un lote marcado con el número 12 de la parcelación 7 Cueros, de la vereda La Porquera de San Vicente Ferrer.

Según el certificado de tradición y libertad, Miguel Quintero se lo compró en julio de 2016 a Pedro Pablo Jaramillo Monsalve, un político de amplio reconocimiento en la región del Oriente antioqueño, tanto que llegó a ser concejal de Rionegro y diputado de Antioquia; al momento de su muerte, a mediados de 2020, suscitó mensajes de condolencia del expresidente Álvaro Uribe. El valor que quedó registrado entonces fueron 32’600.000 pesos; hasta ahora no se ha realizado ninguna construcción en el terreno, pero el lote contaría con un avalúo comercial mucho mayor, que a juzgar por la fluctuación de precios por allí, rondaría los $250 millones, considerando que se trata de un área a solo media hora de Rionegro y 15 minutos de San Vicente, a la cual se llega por vía totalmente pavimentada.

Apartamento, también de Miguel Quintero, en el sector de Castropol, en El Poblado. Foto: Cortesía.
Apartamento, también de Miguel Quintero, en el sector de Castropol, en El Poblado. Foto: Cortesía.

Apenas hace unos años por allá abundaba el olor a estiércol y los cultivos de hortalizas porque sus habitantes eran campesinos de sombrero y machete al cinto, pero poco a poco los fueron reemplazando personas que, como Quintero, llegaron de la ciudad para aprovechar la tranquilidad del campo y el clima fresco de la región.

Para la época de la transacción, Quintero se desempeñaba como director de monitoreo y evaluación de Bancos de Proyectos en la Gobernación de Antioquia (era la administración de Luis Pérez), llegando a ser momentáneamente director de Planeación Departamental encargado. Su salario podía rondar los $7’800.000.

Fuera de eso, Miguel Quintero se moviliza entre sus propiedades en dos carros que también se los quisiera cualquiera de sus antiguos vecinos del barrio Tricentenario: una camioneta Mazda doble cabina modelo 2018, color aluminio metálico, que sacó del propio concesionario en abril de 2017. El otro es un campero Toyota Prado blanco perlado modelo 2020, el cual también estrenó. Ambos vehículos suman alrededor de $350 millones a los activos del hermano del Alcalde.

Un vecino de Santana relató que normalmente llega con los vidrios oscuros arriba y no tiene prácticamente ningún contacto con la comunidad circundante. “Uno sabe que vive allá porque la gente lo comenta. La única vez que lo vi de cerca fue un día en que hubo un choque y él se bajó a averiguar si demoraría mucho el trancón. Luego se volvió a montar al carro”, contó.

Lo que sí alcanzan a observar es la escena que se repite con frecuencia, la de muchos carros de alta gama (entre 8 y 10 a la vez) que se juntan en el parqueadero de la casa del hermano del alcalde de Medellín algunos fines de semana.

Las pertenencias detectadas no se comprarían actualmente con menos de $5.000 millones, una cantidad considerando que sus pinitos en el mundo laboral los dio por cuenta propia en un puestecito callejero de arepas y de ahí en adelante básicamente ha sido empleado público.

En el mercado laboral formal, el único empleo que registra Miguel Quintero lo desempeñó entre 2010 y 2014, cuando fue gerente de Intrasoft -la firma creada por su hermano Daniel- a la par que ejercía como concejal de Medellín (periodo 2012-2015). Esa doble actividad generó cuestionamientos, pues se llegó a señalar a Miguel Quintero de utilizar los recursos públicos destinados para el pago de su unidad de apoyo en la célula municipal para pagar gastos de funcionamiento y hasta nómina de la firma familiar dedicada al desarrollo de software.

El periodo al parecer fue productivo para él porque fue la misma época en que adquirió el apartamento en Castropol.

Pero más rentable fue su paso como funcionario de Planeación Departamental (2016-2018), durante la administración del hoy aliado del alcalde Daniel Quintero, Luis Pérez, porque alcanzó a negociar tanto el terreno en San Vicente como el de Santana I y comprar la camioneta Mazda.

Después de eso, el primogénito de Orlando de Jesús Quintero y María Estela del Carmen Calle estuvo a la sombra de Daniel durante la campaña que lo posicionó en la Alcaldía y hoy día sería un poder detrás del poder; el encargado de mover una potente maquinaria de contratación.

El expresidente Álvaro Uribe lo mencionó en sus denuncias sobre presuntos cobros de comisiones ilícitas por asegurar contratos en el Municipio de Medellín. Sus fortines principales serían el Inder, la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), Metroparques y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Recientemente la veeduría Todos por Medellín hizo una denuncia en la Fiscalía en la cual, entre otras cosas, pide que se indague la relación de este con un entramado de contratos dentro del Inder para servir a campañas políticas.

Hay que recordar que Miguel Quintero es abogado y especialista en contratación estatal de la Universidad de Medellín.

Su vida privada actual no trasciende demasiado, pues hasta la cuenta de Facebook, encabezada por una foto en la que aparece con Daniel —ambos sonrientes— está casi por completo dedicada a la defensa de la Alcaldía, con muy esporádicas alusiones a su hijita de 3 años.

En esa red se hace clara igualmente la cercanía con Misael Cadavid, el controvertido comandante de los bomberos de Itagüí que en marzo se quemó en su aspiración de llegar a la Cámara de Representante y que en plena campaña cobró notoriedad por un audio en el que hablaba de una supuesta alianza con el exgobernador Luis Pérez y la supuesta entrega de contratos por parte del alcalde Quintero para ayudarlo en su propósito político. Y aunque el tema aún no ha sido esclarecido por las autoridades, es claro que los bomberos de Itagüí, que son dirigidos por Cadavid, ha recibido contratos por cerca de $15.000 millones del Área Metropolitana, que depende de la Alcaldía de Medellín.

Uno de los enigmas actuales sobre Miguel Quintero es conocer con qué actividad económica legal justifica ante la Dian los ingresos que le permiten mantener el nivel de vida confortable que tiene, algo que este diario no pudo constatar debido a que es una información reservada sobre cualquier ciudadano, excepto si se trata de funcionarios

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