Lonas naranjas y verdes que cubren el trecho. También se ven maletines para desviar el tráfico, materiales apilados, plásticos negros para resguardar varillas y una docena de trabajadores con overoles de Metroplús. Ese es el escenario que se aprecia en la construcción del carril del sistema de buses en la calle 12 sur (La Aguacatala), cuya terminación estaba prevista para el 4 de febrero pasado. Hoy, tras la declaratoria de terminación del contrato al consorcio Cydcon por parte de la empresa de transporte, el proyecto está en el limbo.
Es el estado más complejo de una obra pública en Medellín comenzada en el cuatrienio 2016-2019; sin embargo, seleccionamos otras seis obras, contratadas en los últimos cinco años, que tuvieron o tienen retrasos, sobrecostos, pleitos vigentes con contratistas e impacto en el transporte, movilidad sostenible y salud.
Los retrasos afectaron (y afectan) a los habitantes de las comunas de Manrique, Aranjuez, Villa Hermosa, Buenos Aires y El Poblado, en el oriente; y Guayabal, en el occidente.
Dos de ellas ya se entregaron (metrocable del Trece de Noviembre e intercambio de la Inferior con Los Balsos), dos están en ejecución (estación Poblado del metro y hospital de Buenos AIres) y uno más se convirtió, hasta ahora, en un elefante blanco (San Pedro de metroplús). ¿Cuáles son las razones de los retrasos?
Entrega a tiempo, excepción
Luis Fernando Botero Botero, docente de Ingeniería Civil de Eafit, dijo que parte del problema es que la ejecución de las obras públicas es fragmentada en sus fases de diseño, estructuración, construcción y operación. Dijo que en las etapas preliminares es cuando se registran mayores dificultades porque no tienen el rigor y el tiempo suficiente.
“Cada fase tiene actores independientes que no se relacionan. Cuando se hace un contrato de diseño, la responsabilidad termina con la entrega del producto”, indicó.
Puso de ejemplo el modelo integrado y virtual de entrega de proyectos, como el del Reino Unido, donde es obligatorio desde 2016 implementarlo para proyectos públicos. Este permite un ejercicio colaborativo de todos los actores desde las fases previas. También lo implementan en Estados Unidos, España y Chile, acotó.
Jorge Eliécer Córdoba Maquilón, profesor de ingeniería civil de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, dijo que a veces prevalecen los plazos políticos antes que los técnicos, por la premura de tener que inaugurar la obra antes del fin del mandato: “Se empiezan a ejecutar las obras sin haber resuelto la compra de predios o problemas en las redes de servicio público”.
Falta de coordinación
José Fernando Villegas, director seccional de la Cámara Colombiana de Infraestructura, mencionó tres razones en las demoras: falta de planeación de la entidad contratante, con diseños precarios o con malas campañas exploratorias; y el modelo de contrato, que permite negociar cambios con los que se fijan precios o plazos.
“El Estado entra desarmado cuando contrata y entrega unos diseños y el contratista encuentra situaciones en campo diferentes o hay redes de servicios públicos que no existían o que no las informaron. Ahí toda la razón es del contratista”, explicó.
La tercera razón es la falta de coordinación. Mencionó que a veces no hay diálogo entre las dependencias de Planeación, Infraestructura, Movilidad o la autoridad ambiental. “Vienen a conversar cuando el contrato ya está firmado”, indicó.
Las medidas de la alcaldía
Verónica de Vivero, secretaria General de Medellín, dijo que las etapas de la contratación pública están reguladas por ley. Indicó que las obras suscritas por el Municipio tienen procesos de seguimiento rigurosos, y que “es excepcional el incumplimiento”.
Detalló que la implementación de acciones administrativas cuando se presenta incumplimiento permiten terminar los proyectos sin tener que acudir a la jurisdicción. “El seguimiento metódico permite hacer alertas y anticipar situaciones de riesgo”, declaró.
Juan Camilo Builes, subgerente de Ejecución de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), recordó que cualquier obra tiene imprevistos y que el objetivo es mitigar contratiempos. Contó que la EDU usa la metodología PMI (Project Management Institute) para cumplir con un plan detallado y controlar las claves de una obra: alcance, tiempo y costo. Dicha metodología se le exige a sus contratistas.
| TRAMO DE METROPLÚS ESTÁ EN EL LIMBO
El 4 diciembre de 2017 comenzó el contrato para la construcción del carril de buses del metroplús en la calle 12 sur, entre las avenidas El Poblado y Guayabal.
La obra debía estar lista 14 meses después, es decir, en febrero del 2019. Una vez se venció el plazo del consorcio Cydcon, conformado por Conasfaltos y la mexicana Construcciones y Dragados del Sureste, se solicitó un plazo adicional de seis meses (186 días), pero ni así pudo terminar la obra y la dejó al 55,9 %.
De acuerdo con Metroplús, los problemas de la obra tuvieron que ver con atrasos respecto al cronograma de trabajo acreditado por el interventor y con la imposibilidad de mantener vigente la garantía bancaria de anticipo. La empresa contratante decidió a principios de agosto dar por terminado el contrato e iniciar un proceso administrativo contra el consorcio. Por el momento no hay fecha estimada para que culmine el 44 % restante.
La obra vale $38.741 millones. Hasta ahora no tiene adición presupuestal. El incumplimiento perjudica a 87 comerciantes situados en ese corredor y a la movilidad en la avenida 80, vía arteria del Occidente.
| LA ESTACIÓN POBLADO CUMPLIRÁ 3 AÑOS EN OBRA